"Escribo porque yo, un día, de adolescente, me incliné ante el espejo y no había nadie. ¿Se da cuenta? El vacío". Dicen que esto le respondió la escritora mexicana Rosario Castellanos a un periodista ante la estereotipada pregunta de por qué escribe usted. La respuesta, nada convencional, sobrecoge. ¿Confesaba así la poeta una circunstancia de carencia de identidad en la adolescencia o ya hacía relato de sus primeras pulsiones literarias porque no podía admitir el vacío y la inacción?
Tal vez escribir sea situarse ante el vacío. No tanto el literal de quien apenas tiene experiencias de vida cuanto el del que siente la necesidad de enfrentarse, a cualquier edad, con la mentira y la vaciedad de todos los cuentos que le han ido contando. Sin embargo, cómo nos han nutrido todos los mitos e historias hasta metamorfosear nuestra identidad. Ignorándonos y obligándonos a preguntarnos si no habremos sido, o somos, otros.
Ya me lo dice con sarcasmo Max. Mirémonos en el espejo, antes de que el desgaste o el óxido lo enturbie del todo y no nos deje reconocernos en él. Quién sabe si nunca será tarde para hallar la imagen perdida.
El espejo es el único objeto que convierte el monólogo en diálogo. En ocasiones es irrespetuoso.
ResponderEliminarSalut
Como si es blasfemo. Todo sea por encararnos con nosotros mismos y encontrarnos en algún espacio que no sea el que nos pusieron obligatoria y despersonalizadamente.
EliminarYo creo que es una buena estrategia para permanecer lúcidos mirarnos en el espejo de lo que escribimos. Con suerte, lo que allí volcamos alguna vez, conservará para siempre nuestra identidad. Al menos la parte que quisimos mostrar.
ResponderEliminarSí, aunque sea efímero o cumpla un papel temporal lo que escribamos debe tener cierta sinceridad, al menos, para reconocernos. Aunque no mostremos todo.
EliminarUno escribe para que otro lo lea.
ResponderEliminarDe esta forma cree estar acompañado.
Es otro punto de vista, no precisamente el del escritor Wallace Stevens, que opinaba que se escribe para uno mismo. Aunque siempre necesitamos testigos.
EliminarLa adolescencia es una etapa crítica, de descontrol interno y muchos cambios, pero también es un tiempo de reflexión, creatividad y empezar a hacer camino.
ResponderEliminarHasta hace un tiempo creía que siempre había tiempo para, lo que sea que nos agobie o sintamos que debemos cambiar, conforme los años se quedan con nosotros me doy cuenta que no siempre lo hay.
Siempre hay alguien al otro lado, sea en silencio o haciéndose presente.
Me gusta la imagen, es como apersonarse y tomar el control.
En esa etapa pienso que domina la acción, tantas veces irreflexiva, caótica y ansiosa, y obviamente la imaginación se impone como si fuera racional, lo cual da lugar a valorar equívocamente muchas situaciones y estrellarse.
EliminarEl tiempo, Maia, siempre está ahí a nuestro servicio, pero es que hay un tempo particular nuestro que no siempre sabe o puede utilizarlo,pero incluso siendo aparentemente inútil un tiempo adaptado a nuestra circunstancia tiene su valor siempre que no se eternice cuando ya se percibe agotado. En ese sentido pienso que pasamos por muchos tempos, unas veces se suceden, otras se enfrentan entre sí, otras veces no queremos superarlos porque nos parecen tan queridos que no nos atrevemos a soltar. La llamada del cambio existe a cualquier edad, pero debemos tener claro qué cambio queremos, cuál es posible, cuál es probable, y distinguir con cierto riesgo sus límites.
El alguien al otro lado en que nos reconozcamos para seguir teniendo sentido de supervivencia depende de nosotros.
Las obras de los muralistas, que no los cutres y zafios grafiteros, me agradan sobremanera. Y si el fotógrafo accidental busca un ángulo dobla el significado y crea una imagen sobre otra imagen. En este caso se trata de un trozo de valla que separa al peatón del ferrocarril. Gracias.
