¡Paso! ¡Paso! Que no llego a la meta. ¿Y cuál es la meta? Toma, la de todos. Ah, pues entonces no corro. Te quedarás el último. Y qué, mira, ya hace tiempo que me propuse ser el farolillo rojo. Acaso me ha beneficiado en esta absurda competición de no llegar a ninguna parte. ¿De verdad que no has ganado nunca ninguna carrera? De verdad. Arrancaba demasiado pronto y me cansaba demasiado pronto. Me iba quedando atrás. Te descalificarían. No, pero casi; me dejaban seguir. Total, sabían que no iba a recuperar ni los tiempos ni las posiciones. ¿No te deprimía no ser siquiera del montón? No, si del montón he sido siempre, pero como nunca aceleré para adelantar a nadie ni di codazos me fui quedando atrás. Debía ser aburrido. ¡Qué va! Aprovechando ese último puesto paraba donde quería, me solazaba donde me daba la gana, y dejaba que me jaleasen, no sin sorna, desde el público que ya se iba a casa pensando que habían pasado todos los carreristas. Darías pena. No sé, eso de las penas y las lamentaciones son cosas de los que salen a ver la vida como espectáculo. Pero tú también te veías inmerso en el espectáculo. Digamos que siempre he montado mi propio show para mí. Pero nunca me he dado pena, porque, sabes, uno tiene su propio secreto. ¿Cuál es?...¡brrrum, brrrum! No te oigo. ¿Cuál es? Maldito ruido el de la moto.
No serías Giacomo Agostini (todavía el carrerista* con más títulos mundiales) pero si leías a Giacomo Leopardi seguro que siempre llegabas a la meta…
ResponderEliminar*Digo carrerista en vez de piloto porque me ha hecho mucha gracia el palabro ;-)
...E tu per certo, o mio pensier, tu solo
Eliminarvitale ai giorni miei,
cagion diletta d'infiniti affani,
meco sarai per morte a un tempo spento...
(De Il pensiero dominante)
Nos hemos quedado sin conocer el secreto del motorista, pero bastante nos ha contado en su idea no competitiva de la carrera, en la que más vale quedarse el último y tener tiempo para su propio solaz. Texto breve y sabroso, acompañado de una golosa fotografía que me he apresurado a ampliar para ver parte de tu biblioteca, algunos de cuyos libros, las mismas ediciones -La realidad y el deseo- son las que tengo yo.
ResponderEliminarEs una edición que aprecio mucho, ya ajada a costa de mis propias manos y sobre todo su lectura. Cernuda es una permanencia.
Eliminar...la de todos.
ResponderEliminarCuantas y cuantas carreras sin sentido no hay, en las que nos vemos inmersos sin darnos cuenta. Hasta que las consecuencias nos hieren, enferman, angustian... Entonces, por regla general o ya es demasiado tarde y sigues corriendo o renuncias para llegar el último.
Correr, ¿para qué?, dice el indolente. Corre como si no corrieras, dice el asalariado que tiene que llegar a fin de mes. Corre, que no te quiten el puesto, urge el competidor. Y así todo quisqui corre, pretende corre y algunos caen en la carrera.
EliminarA veces llegar el último tiene premio. El tío de mi padre "l'oncle Alfonso" tuvo meningitis de pequeño y quedo un poco tocado del ala.
ResponderEliminarDecían que no estava del todo bien, pero la verdad és que era más listo que el resto que competían con el en la carrera de burros de la fiesta mayor. Él, cada año quedaba el último, y uno de estos m i padre le preguntó porqué participaba si siempre quedaba el último. La respuesta de su tío tenia todo el sentido.Mira Santiago, al primero le dan un Diploma y nada más, y al último un saco de algarrobas. ¿Lo entiendes?
También se las daba de poeta, aparte de jugar al billar bastante bién. Aunque lo de la poesia mejor dejarlo....
Me amaste, te amé
me quisiste, te quisé
Magnífico lo de l'oncle Alfonso. De uno de los miles de diplomas que se han repartido dudosamente se ha comido. La algarroba era otra cosa. Cuánto nos gustaba paladear aquellas vainas de algarroba en la infancia. Lo de los versos es divertido: se trataba de hacer rimar. Lo conseguía, malgré de...
EliminarMe imagino que habrás estado muchas veces en la cola de la caja de un supermercado, ahí si que se corre, sobre todo algunas abuelas y abuelos que no tienen miedo de usar los codos si es necesario.
ResponderEliminarNo soporto los supermercados, y no solo por las colas. Lo peor no es únicamente los codazos, sino el pago en efectivo hasta que algunos se aclaran o vuelcan el monedero o la cajera se ofrece para tomar ella las monedas.
EliminarEs que con el ruido no hay quién se entere.
ResponderEliminarEl ruido es el gran problema de nuestros días, y no solo de las motos (que también, pues se las traen con sus cilindradas) sino por tanto vocerío que solo lleva a confusión, enfrentamientos y descalificaciones del prójimo. Hay que huir del ruido ruidoso.
EliminarTranquilo, ¡ Tranquilo ¡, recuerda, detrás del último no va nadie, así que nadie te puede alcanzar.
