Lo peor estaba por llegar. Pero, ella tan joven, ¿cómo iba a imaginarlo, amigo Alesandrovich? No lo sé, tal vez hablasen de la situación con frecuencia en casa. O acusaran más las estrecheces y vieran las orejas al lobo. Pero vivían alejados. Las noticias corrían por todas partes, Petr Ivanov, y llegaban hasta lo más profundo de los bosques, no obstante el control de las autoridades. ¿Qué vería el pintor en aquella chica, amigo? Tal vez dos miradas. La de quien abandona el pasado de la inocencia y la de quien se empieza a encontrar recelosa ante un presente quebradizo. Y un futuro incierto, matizaría yo. No cabe concebir en alguien tan joven un gesto así, ¿no crees? Sí, lo creo, pero eran tiempos duros y una cosa es la versión que imponían los comisarios políticos por aquí y por allá y otra lo que creyeran o quisieran creer los herederos de los otrora mujiks. Naturalmente con sus consiguientes riesgos si no eran cautos y callados. Tiene un aire de contención confusa esta joven, Alesandrovich. Cuando uno recibe informaciones contrapuestas más que claridad lo que incuba es un desorden de pensamiento. Y además pienso que acaso habían purgado ya a algún miembro de su familia. Porque si era así lo que le vinieran contando desde el comité no le resultaría creíble. Hay que ser muy fuerte para desalojar el engaño, y eso solo es propiedad de algunos adultos que persiguen siempre la verdad en su fuero interno, mi estimado Ivanov. ¿No crees que tal vez esta joven ya estaba ejercitándose en una especie de resistencia emocional, Alesandrovich? Probablemente. Al contemplarla me pregunto si sobreviviría al futuro inmediato la chica del bosque. Yo me pregunto si nos haríamos la misma pregunta, sin un retrato delante, sobre millones de individuos anónimos que no sobrevivieron.
* Retrato del pintor ruso Kuzma Petrov-Vodkin, La chica en el bosque, 1938.
Yo también abogo por el poder del espectador/ra en pro de la desmitificación del papel sagrado del artista. Lo mismo en cuanto a lectores y lectoras respecto del escritor. Pero tú nunca dejes de escribir, pequeño Fackel (los dioses de la Hélade no lo permitan).
ResponderEliminarMientras mi otro Yo no ponga límites a mis caprichos...
EliminarTendré en cuenta tu consejo, .Ch
Acho que é o olhar, a percepção de cada um que é a chave da questão. O que um odeia, o outro pode adorar...Será que a floresta como ela conheceu está a desaparecer? Será que ela o poderá impedir?
ResponderEliminarUm texto interessante como sempre.
Beijos e abraços
Marta
Lo que conoció aquella chica después era lo mismo que millones, luego la mirada sería semejante. Bosques, campos, ciudades, aldeas...todo se dio la vuelta ante el engranaje de las barbaries, la exterior y la interior. Pero es otra historia.
EliminarPues yo detecto un mohin infantil de insatisfaccion, de decepcion. Como si los Reyes le hubieran traido algo, pero no lo que ella habia pedido.
ResponderEliminarNo tiene cara deadivinar el drama de despues.
Saludoo
Ve a saber. Tal vez los mayores habían puesto en antecedentes a sus crías. No te quito razón posible sobre el mohín o ¿acaso una primera decepción?
EliminarA veces sobrevivir (a una situación histórica horrible, a un retrato), es la mejor de las rebeldías.
ResponderEliminarLa más acertada. Eso sí que es verdad. Aunque claro, hubo tantos después en aquel país y aquellos tiempos...
EliminarMe apunto al comentario de Pedro Ojeda. Creo que está muy acertado.
EliminarSalut
Tiene ojo clínico Pedro.
EliminarMucha tristeza se percibe en el retrato y, el pintor, supo atrapar la mirada y hacerla nítida hasta nuestros días. Lo interesante es que esa imagen hablará más, que todo lo que se pueda entregar en información de aquella época.
ResponderEliminarAbrazos.
Las imágenes siempre tan poderosas. De aquella época uno palidece ante las fotografías, por ejemplo. Luego lees, te informas, conoces un poco ciertos procesos y entra tu propio mundo emocional en conflicto. Siempre la realidad. Gracias, Tatiana.
EliminarJamás podre olvidar leer o escuchar la palabra confusión sin asociarla a una aspirante a Miss que dijo que la Confusión la inventó Confucio. Ya se que no es un comentario muy erudito, pero es que anda uno escaso de erudición, debe ser por la confusión.
ResponderEliminarNo me extraña en absoluto que alguien, no porque fuera miss, por supuesto, crea cosas como el ejemplo que citas. Hubo alto cargo femenino de cuyo nombre no quiero acordarme que hablaba de diferido, no sé si de corrupción diferida o algo así.
EliminarLa chica es bella, pero parece que sufre. Nunca podremos saber lo que pensaba o sentía la modelo de un pintor. Sería interesante. Lo que se avecinaba era terrible. ¿Lo intuiría la chica del bosque? Nunca lo sabremos, pero podemos imaginar...
ResponderEliminarNo es que lo intuyera, es que ya les estaban preparando para la debacle y la gran traición que iban a padecer un año después, vendiéndoles como aliado al que les iba a invadir a continuación.
Eliminar"Yo me pregunto si nos haríamos la misma pregunta, sin un retrato delante, sobre millones de individuos anónimos que no sobrevivieron": ojos que no ven...
ResponderEliminarAsí vivimos también ahora, con ojos que no quieren ver...
EliminarFáckel:
ResponderEliminarsí, un gesto adusto impropio de una niña. ¡Seguro que ha vivido cosas que no debiera vivir un niño!
Salu2.
¿Sobreviviría?
EliminarEs evidente que cada uno hará una lectura de lo que expresa ese rostro. Es evidente que lo que sea no es posistivo.
ResponderEliminarSiempre se puede hacer abstracción de la zona del mundo y del tiempo histórico y tratar de ver a la niña como niña y nada más, pero ¿estaríamos acertados?
Eliminar... No veo, sin embargo, miedo, ni temor, ni siquiera tristeza ... sino mas bien veo una mirada clara, directa, como muy consciente, asumida, convencida... diría casi impropia de una chica tan joven. no sé...
ResponderEliminarPues eso también tiene su misterio, incluso más preocupante, entonces quiere decir que ve más del futuro que el común de otras niñas.
EliminarUn ademán muy serio para la edad. Sobrevivió y puedo ponerse nombre a ese retarto, pero habrá, como dices, miles sin nombre
ResponderEliminarUn abrazo
¿Que sobrevivió? Bueno, una esperanza, supongo. Hubo millones, seguramente con nombre pero perdidos para siempre.
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