Me tallaron hace muchos siglos. Mientras unos dicen que fue cosa de Antelami, otros cuentan que el tallista era un alumno suyo al que han llamado el Maestro de los meses. Yo callo porque sé guardar el secreto y honrar la genial intención del artista.
Parece mentira pero desde mi confortable pedestal todavía sobrevivo en la galería del baptisterio. Los meses del año sobrevivimos siempre pase lo que pase. Al fin y al cabo nos inventaron los hombres y no tienen intención de cambiar los nombres que acompañan al movimiento de traslación del planeta. Si ya me olía algo de esta explicación mi larga vida pétrea me ha enseñado todavía más. Es la humanidad que no cesa, mal que les haya pesado a quienes antes la simplificaban y reducían con su versión de cierto ente creador ajeno.
Si me encarno en la estatua que representa a un venerable anciano es para ratificar que vivo en la eterna senectud. En ese sentido me considero inmortal. Solo los viejos podemos valorar con una perspectiva más completa lo que quedó atrás. Solo la edad provecta permite tender puentes entre lo que una vez anhelamos ser y lo que acabamos siendo. Solo nosotros entendemos que hay que dar paso a lo joven y nuevo para que transiten los trabajos y los días de los que habló aquel griego que tejía con pensamientos y se expresaba con poesía.
Benedetto Antelami o el Maestro de los meses, cualquiera que fuese el ocurrente artesano, me hizo con dos cabezas precisamente para que contemplación de lo vivido y expectación ante el futuro se mostrasen armónicos y en el mismo cuerpo en el comienzo de un nuevo año. El romano dios Jano estaría contento de saber que su imagen simbólica ha permanecido a lo largo de los siglos. Como él yo también doy fe de los finales y de los principios. En mi caso además hago de gozne del ciclo anual. En mí se cierra un tiempo y conmigo se inicia otro, en función de las necesidades y actividades humanas.
A diferencia de las esculturas que personifican a los otros meses y por lo tanto las diferentes labores de los hombres, acordes a los ciclos naturales, yo observo. Descanso, en parte para librarme del agobio del año que se ha quedado atrás para siempre. Medito para auspiciar a los hombres la esperanza sobre los doce meses que inevitablemente acarrearán alegrías y tristezas. Que proporcionarán satisfacciones pero también penalidades. Que revelarán, y aquí nada nuevo hay bajo el astro que nos rige, bondades y maldades. La bondad es una artesanía de la naturaleza humana. La maldad es la capacidad demoledora, aunque también es hija de la misma naturaleza. Siempre una y otra están en acción en el temperamento de cada humano.
Me llamo Enero. Y si fuera una pitonisa y tuviese poderes para conocer lo que está por acontecer me brindaría a ayudar a los habitantes de la Tierra. Pero a un inmortal limitado como yo solo le es concedida la propiedad de clausurar y abrir eso que llamáis el año. Permitidme que os contemple desde mi peana, no obstante mi gesto adusto y un tanto huidizo. Sabed que, cuando los demás meses vayan sucediéndose, yo seguiré vigilante y bonachón porque, si en mi mano estuviera, vosotros, los seres humanos, seríais felices.
(Representación escultórica de Enero, obra de Benedetto Antelami o del Maestro de los meses, en el baptisterio de la Catedral de Parma. Finales del siglo XII)
Son de agradecer sus buenos deseos, aunque se quede solo en eso.
ResponderEliminarEnero hace lo que puede, ya sabes, y para nosotros, súbditos de los años, los meses y los días es una satisfacción sus buenos deseos. Después ya se verá.
EliminarLa felicidad escasea en estos días, pero es de agradecer que un inmortal aunque sea tan serio, tan cariacontecido se preocupe de nuestra felicidad. Muchas gracias señor Enero, no se si el tratamiento es el adecuado para una estatua, quizás seria mejor Muchas Gracias pétreo Enero.
ResponderEliminarSalut.
Es un tipo casta y cordial, no obstante su ceño rigurososo, ya sabes, los fríos, la cuesta de enero...Bueno en este hemisferio que habitamos.
