Cuando pasaba de niño junto a la muralla me paraba siempre ante el verraco. Palpaba su lomo de granito. Hacía que me subieran a él. Me echaba a lo largo y sentía su frialdad en mis labios al darle un beso cariñoso.
El verraco no se inmutaba. No es que el granito sea inmutable; también tiene su desgaste. Pero la erosión de la nieve, el viento y los cambios de estación son lentos sobre la roca. Y las palpaciones o los besos de los niños reforzarían sus defensas, supongo. Lo que permanece del animal de piedra es su capacidad actual de representación. Aunque los humanos actuales no la necesiten si no es para interpretar lo que supuso en otra cultura.
La escultura o, mejor dicho, lo que expresaba, era toda una referencia doméstica en la pequeña ciudad. Eres más bruto que el verraco. Mira que si te portas mal te dejo que te coma el verraco. Haces menos caso que el verraco. Expresiones al gusto y necesidad de reprender de cada familia. ¿Sabría el verraco, por confidencias infantiles, cómo manipulaban su presencia?
Figura zoomorfa la denominan los técnicos de la arqueología y el arte. No sé por qué no se aplica el término a las miles de representaciones sobre el ser humano, parte también del zoo planetario. Supongo que es cuestión de nomenclatura y diferenciación. No sé si para entendernos o para aseverar, y asegurar, la superioridad, relativa, del individuo humano sobre otras especies.
Hago ficción, o deconstruyo las categorías, y fantaseo con llamar al sacerdote Gudea, por ejemplo, escultura zoomorfa. O al Apolo de Fidias, o al Pensador de Rodin, o a la Magdalena de Mena. Zoomorfos al fin y al cabo transmitiendo significados, creencias o utilidades. Y retrocedo al granítico verraco de Ávila, uno de los cientos de cerdos, toros o jabalíes colocados en las viejos territorios de los vettones con un objetivo probable de delimitación y marcación de zonas adecuadas de pastos y cría de ganado. O también para elevar el prestigio y la invocación de protección en las entradas a sus urbes y a sus oppidum, dotándolas así de un valor especial. Que aquellos ancestros los sublimaran y volcaran en ellos un sentido de reconocimiento, tal vez incluso de culto, acaso de tótem protector, no sería de extrañar.
Llevamos siglos viviendo y conviviendo de lo zoomorfo vivo. Utilizando al animal como medio de nutrición, de transporte, de arma, de industria y comercio, de compañía. Nada que precisar a mayores, salvo que nunca les estaremos suficientemente agradecidos. Los hechos han sido y son los que son.
Tal vez vuelva pronto a pasar mis manos por la superficie rugosa del verraco de Ávila. Quién sabe si al hacerlo tal vez me reconozca.
Hoy se le pueden pasar la mano por el lomo a muchos verracos (cerdos padre) de dos patas, pero hay que tener cuidado con lo que te pregunten.
ResponderEliminarSaludos
Prefiero acariciar el granito; permanece imperturbable.
EliminarReconocer te reconocerá, pero no te lo dirá.
ResponderEliminarSi los animales que están a disposición de los humanos, ya las pasan de todos los colores, imagínate éste que encima no se puede mover.
Pues si dos mil quinientos años les contemplan están como una rosa y uno se entiende mejor con ellos que con muchos de dos patas.
Eliminarsin duda dará un respingocuando le pases la mano. A ver si lo notas o eres un insensible. soy capaz de vislumbrar lo que pensará el verraco:" Este es aquel que venía a hacerme cariños por si alguna de aquellas amenazas de los mayores que me incluían, decidiera yo que tomará cuerpo.
ResponderEliminarAbrazoo
Pues ha llovido y nevado mucho desde antaño y ahora es otro hogaño. Pero la memoria de estos animales fósiles es superior.
Eliminar"Utilizando al animal como medio de nutrición, de transporte, de arma, de industria y comercio, de compañía", i d'escultura! Una escultura animalitzada en això de "Eres más bruto que el verraco".
