Y allí arriba, ¿qué hay, abuelo?,
pregunta expectante el niño
señalando el cielo.
Otros mundos,
dice el anciano.
¿Como este?
Ni mejores ni peores que este.
¿Y más arriba de esos mundos?
Todo. Más mundos.
Entonces, ¿es como una escalera, abuelo?
Una escalera sin peldaños.
Un río sin puentes.
Una avenida con unas luces encendidas
y otras apagadas.
¿Podríamos tú y yo llegar allí?,
inquiere excitado el niño.
Ya estamos viajando, replica socarrón el viejo,
¿no te habías dado cuenta?
la vida le va a parecer fácil después de conseguir descifrar las respuestas del abuelo.
ResponderEliminarabrazoo
De mayor se agradecen aquellas respuestas obtenidas de niños, aunque parecieran enigmáticas. Hay toda una vida por delante para interpretarlas.
EliminarEs así, ahí vamos inexorablemente.
ResponderEliminar¿Al cielo? Me temo que el anciano no está por la metáfora ni por el mito. Prefiere el juego.
EliminarEl niño no quiere saber si son mejores o peores. Esta sería una inquietud mas próxima a la juventud. El niño, en el fondo, quiere saber si lo que sus mayores llaman cielo, contiene algo más que puntitos brillantes en la noche. Quiere saber como se aguantan y porqué no se caen. Lamentablemente los engañamos cada dos por tres.
ResponderEliminarEs otro modo de enfocarlo lo que planteas. Alguien tiene que transmitir al niño que la belleza del cuento le debe servir para desvelar los cuentos que va a ir encontrándose.
EliminarPor desgracia, todos sabemos cuál será el final de ese camino... pero, mientras llegamos, disfrutemos.
ResponderEliminarNo es la intención del viejo hacer reflexionar a la criatura con el fin precisamente. Sino potenciar imaginaciones lúdicas.
EliminarPuede que el chaval, que hace preguntas que ni a mayores se les ocurre, no entienda la respuesta del abuelo, más tarde, cuando el lo sea seguro que dará la misma respuesta a su nieto.
ResponderEliminarSaludos
Huy, los niños son muy insistentes y se hacen a veces los tontos, pero se quedan con todo.
EliminarEl niño aún no se ha dado cuenta, lo hará más adelante, gracias a andar con su abuelo por el camino del crecimiento.
ResponderEliminarSaludos.
No sé quién dijo que íbamos por la senda de las estrellas. Debe ser por quello de que algunos nacieron con estrella y otros estrellados,dice el dicho.
EliminarLos niños, en su curiosidad, creo que sólo ven el mundo que pisan. A los que nos persigue el tiempo, vislumbramos más el mundo pasado, la nostalgia, la añoranza, y en algunos casos el desconsuelo de saber que hay otras gentes que hemos querido y que ya habitan esos otros mundos.
ResponderEliminarSalut y buen día.
Pero la imaginación, el volar, es muy propio de la infancia. Ellos ven -vimos en su momento- algo más que el mundo que pisan. Bueno hoy no está tan claro, hay muchas interfferencias y la imaginación no sé si vuela en ellos o están mediatizados por las técnicas on line y los juguetes robots. Sobre las gentes que habitan otros mundos...en fin, en mi mente habitan todos esos que murieron, a través del recuerdo. ¿Será mi mente una especie de universo de estrellas? (Glup, lo que he dicho)
EliminarTienen magia esas conversaciones entre abuelos y nietos. Los abuelos con su sabiduría y los niños con su inocencia. Yo todavía recuerdo las que tenía con el mío.
ResponderEliminarUn placer leerte, Fackel.
Un abrazo y buen fin de semana.
Suelen ser divertidas, creo. Vamos, en mis tiempos lo eran, influían tanto los abuelos, o al menos uno de ellos. Eran alternativa emocional y conductual a los padres. Está bien que aún recuerdes, es lo que nos queda de herencia de fondo, ¿no?
EliminarFáckel:
ResponderEliminaresas conversaciones con los niños son, si me apuras, lo mejor de toda la infancia. Esas preguntas a bocajarro, esos comentarios tan inocentes, esa realidad mágica... que se pierde con los años.
Salu2.
¿No seguiremos haciéndonos preguntas ingenuas a todas las edades? Lo torpe es creer que nos las sabemos todas, y ni siquiera sabemos plantear las preguntas.