ResponderEliminarDetrás del último, hermano, va quien va, y no te escapas.
EliminarAhhh, cierto, por eso me gusta tanto un tema de no se quien y que yo hago mío y cambio lo de la "pasma" por lo que verdaderamente me va a pillar: ¡corre, corre, corre, que te va a pillar la Parca¡
EliminarAbrazos mil y apretones otros tantos
Míralo como quieras, pero conviene tenerlo presente.
EliminarAhora todos vamos a la carrera, parece una competición diaria.
ResponderEliminarY a mí nunca me gustó correr...
Besos.
Cada uno es hijo de sus propias circunstancias. Dichoso quien pueda sentarse en el banzo de su casa de vez en cuando.
EliminarEsto va de libros ¿no? o se trata de un canto a la libertad? Respecto a llegar, ya nos acercamos a la meta, hermano, y cada cual a su aire, que el aire propio es de lo más resultón para sí, pues cada cual vive dentro de sus pensamientos y percepciones. . La clave debe ser no permitir que los cuchillos, huy qué lapsus, pensamientos ajenos nos atraviesen. Erré tanto por ser lenta de entendederas y floja emocional! . Menos mal que me dio tiempo a darme cuenta antes de tomar las de Villadiego! Jaajj
ResponderEliminarVa del circuito por donde rodamos que meterá más o menos ruido pero que seguimos en él imparables.
EliminarNunca he sido de competir, pero reconozco que puede ser un método para ir superándose, para mantenerse activo y no bajar los brazos. Como todo, depende de cómo se asuma la carrera.
ResponderEliminarCompetir parece ser un sino y en este sistema y modo de producción y forma de vida en el que estamos inmersos está a la orden del día, pero competir está repleto de claroscuros, agota mucho y puede llegar a ser injusto. Hay quien se mata por competir, hay a quienes nos horroriza.
EliminarCompetir?... Y eso, qué es?...
ResponderEliminarEgun on, F.
Pues me temo que es algo que aunque se ignore o sobre lo que se ironice existe bastante extendido; otra cosa es que lo sorteemos o no nos dejemos tentar por ello.
EliminarQué bueno, un enfoque que no me resulta desconocido, lo del secreto es perfecto, se puede intuir pero en abierto hace que sea único para cada lector.
ResponderEliminarDetrás del motorista hay un repertorio muy variado, me viene a la cabeza Canto a mí mismo, un bosque en el que perderse cuando tienes tiempo y ganas de divagar.
Un abrazo
¿Te ha recordado a Whitman? No lo hubiera imaginado.
EliminarSerá por lo que hay justo detrás del motorista que parece tener los labios pintados jajajajajaja
EliminarEs que hay protectores labiales para el viento que parecen lipsticks.
EliminarEs imposible apearse de esta carrera...salvo que decidas invernar como los osos o volverte anacoreta ; ) Pero es verdad que dejarte la vida en algunas carreras, sin siquiera disfrutar del paisaje, es de tontos! ¡Mira que somos tontos, ahora que lo pienso! jaja no sé... Tengo una naturaleza bastante eléctrica y casi te diría tb ecléctica, me cuesta estar quieta, siempre estoy haciendo mil cosas a la vez, a veces solo muevo las neuronas, pero las mías corren que se las pelan... sieeempre me llevan a rastras y supongo que por eso disfruto aquí ( en la blogosfera ), dejándolas correr a sus anchas sin rumbo, como tú dices, aunque no me lleven a ninguna parte, ni delante, ni detrás de nadie...correr por el placer de correr...
ResponderEliminarUn besito a la carrera ; )
Conozco esa dinámica en la que te defines y. en efecto, lo eléctrico lleva mucho de ecléctico, y no es solamente juego de palabras cambiadas. Cuántas veces -¿o es lo ordinario para el común de los mortales?- no se centra la gente en un árbol u otro u otro pero olvida la visión y acogida del bosque entero. Así que luego ocurre lo que ocurre. Pero el individuo disperso también tiene su problema, salvo que se sepa parar a tiempo y en el lugar adecuado, siquiera temporalmente. A buen tendedor, eso.
EliminarTienes razón, soy dispersa pero muy intuitiva... ella es la que me salva siempre de comerme los árboles y de separarme lo suficiente para apreciar el bosque ... en mis carreras ; )
EliminarYa te digo que conozco esa manera de ¿ser?, de comportarse, mejor dicho. El comentario no pretendía en absoluto ser crítico. Salud y bien hacer, María.
EliminarLo sé, es que me cuesta muchísimo permanecer callada, se nota ¿verdad? además de dispersa, soy verborrágica fuera, aquí mis dedos chorrean letras, casi sin querer ; ) Gracias igualmente!
EliminarAprecio lo natural, así que ningún problema.
EliminarPásate por mi blog hoy a ver si puedes apearte y relajarte un poco conectándote con la Naturaleza, te invito a mi Locus Amoenus.