ResponderEliminarHay toros, jabalíes además de cerdos en el repertorio de aquella cultura celta capaz de freproducir in situ los animales de los que vivían. A los vetones algunos especialistas les llaman los señores del ganado.
EliminarReconocer seguro que reconocerá, otra cosa es que le interese demostrarlo, por sistema los animales desconfían de los humanos, y hacen bien.
ResponderEliminarSaludos.
EliminarHaré el ejercicio mental correspondiente para creerme a mí mismo que me reconoce. Será parte de esa larga carta de creencias entre la que nos movemos.
Si pasas tu mano seguro te recordará; fuiste amable con él, le besaste con cariño.
ResponderEliminarEl instinto infantil ya no dispone de las mismas manos ni de los mismos labios, pero haré que valga la intención.
EliminarCurioso bicho, y palabro designado para nombrarlo, al que yo siempre he asociado con un jabalí aunque no se si voy equivocado…
ResponderEliminar*Curiosamente me has hecho recordar un libro con ese título “Verraco” publicado recientemente por Dirty Works (no lo he leído todavía pero esta editorial siempre es sinónimo de qualité por si te interesa…).
Salut!
https://www.dirtyworkseditorial.com/pinckney-benedict
Verraco se refiere al cerdo reproductor padre. Aunque tiene otras aceopciones:
Eliminarverraco, ca
Del lat. verres.
1. m. Cerdo padre.
2. m. y f. coloq. Cuba. Persona desaseada.
3. m. y f. coloq. Cuba. Persona despreciable por su mala conducta.
4. m. y f. coloq. Cuba. Persona tonta, que puede ser engañada con facilidad.
Los vetones eran un pueblo dedicado fundamentalmente al ganado. De ahí que sus esculturas zoomorfas sean de cerdos, toros (los toros de Guisando) y jabalíes en menor medida. Estos animales serían su medio de vida fundamental, de ahí que estas reproducciones tengan una parte de utilidad y otra de reconocimiento.
He visto la portada del libro que citas y parece un cerdo. Por cierto en el territorio de Navarra al cerdo lo llaman cuto. Que no tiene que ver con aquel personaje de cómic de hace décadas (revista Chicos de mis tiempos)
Tiene su dignidad. No como otros puercos que yo me sé.
ResponderEliminarEn efecto. A esos otros que tú y yo nos sabemos me niego a adjudicarles el término de un animal nobilísimo. Ni puercos, ni cerdos, ni verracos, ni cutos, etc. Yo les llamo infames o abyectos o canallas, términos propios del animal humano ad hoc.
EliminarDebo ser la única que lo encuentra hermoso y guapo. Si viviera cerca lo visitaría siempre…Los animales de cuatro patas -incluso los de granito- son confiables y leales.
ResponderEliminarAbrazos Fackel
Yo las encuentro más modernas a estas esculturas zoomorfas de hace siglos que a tanta estatuaria concencional figurativa o realista que hay por doquier en nuestras ciudades. Sobre todo las de carácter historicista del siglo XIX o muchas recientes. Hay de todo, por supuesto.
EliminarUna reflexión en voz alta que me ha hecho pensar. Ese verraco pétreo sigue allí. Y tal vez te reconoce, no creas.
ResponderEliminarUn abrazo, Fackel
Si uno ha sido bondadoso con ellos ellos no te olvidan, seguro.
Eliminar... he pasado mi mano por su frente y su cuello, y he sentido, siempre, su suavidad y calor.
ResponderEliminarEgun on, F.
Los que hemos jugado de pequeños entre las rocas de granito sabemos la generosidad de su temperatura, o cómo el impacto inicial cede ante el calor humano.
Eliminar(Por cierto, ¿sabes que en sus profundidades las masas graníticas entrañan una cierta clase de peligro?)
Bien por saber de ti.
Peligro? No sabía. Pero si creo que cualquier cosa que se puede pensar o imaginar, es o puede ser posible... no?
EliminarEl gas radón.
EliminarAcaba por ser uma referência...guardião de segredos, talvez? E, sim, lembra-se de si....