Creo que los espejos nos mienten muchas veces, pero sí que escribimos para alguien del otro lado, o en otro lado. Lo que nunca podemos saber en es qué porcentaje ese del otro lado somos nosotros mismos.
ResponderEliminarUn abrazo
Si los espejos nos mienten es que no sabemos mirarnos en ellos, sospecho. Siempre me pregunto si tiene más validez un lector-otro individuo o el otro yo que asoma leyéndonos. Ambos debemos escuchar, pero solo decide ese que se asoma al espejo buscando huir del vacío.
EliminarDicen que "nunca es tarde", yo digo que por lo general, siempre se llega tarde o lo que tampoco es bueno, llegar antes de tiempo.
ResponderEliminarSaludos
Pero ¿no te ha pasado alguna vez que por llegar tarde también te has beneficiado de algo? Como no se sabe en muchos casos hasta a posteriori...El tiempo no depende de nosotros y a veces creyendo controlarlo damos pasos en falso. No hay normas, solo nuestro propio procurar.
EliminarQue linda entrada y lindos comentarios Son las cinco de la mañana y me ahogo. De algo hay que morir y en la soledad de la madrugada sigo leyendo mientras digo...
ResponderEliminarQué linda entrada!
Pues no hay que dejarse morir, así por así; gracias.
EliminarYo contestaría que si escribo es porque creo que tengo algo que decir, aunque ya estuviera dicho con anterioridad. Supongo que el día que ya no escriba será porque dejé de creerlo.
ResponderEliminarAunque otros hayan dicho pienso que cada uno debe refrendar las ideas de otros y confirmar las propias, por eso no importa si repetimos. Lo hacemos bajo una óptica personal, la que nos permite la comprobación. Eso vale. Uno abandona por cansancio o por exterminioo, sinn duda. Saludos.
EliminarUno escribe para sí mismo, en la prosa, no así en poesía. La poesía sirve para informar de nuestras negligencias.
ResponderEliminarInteresante esta conclusión sobre la poesía; y original.
Eliminarcreo recordar que esta reflexión es de Jenaro Talens.
EliminarBueno, pero si nos gusta, nos parece bien o provechosa pues la hacemos parte de nuestro acervo, todo funciona así.
EliminarDormirse con un cuento es algo tierno que recuerdo agradecida, tradición que mantuve con mi hija durante muchos años. Pero todo tiene su lugar y aunque ya despiertos a veces deseemos volver al cuento ¿para qué engañarnos? mejor hacer lo que podamos conscientes de la realidad, e intentar que ésta no sea muy diferente al cuento que un día nos inspiró.
ResponderEliminarPor otra parte, escribimos con la idea de que otros nos lean pero en el fondo, lo digo a título personal, uno escribe porque necesita escucharse a si mismo y creo que en toda historia tejida con palabras habita nuestro mundo interior.
Buena jornada, besos!!
Así es: necesitamos escucharnos. Ejercicio que puede quedar en el pensamiento interior, que se puede desarrollar en coloquio de confianza con otro individuo o sencillamente -que no es tan simple- escribiendo. Tal vez se trate de combinar todas esas fórmulas. Y escucharnos para comprendernos y, en la medida de lo posible, evolucionar. Gracias, Ana.
EliminarEn lo poco que conozco de la literatura hispanoamericana he observado que diferentes autores nos hablan de vaciedad, tanto en lo espacial (Cortazar), como en la percepción de la propia identidad (Borges). Lo expresan bien.
ResponderEliminarLa soledad nos acompaña, estamos solos ante el espejo y, como diría el paseante romántico (Der Wanderer), solos en la niebla.
Salud.
El presente siempre es nebuloso. Ir dando palos de ciego no sé dónde nos llevará.
EliminarEscrivim per alliberar-nos, encara que no sortim de la torre de vori. Però si hi ha algú a l'altre costat, millor.