EliminarFer preguntes és molt bo. És el que ha de fer el conductor d'un club de lectura, per exemple, perquè els usuaris parlin, com un director d'orquestra. M'ha costat d'aprendre, però és que res que valgui la pena no pot ser ensenyat.
ResponderEliminarHay muchas cosas que valen la pena, ya lo creo, muchas de ellas las descubrimos a nuestro aire, otras viene bien que alguien nos inicie. ¿Acaso no nos hemos iniciado alguna vez por medio de algún ambiente o persona?
EliminarLos niños tienen una imaginación y capacidad de generar preguntas que con los años extraviamos. El día que perdemos ese niño interno nos volvemos seres amargados y apáticos….No conocí a mis abuelos, pero me hubiera encantado, por esa razón solo podía indagar con mis padres o preguntando directamente a las estrellas arriba de un almendro - mi abuelo de madera-.
ResponderEliminarAbrazos Fackel.
Habrá que hacer por no perder del todo al niño que fuimos. Si mantenemos la curiosidad y las ganas de tirar para adelante es que seguimos llevando el testigo. Ahora bien, sobre la ilusión y el empuje que teníamos entonces...eso ya es otro tema.
EliminarEs impagable y es irrepetible la complicidad y la cercanía que se establece siempre en la relación abuelo/nieto.
ResponderEliminarFilosofía o juego, pero siempre amorosa y fructífera.
Feliz finde, Fackel!
Y quien dice abuelo puede ser una tía o un hermano mayor o un amigo de la familia con empatía y proximidad. Complicidad y cercanía que no siempre es duradera, Bisílaba. Gracias.
EliminarEstamos viajando... y vale la pena el viaje!
ResponderEliminarCreo que sí, no importa el destino. Viajeros siempre. Suerte.
EliminarSupongo que el niño de este relato se quedó sorprendido y un tanto intrigado. Yo pienso que a esa edad en la que a los niños les gusta preguntar el porqué de todo ya tienen algunas teorias, aunque necesitan contrastarlas. Es probable que no busquen una contestación que resuelva por completo sus dudas, más bien unos trazos, un esquema del que partir en ese aprendizaje de vida que como dices tienen por delante.
ResponderEliminarAbrazo!!
Fuiste algún día niño, imagino, luego no te limites a suponer y haz una introspección testimonial, anda. ¿O la acabas de hacer utilizando una tercera persona abstracta? (De paso yo también haré la mía pertinente)
EliminarMe incluyo dentro de esos niños que hacen tantas preguntas cuando quieren saber algo ¿por qué no me iba incluir?. Nunca les he preguntado a mis padres si fui muy pesada interrogándoles, el único testimonio que puedo dar es el de mi hija que hizo muchas preguntas sí y le contesté como pude en ese momento.
EliminarEn cuanto a si pienso si hay otros mundos, creo que en un universo tan enorme en el que la Tierra es un minúsculo planeta, la posibilidad de que solo haya vida aquí es escasa, que no tengamos constancia de ello, a mi modo de ver, no quiere decir que no haya una enorme probabilidad. Y si hablamos de mundos intangibles también pienso que los hay, nuestros sentidos dan lo que dan y hay franjas de percepción en las que los animales nos llevan una buena ventaja, por poner un ejemplo, así que tampoco me parece muy rara esa posibilidad.
Supongo que esto que acabo de escribir es bastante testimonial.
De todos modos aún queda trecho por conocer muchas más vidas de otras especies que nos acompañan en el planeta. Nunca hubiera imaginado que en la profundidad de cuevas, donde hay agua, pudieran habitar especies prácticamente microscópicas, pero una vez tuve la oportunidad de comprobarlo gracias a un especialista.
EliminarAl leer lo último que escribí creo que me fui por los cerros de Úbeda jajajajaja. Volviendo a mi primer comentario, escribí lo que creo que sentimos de niños, de mayores pienso que es algo parecido pero ya tenemos algunos bloqueos que se han instalado en nosotros y a veces ni podemos considerar el esquema que otros nos ofrecen. Para mi lo más cautivador de la niñez es no tener tantas ideas preconcebidas, traba con la que los adultos lidiamos a diario.