ResponderEliminarBeijos e abraços
Marta
Por supuesto que guarda secretos, incluso una roca solo tallada por los cataclismos de la naturaleza guarda bastantes secretos y miradas.
EliminarParticularmente la encuentro bellísima. Me gusta cantidad. El escultor hizo gala de esquematismo y proporcionalidad.
ResponderEliminarEn lo demás no entro, no sabría qué contestar. A mí, lo que me gusta es la sobriedad de la figura.
Salut
Supongo que los artistas de la Meseta de aquellos tiempos tenían sus límites. No recibirían la influencia que recibieron los iberos, por ejemplo, pero el don y la capacidad de representar el entorno también lo tenían. Como cada vez me gusta menos hacer comparaciones tontas en las expresiones artísticas prefiero ajustarme a una comprensión de cada cultura, en sus marcos geográficos y culturales. Hhay que aproximarse al pasado, no utilizar el pasado para justificarnos nosotros.
EliminarEl verraco de granito como hilo conductor de tu relato en el que transmites recuerdos y sensaciones de infancia con datos muy interesantes que yo no conocía... Me ha gustado la estatua zoomorfa y tu relato...
ResponderEliminarEl repertorio zoomiorfo del pueblo prerromano citado es amplio. Si tienes interés o curiosidad te remito a:
Eliminarhttp://www.verracos.es/
Saludo, impersonem.
Cuando leo a los gallegos brutos como los llaman en La Argentina me río.Tienes miedos .Sonriendo me despido
ResponderEliminarSospecho que brutos los ha dado la viña del Señor por todas las partes del globo.
EliminarNo lo digo yo
EliminarLo dicen ellos.
Mis mejores amigos son gallegos
y mis orígenes franceses- Nací en París
Besitos y buena Noches
Está bien, c'est la vie.
EliminarQuizás sí; y aguarde tu beso, Fackel.
ResponderEliminarEn esta ciudad desprovista de personalidas, le sobreviven un par de leones custodiando un apartado dentro del bosque, su historia es desconocida, aún así, ellos siguen ahí, sin inmutarse.
Es curioso cómo utilizamos los humanos a los animales incluso para convertirlos en símbolos; viene desde los tiempos más pretéritos.
EliminarNo pensé que fuera tan antigua. Tiene algo que genera simpatía apenas verla. Como un juguete que logra sacar una sonrisa al niño que seguimos llevando dentro.
ResponderEliminarSi buscas en la red verracos o toros de los vetones como imágenes verás unas cuantas esculturas de ese tipo. Los romanos ya las conocieron y algunas las mantuvieron, en otras escribieron inscripciones y otras como cimientos, a la mayoría las olvidaron. Y luego llegaron más culturas que las trataron con ignorancia o como piedras sin más. Toda representación arcaica me entusiasma y me hace pensar respetuosamente.
EliminarDesconocía esta figura, pero lo que se ha expresado de ella me satisface. La palabra "verraco", sin embargo, tiene una cacofonía ruda...
ResponderEliminarEn la lengua española hay muchos términos rudos, tanto en entonación como en significado, y este exige siempre una pronunciación contundente además del sentido con que lo usemos. Una herencia más de la precisa lengua latina (verres/verris) para denominar al noble cerdo.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarsi el toro tiene muchas estatuas y pinturas, el cerdo no le debería ir a la zaga. No en vano, y es ya un tópico, del cerdo gustan hasta los andares.
Vi ese cerdo en Ávila (en algún lugar del ordenador tendré la foto). Había muchas gente y no me atreví a hacerme una foto con él; pero con el de La Alberca de Salamanca sí tengo una foto acariciándolo, jajaja.
Salu2.
Si viste el verraco junto a la muralla sería ese. En el Museo de Ávila también hay otra escultuira que encontraron no hace mucho tiempo en los cimientos de la muralla en otra parte de la ciudad. Y luego están los Toros de Guisando en el pueblo homónimo. Hay muchas eculturas de estas características en amplias zonas de Castilla y León, puede que en algo de la Vieja, Extremadura, Portugal. Hablamos de dos mil seiscientos o dos mil setecientos años.
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