ResponderEliminarCon desahogarme ya tengo mucho. Si doy con algunas claves, me reconforto más. Interpretar ya es un verbo mayor queuno no sabe conjugar adecuadamente.
EliminarAmigo Fackel, permíteme una respuesta al cometario de Helena Bonals.
EliminarHelena: mal anirem si hem de llegir aquests autors que escriuen per alliberar-se. Prendres l'escriptura com a terapia es una perversió literària.
Por supuesto, adelante.
EliminarCreo que se escribe por necesidad. Por que no se puede dejar de hacerlo. Como confirmación. Dejar en el papel, pensamientos, impresiones, sentimientos... Y, sobre todo, tratar de intentar analizar contradicciones... Al menos, a mí me pasa.
ResponderEliminarY si esa necesidad lloeva un método, prospectar, saber más, trazar camino, pues formidable, ¿no?
EliminarSupongo que los que escriben, lo hacen, porque no tienen nada mejor que hacer. Y sinceramente, me parece magnífico.
ResponderEliminarAcaso tienen otras cosas que hacer que sean tan buenas, ¿no?
EliminarBueno, creo que las personas hacemos lo que hacemos tratando de hacerlo lo mejor posible. Por eso tendemos a dedicarnos a aquello que se nos da bien (independientemente de si el resultado es una excelencia o una basura). Es en ese sentido en el que digo que los que escriben (sean escritores profesionales, aficionados avanzados o chupatinteros) lo hacen porque no tienen otra cosa mejor que hacer. Si encuentran otra cosa mejor, la harán. No tengo dudas.
EliminarNi yo. Esa ha sido la línea continua a lo largo de la vida. Por cierto ahora puedo ser chupateclado, pero de niño fui chupatintero. La mayoría lo éramos. Aquellos tinteros de loza incrustados en un agujero del pupitre, donde había que mojar el palillero y con prudencia dirigir la mano hacia el cuaderno. ¡Qué riesgo! ¡Cuántos chapones y borrones! Y no sé qué hacíamos pero quien más o quien menos nos manchábamos la lengua de tinta, ergo...Bien pudimos denominarnos chupatintas.
EliminarHay que estar preparado para esas preguntas difíciles, porque digo yo si es dificil saber porque uno escribe. En mi caso yo diría que fue por inercia, en aquellos días todo el mundo tenia blog.... así pues también me abrí uno y me puse a desarrollarlo.
ResponderEliminarHoy en dia tenemos la internet, pero recuerdo un caballero del pasado que escribía simplemente en su maquina de marca Remington y guardaba las hojas cuidadosamente en una carpeta.
No dejaba que nadie viera o tocara los escritos.
Cuando murió vimos que eran copias de los artículos del Reader's Digest.
Algunos hemos pasado por esas etapas: la del blog, antes la de máquina de escribir, antes a mano...De momento uno no ha caído en copiar y pegar, y la Reader's queda ya muy lejos y nunca fui lector de ella.
Eliminar(Hago el esfuerzo de comprender a aquel hombre, no obstante, hiciera lo que hiciera trataba de sobrevivir)
Excelente respuesta la de Castellanos a una pregunta tan carente de sentido.
ResponderEliminarPero sí es una pregunta que todo aquel que escribe se ha hecho en algún momento. Y no solo esa, sino también, luego de un tiempo, ¿para que seguir escribiendo?
Saludos,
J.
En efecto y, obviamente, la pregunta siempre permanece abierta si las circunstancias le hacen desasistir a uno. Saludo.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarengañar a un espejo, ese sería un logro insuperable (o meterse a vampiro, claro...)
Salu2.
¿Engañó al espejo Alicia o Alicia fue engañada por el espejo?
EliminarCreo que el espejo engañó a Alicia, porque el segundo libro me pareció un tostonazo. Cruzar el espejo para encontrarse con el rollazo de Lewis en el segundo libro es como para tomar represalias contra el susodicho...
EliminarSalu2 de Diego Morales.
Es que va a resultar que Alicia se engañó a sí misma.
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