EliminarUn post encantador, y esa imagen la desconocía. Porque esa escultura, inamovible, nos vigile, y nos ayude a no mirar atrás y seguir delante todo el año.
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz 2022
Descubría no hace muchos años la obra de Antelami -aunque en este caso no tenga claro la autoría, a ver si me entero más- y es de una modernidad enorme para su tiempo. No me extraña que el Renacimiento italiano tuviera sólidas bases unos siglos antes. En los territorios ítalos todo fue más avanzado artísticamente hablando -supongo que en todo lo demás- que en cualquier otro lado de Europa. Como si fuera nuestro no sé si santo y casto patrón, que Enero vigile desde su atalaya nuestros días.
EliminarGracias por tus relatos,Fackel.
ResponderEliminarFeliz año.
Adriana
Gracias a ti por aparecer de vez en cuando y dejar impresiones...o pinceladas. Que sea grato el año, por aquí sigue uno.
EliminarPues... bienvenido.
ResponderEliminarSalut
Y ya sabes: con él no vale decir: o lo tomo o lo dejo. Pasemos por Enero, de la manera más protegida posible (empezando por nuestro propio cuerpo)
EliminarPues si hay que elegir mes de momento, yo me pido enero ( esta sera una de tus series no?).
ResponderEliminarDos cabezas, sin conflictos y sentado. Y solo trabajo un mes.
Saludos de promer dia
No había pensado serie, pero sí te adelantaré que. si no se me olvida, quiero poner una de cada estatua de meses el uno de cada mes. Esos mismos meses de Antelami que tanto me fascinan. Y aunque se me olvide, las esculturas de los trabajos y días del escultor seguirán ahí, en su particular calendario de piedra.
EliminarLo de las dos cabezas es altamente simbólico. Apasionante. Es la continuidad de la cultura grecorromana, que en el cristianismo también incidió, no precisamente siempre con éxito.
¿Inventó la cuesta de enero?.
ResponderEliminarSaludos y feliz entrada de año.
Pues probablemente, pero cuesta de cuesta, porque está en un lugar elevado y ve a saber si la sujeción fue y es lo suficientemente segura. A ver cómo nos va, Emilio.
EliminarJaneiro é o começo e o fim de tudo...
ResponderEliminarO mês das promessas, de que tudo ficará resolvido, é o mote para os outros meses do ano? Não sei...mas talvez nos vigie...talvez fossemos mais felizes se não fossemos tão gananciosos.
Bom Ano 2022... Obrigada pela visita
Beijos e abraços
Marta
Muy sabia tú, Marta. La codicia -sumada a la ira y la envidia- nos destruye. Que sea Enero lo que que queramos que sea.
EliminarBom 2022.
Enero es el mes de las expectativas, de las ilusiones, para muchas personas. Yo opino que cada momento es el final y el principio de otro y que cada nuevo es deseable.
ResponderEliminarAsí es que, bienvenido enero.
¡Felicidades Fackel!
Saludos
El principio y el fin no son sino extremos relativos de algo más extenso: el movimiento continuo de las vidas. Bienvenido Enero y que sea lo que nosotros hagamos de él. Gracias, Rosa, salutem.
Eliminareste, enero de Benedetto, vuelve a nosotros con la constancia de la piedra, con la función estética y social de la obra de arte... Bienvenida la belleza, ¡siempre!
ResponderEliminarfeliz todo, Fackel.
Ay las funciones del arte, cuánto desconfío de la teorización de las funciones del arte...pero eso sí, ¡Bienvenida la Belleza! ¿O hay también que desconfiar de ella? Jaj Mínimos, por favor, mínimos. Un abrazo.
Eliminarfunción social, no lo dudes; aquí estamos, esta pequeña comunidad reunida a la luz de tu faro!
EliminarAnda tú. Ni cabeza de fósforo. Uno vive en tinieblas. La luz, si no destello simplemente es reflejo en la pared de la cueva.
