Doblegas al día, aun sabiendo que este va a liberarse de tu pie firme. Yo, aquí abajo, te contemplo entregado a tanta exuberancia. Aplástame, soy un fervoroso tuyo que reclama de ti voracidad generosa. En tu afán dadivoso me entregas esos hijos que son los sueños. Yo te devuelvo el favor tallando cada palmo de tu cuerpo, puliendo sus redondeces, disponiendo que los miembros sobre los que te recoges sean capaces de madurar las horas. Te recreo como noche pasajera que algún día será eterna. Algunos dicen que te he exaltado con un cuerpo hercúleo, con ecos de virilidad que ceden a los atributos más frutales. Retorcida sobre tu propio regazo ¿duermes o permaneces en disimulada vigilia? No representas el cansancio propio, porque no lo tienes, sino el de todos los hombres, de cuyas limitaciones no siempre son conscientes. No eres tú quien se sumerge en el silencio, sino ellos, cualquiera de nosotros que solo vemos en ti el don del descanso y pocas veces la virtud de la belleza. La belleza no tiene por qué ser siempre activa. La pasividad de las horas con que nos obsequias contiene una hermosura misteriosa. Alguien dijo que así es el encanto de las tinieblas. Y sin embargo los hombres anhelan huir de ellas, a pesar de que constantemente recurren desbocados a sus tentadoras promesas. ¿Es el extravío el precio de la búsqueda? Si te quiero magnífica en tu exultante abandono es para que los hombres comprendan tu valor impagable. Unos no desearían salir de ti jamás. Otros te rehúyen como si solamente en el día les fuera la vida. No soy tu artífice, soy tu servidor. Que haya incorporado en tu proximidad la imagen del relevo, cegado por la luz exterior, es para que cuantos te contemplen perciban las diferencias. ¿Te gustaría que tal alternancia no existiera? Entonces, ¿qué sería de la vida y las obras de los hombres? ¿Qué sería de ti misma?
- Atiéndame, maestro, que le veo abstraído. ¿No le parece que simula el día caído en lugar de la noche en auge?
- Tú pule y calla, que sé lo que me traigo.
* La noche, representada en la tumba de Julio de Médicis. Sacristía Nueva de la Basílica de San Lorenzo, en Florencia. Obra de Miguel Ángel Buonarroti.
No concibo, al hilo de la entrada, como se puede trabajar el mármol con tanta perfección. Aún viéndolo me parece un imposible. Es mágico.
ResponderEliminarSalut
A mí me hubiera gustado ver el proceso. Supongo que hay más tarea de equipo de lo que nos han contado.
EliminarNos adentramos en las tinieblas en busca del placer que asociamos a las horas nocturnas. Es el reino de la noche el nos mueve.
ResponderEliminarNo deja de ser curioso que se utilizara el día y la noche para adornar la tumba de Giuliano en Florencia. Metáforas que empequeñecen a los más grandes personajes, que no pueden evitar el final de la vida.
EliminarMaravilloso texto con pensamientos que bien hubieran podido ser de Michelangelo Buonarroti. Me gusta esa idea de que "La belleza no tiene por qué ser siempre activa". Un abrazo
EliminarSabes, Myriam, me gusta fantasear, aunque sea con torpeza, sobre los quehaceres de gentes de otros tiempos. Como nunca podremos escuchar conversaciones sel pasado, ¿por qué no imaginarlas? Salutem.
Eliminarjaja es verdad, seguro que Miguel Ángel trabajaba con un grupo de hacendosos ayudantes que a cada golpe de cincel del maestro, le pasaban la lija y la bayeta hasta sacarle brillo a este mármol de Carrara que aunque no es muy duro... le llega! creo que la pulidora no se estilaba en esos tiempo. "La pasividad de las horas con que nos obsequias contiene una hermosura misteriosa" cierto, ciertísimo solo en la quietud de la noche se pueden apreciar y disfrutar de verdad de ciertas cosas ... la música ¿ quien se pone a escuchar a Miles a las 4 de la tarde? o el silencio, por ejemplo... Tu escrito .. ¡mágico! me ha gustado incluso más que el anterior...
ResponderEliminar¿Tienes pesadillas o es que adoras la noche por tu insistencia con el tema ? ; )
Un placer y un abrazo! a oscuras jajaja
Soy muy instintivo, y de repentes. La percepción de las cosas de la vida tiene muchos caminos y eso al menos permite posteriormente una reflexión. La noche, el día, cualquier hora, cualquier espacio brindan la oportunidad de encender luces y apuntar ideas. No creo que tenga más pesadillas que cualquier otro humano, ni adoro más la noche, simplemente es una referencia que permite la escritura. Salud y luz en la oscuridad, si se quiere, y si no también.
EliminarYo creo que se les ha ido la mano puliendo. Lo pagarán con terrible dolor a causa de terribles deformaciones por causa de la artrosis en sus manos. Si es que no hay derecho. Le han dejado a la señora, unas tetas tan pulidas que parecen dos "magranes" (granadas)
ResponderEliminarEs que la Noche es lo más grande que imaginarse pueda. Claro que otros dirán que el Día; yo encontré al día de los Médici más tosco y con aire de desdén. La cara de Noche le gana de largo en dulzura.