EliminarLa exploración que comentas tuvo que ser fascinante, hay tantas experiencias a las que podemos tener acceso y que por una u otra razón dejamos pasar, lo digo a titulo personal. La espeología siempre me ha llamado la atención y hasta tuve la posibilidad de acompañar a unos amigos que no es que fueran especialistas pero sabian lo que hacian, y lo dejé pasar. Si en algún momento pones algo de esa experiencia en el blog, lo leeré encantada.
Buena jornada!!
No te preocupes, dialogar en blogs es bonito aunque nos vayamos a übeda o a Babia. Te doy la razón. De niños no se pueden tener tantas ideas preconcebidas, pues aún el tiempo vivido es limitado. Pero ya se encargan los mayores de ir incubando ideas, fe, dogmas, axiomas, reglas y prejuicios múltiples en los niños.
EliminarPor supuesto que mi experiencia de cuevas es limitada, pero sustanciosa, si bien lo viví más sensorialmente que obteniendo conocimientos. Fue algo pasajero. Gracias a las cuevas uno conoce algo no solo de cómo puede ser lo geológico y subterráneo (puede tener algo incluso de descenso al Hades como Odiseo), sino las especies habitantes (muricélagos preciosos, por ejemplo) o restos paleolíticos o pinturas cuaternarias (el poder de la imagen hace milenios) o incluso imaginar al maquis. Todo ello me fascinó y alentó un placer por saber algo más.
Questões que os meninos colocam porque querem saber coisas
ResponderEliminarque nós próprios, os adultos, gostaríamos de saber...
O que haverá para além daquilo que a nossa vista alcança?
Um abraço
Olinda
Hola, Olinda, bienvenida. Hay mucho, muchísimo. Tanto que no podemos ni sabemos ver. Por ejemplo, algo tangible: las bacterias. Nos pueblan por todas partes y nos aportan con sus funciones y vidas. Si nos hubieran hablado de las bacterias, por ejemplo, cuando éramos niños...Siquiera en forma de cuento. Recuerdo haber tenido un cuento en que los personajes eran setas del campo con caras que hablaban como los humanos. ¡Pero eran setas! Me llevaron a su mundo y disfrutaba.
EliminarLa huella emocional de los abuelos, sus palabras, sus abrazos y su serenidad, dan continuidad a la vida de forma no programada.
ResponderEliminarUn abrazo Fackel.
Acaso el verdadero poder de la herencia reside en ello, más que en los bienes muebles e inmuebles. La huella emocional junto con la capacidad racional para explicar. Explicar y narrar, fundamentales ejercicios que un niño agradecerá siempre.-
EliminarO que há para além do arco-íris? Ou como será sentar-se numa nuvem?
ResponderEliminarVoar com o Vento? É o que nos mantem vivos...
Como sempre um texto interessante...
Beijos e abraços
Marta
Esas preguntas de infancia están cargadas de misterio e ilusión. Pero de mayores aunque se respondan racionalmente no tenemos por qué perder el sentido de la admiración y la sorpresa. Más bien nos sentimos reforzados emocionalmente.
EliminarPrecioso este poema-cuento, además de entrañable, porque así son los niños, deseosos siempre de saberlo todo, y así son los abuelos también, intentando que su sabiduría, fruto de la experiencia, germine en la generación futura. Saludos y feliz domingo.
ResponderEliminarEn efecto, tal como dices, Dalia, así son los dos extremos del tiempo de la vida. Este cuento complementa este otro:
Eliminarhttps://laantorchadekraus.blogspot.com/2023/10/que-hay-debajo.html
Buen domingo.
Vamos subiendo la escalera sin peldaños, lo malo es que lo vamos haciendo desde que, siendo aún niños, nos planteamos una meta. Llegar o no...eso ya es otra historia.
ResponderEliminarUn post jugoso. Un abrazo
Dejemos a la imaginación por una parte y a nuestros recursos anatómicos, por otra, la respuesta.
EliminarVamos viajando y a una velocidad de vértigo. No salgo de mi asombro cuando tomo conciencia de esa velocidad. Hablo del espacio, del Universo, pero también podría referirme al tiempo.
ResponderEliminarSon importantes las respuestas, pero creo que sobre todo son importantes las preguntas
Besos
Y saber plantearlas, sobre todo más mayores. Porque los niños son instintivos y acaso más claros en su sencillez.
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