ResponderEliminarUn abrazo, Fackel
Qué hermosos sustantivo y adjetivo. ¿Cómo eran aquellas declinaciones? A ver, sí. Locus, loci. Amoenus, amoena, amoenum. Fíjate, el adjetivo implica ameno, agradable, delicioso, encantador...toda una escala de valor, aplicable tanto a espacios ¿como a individuos? Gracias por la invitación. Oye ¿y si te dijera que la naturaleza a veces me ha turbado?
EliminarA vida e os seus segredos...Ás vezes, somos ultrapassados, outras, ultrapassamos...Nem sempre nos identificamos com o grupo, mas aprendemos a viver com isso.
ResponderEliminarComo sempre um texto interessante para reflectir.
Beijos e abraços
Marta
El grupo es una referencia y hasta cierto punto un pacto, pero nos gusta mantener márgenes personales, aislados, solitarios, independientes.
Eliminar"La de todos", en contrast amb "uno tiene su propio secreto". Ens quedem amb ganes de saber-lo!
ResponderEliminarEs el problema del ruido que cunde no solo en las motos, sino en general en nuestro tiempo y en nuestras sociedades. Ya sabes el dicho: mucho ruido y pocas nueces. Sigue siendo una constante, que nos impide escucharnos.
EliminarNo todo el mundo corre, por increíble que parezca. A esto contrapongo mi verdadera meta: la quietud absoluta y total, que no puede ser otra que la interior, la mental, la de espíritu.
ResponderEliminarUna buena crítica de esa competitividad absurda y frenética. Curioso que hace poco, en otro blog, comenté con una frase que hace referencia a ese correr irreflexivo: "correr como pollos sin cabeza". Así corre el 99.99% de la humanidad, creo. Lo malo no es el correr en sí mismo, sino el desperdiciar la inteligencia en cosas banales.
No vas descaminada, pero tengo alguna duda. ¿Cómo conseguir una quietud absoluta y total? Mira que son dos adjetivos excesivos, y más teniendo en cuenta que sobrevivir exige un precio, luego una cierta actividad. Un problema añadido es la competencia generalizada que nos persigue a todos y que hace que nosotros también la persigamos, ¿no?
EliminarAgradecido por tu paso y opinión.
"Descaminada" no, "descaminado". Soy hombre. ¿Cómo conseguir una quietud absoluta y total? Buff, la pregunta del millón. Muchos te contestarían, por ejemplo, "con meditación, meditando". Vale, lo compro en buena medida. Pero mi respuesta más personal sería metiéndose de lleno en el camino espiritual, lo cual requiere en parte y en teoría meditación (no imprescindible), pero sobre todo observación,autoindagación, atención plena, honestidad. Sí, claro, hay que "practicar" y eso implica aquietar la mente, tender hacia el silencio interior (que es quietud y ecuanimidad), única manera de tomar perspectiva. Son mis opiniones. En cuanto a la actividad, está claro que aparte de este anhelo, búsqueda o posibilidad de buscar, indagar, preguntarse si hay algo más allá de este mundo de relatividades, la mente del ser humano se ha vuelto extrovertida (atención preferente al mundo exterior) por razones meramente evolutivas. Sobre esa competencia generalizada y verse o sentirse involucrado, cada uno debe decidir en qué medida y en qué aspectos. Solucionado lo básico, queda campo para ir tras tus verdaderas prioridades, sean las que sean.
EliminarInteresante planteamiento. Solo que la actividad es una vorágine y a algunos nos pilla ya lejos la espiritualidad. Pero no pretendo debatir sobre el tema. No obstante, no veo nada mal que la mente humana sea extrovertida, excepciones aparte, y no es poco que lo sea por la propia evolución. No hay otra opción, objetiva y/o subjetiva, al devenir evolutivo de la especie. Saludo.
Eliminar¿Por qué te pilla lejos la espiritualidad? El punto de partida siempre es aquí y ahora, siempre eres tú mismo, tu esencia, da igual si tienes 15 años o 65, incluso más. "Vorágine" es una palabra excelente, te la compro. En el budismo dirían y dicen "samsara". En lenguaje moderno, vivimos en un mundo de locos, sí, cada vez más desquiciado y desestabilizado.
EliminarSaludos. Seguiremos charlando.
Huy, sería largo de explicar. Es probable que siempre exista un punto de partida. O de retomar la senda. Son maneras de hablar. En realidad, nunca se ha dejado de andar el camino. Lo vivido se constituye como la propia fortaleza, si tenemos la capacidad de digerir vivencias y experiencias. Entender el recorrido que venimos haciendo, sin urgencia de hallar especiales sentidos. O acaso sentir es simplemente tener conciencia de un íntimo devenir que nos permite conectarnos con otros sin abandonar nuestra propia sustancia. Tal vez el sentido es distinguir la esencia que cada uno porta y solo es para él. Sin aspirar a más, porque a ninguna parte vamos. Y conocer en la medida de lo posible la apasionante historia de la especie humana y su relación con todo cuanto le rodea. Pero estos son ideas vagas y un blog no da más que para apuntarlas.
EliminarAdemás de vorágine hay otra palabra que me entusiasma: vórtice. Debe ser porque la comprendo por instinto más que por lenguaje.