EliminarEl reino de la noche y las tinieblas ocupa en nosotros un espacio real y simbólico proyectado en la literatura y en el arte en general de lo que da cuenta la obra de Miguel Ángel cuya hermosura nos deslumbra en plena noche. Hermoso texto.
ResponderEliminarMe pregunto qué hubieran dicho los artífices griegos de la obra de Michelangelo. ¿Le llamarían copión, clásico, revolucionario?
EliminarPude verla en persona, también me despertó mucha curiosidad imaginar por qué la representó femenina. Ahora, esos senos -parecen más limones- dejan entrever que el maestro no tuvo mucho interés (u oportunidad) de ver realmente una mujer desnuda jeje
ResponderEliminarSe lo pasaba mejor con su David, ¿no?
EliminarDe todos modos la sacristía y los mausoleos de los Médici son un lujo. Y la Noche tiene que ser tal cual la refleja: ostentosa, generosa, amable, acogedora... ¿Cómo resistirse uno a una noche -metafórica, oiga- así?
La imagen tiene los músculos tan definidos como si fueran masculinos; hasta tiene “tableta” , los pechos = dos redondeces irreales. No pensaré proyectivamente, pues puede que al buen hombre le saliera un cincelado más fuerte por profundo en una pierna, por ej. y luego no le quedará más remedio, como buen escultor, que cincelar en consecuencia todo el cuerpo! Bueno, así lo perciben mis ojos, cada cual se monte su película .... y la disfrute!
ResponderEliminar¿Es como si realizara una fusión masculino-femenina? Pienso que es más bien la monumentalidad de las figuras las que exigen esas formas tan desorbitadas. Y acaso era el gusto estético. Desde luego, la Noche y el Día, la Aurora y el Crepúsculo centran las miradas y las desplazan de los próceres. Tanta gloria para un Vacío, una Nada, lo que no existe. Muerte debe reír a mandíbula batiente desde su hacer (bueno, deshacer) cotidiano.
EliminarMe gusta pensar que, en realidad, ni la noche ni la oscuridad son algo sustancial. No existen. Son una especie de subproducto. Una consecuencia. La consecuencia de la ausencia de luz. Lamentablemente, muchos, demasiados, viven en una noche constante en su mente (otros dicen alma)
ResponderEliminarMe da en pensar que el universo es oscuridad. Pero aquellos astros ígneos, ¿estarán de paso solamente?
EliminarSean o no sustanciales el día y la noche hay que ver revelan nuestras sustancias más profundas.
Enhorabuena por el giro final. Quién sabe qué fue primero, si el día o la noche, en su sucesión está la clave de tanta emoción y pensamiento...
ResponderEliminarComo son conceptos humanos no creo que al Universo/Multiverso le interese el orden de los factores. Mas es cierto que en esa sucesión ininterrumpida hay emociones y pensamientos cambiantes y alternos ellos también.
EliminarLa figura que ilustra tu entrada me produce sensaciones contradictorias.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Cuando la vi en directo -y todo el entorno- me bloqueé. Todo me superaba en Flotencia.
EliminarEsa idea de la noche como madre de los sueños es muy poética y bien podría ser lo que Buonarroti tenía en la cabeza.
ResponderEliminarAbrazo Fackel
Lo que debía tener en la cabeza ese gran maestro debió ser la desmesurada observación de los cuerpos. En realidad era un griego clásico viviente entre el Quattrocento y el Cinquecento.
EliminarA noite é um mistério...Pode ser um desejo, um sonho, uma paixão ou o próprio medo...
ResponderEliminarBrilhante...
Beijos e abraços
Marta
¿No crees que el día es también un misterio? Incluso hay en él elementos más diversos que desatan dudas, secretos, desconocimientos, realizaciones, errores, aciertos...Sublimamos a la noche porque delegamos nuestra conciencia, creyendo vanamente que la noche va a solucionarnos la vida.
EliminarLa capacidad para representar emociones y carne en un bloque de mármol, nos deja enmudecidos frente a un dios que extrae toda la humanidad en su gloria y desamparo. Impresiona ver ese muslo doblado, potente como el de un lanzador de jabalina. Miguel Ángel, señor supremo del cincel y del escoplo.
ResponderEliminarMe ha emocionado la expresión de tu emoción. El artista es un demiurgo. Las representaciones de la naturaleza humana son paradisíacas. La noche, el día, el crepúsculo, la aurora...verdaderos dioses de las manos del maestro.
EliminarQue bo, el final!
ResponderEliminarAquest "cuerpo hercúleo" és una característica molt curiosa de l'obra de Miquel Àngel. Fins i tot la Sibil·la Dèlfica de la Capella Sixtina, admirada per la seva bellesa, és hercúlia.
Creo que Michelangelo apreciaba más el cuerpo masculino, era su punto de vista total. No te recuerdo al Moisés o al Dios padre cómo los veía.
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