EliminarSIEMPRE ME SORPRENDES CON TUS POST. EN ESTA OCASIÓN , LA ESCULTURA QUE NOS PRESENTAS. MI IGNORANCIA , SE ALEGRA AL COMPROBAR QUE NUNCA ES TARDE PARA APRENDER ALGO NUEVO.
ResponderEliminarQUÉ LISTOS/SABIOS FUERON NUESTROS ANTEPASADOS. LA REPRESENTACIÓN DE LO QUE SE VA Y LO QUE VIENE. UNA MITOSIS FANTÁSTICA PARA RECORDARNOS QUE NO SOMOS NADA , SIN LO UNO Y LO OTRO.
FELICIDADES FACKEL!
Oye, Berta, que yo hasta hace unos años en que cayó en mis manos una revista de aquellas de Franco Maria Ricci sobre Arte desconocía a Antelami. Las fotografías que venían en la publicación son extraordinarias. Hay tanto, Berta, tanto en la expresión humana cuyos médium son los artistas (o intermediarios) En el pasado lo interpretaban conforme a sus límites y a sus modos de producción y de convivencia colectiva. Gracias y felicidades.
EliminarSi lo cuenta Antelami o quien sea con sus realizaciones escultóricas...yo solo me apunto y gozo al ver cómo interpretaron en el pasado todo lo existente. Claro, tienes razón, somo unos cínicos: buscamos abstracciones o generalidades para culpar: y es nuestro comportamiento, cuando no nuestra ignorancia, la que subyace bajo tantas frustraciones. Sí, ni le va ni le viene. Avanti, MCarmen.
ResponderEliminarExcelente forma de unir litoescultura con mitología, en un relato donde la introspección la hace la propia escultura, convirtiendo su pétrea naturaleza en mensaje intemporal...
ResponderEliminarEnero y Jano están nominativa y significativamente unidos... El dios de las puertas del panteón romano y el fin y principio de año; pasado y futuro desde el presente... El futuro como referencia y el futuro como expectativa... No creo que nadie pueda abstraerse del pasado ni inhibirse del futuro por mucho empeño que haya en sí en vivir intensamente (como exclusividad) el presente... Me imagino que si la representación bifronte de Jano se concibió como tal, el significado debió ser darle al pasado tanta importancia como al futuro, pues ambas caras son simétricas, salvo mejor criterio, pues yo de escultura no tengo ni idea...
Esta litoescultura, habiéndose hecho en la temprana época que se hizo, está muy lograda... He visto, curioseando después de leer tu relato, las demás representaciones escultóricas de los demás meses y me parecen impresionantemente excelentes...
Hoy para mí es un día complicado, mi padre hubiera cumplido 105 años, se fue hace seis años con 99'10 años...
Supongo que vivimos entre el recuerdo y la esperanza, en ese yo con sus circunstancias, tratando de salvar estas últimas para salvarnos a nosotros (parafraseando a Ortega y Gasset)
Magnífico relato, para el próximo mes el de febrero...
Abrazo
Tu padre superó en edad al mío, pero su legado: "que tengáis mucha suerte y que no conozcáis otra", es para mí una expresión doble que solo un español interesado en saber de la historia puede comprender, y es que ellos pasaron lo que pasaron. En cierto modo vivimos como dices, no sé si entre recuerdo y esperanza o entre recuerdo y persistencia vital, llámalo hache.
EliminarCon todo respeto: no tiene por qué ser complicado el recuerdo de hoy de tu padre. Su ciclo vital estaría cargado de sentido y no solo de tiempo.
Espera que pase Enero y Febrero...ve a saber, por cierto, ¿es bisiesto o no lo es? No, no lo es. Da igual.
Es cierto, Fackel, pasaron lo que pasaron y no querían que sus hijos tuvieran que pasar por lo mismo o algo parecido... Esa parte de la historia a la que creo que te refieres les marcó mucho.
Eliminar"Complicado" era una forma, tal vez poco acertada, de referirme al recuerdo... Hay fechas en las que la evocación se llena de imágenes y añoranzas... Pero tienes razón, su ciclo vital fue mucho más que tiempo...
Abrazo
Los marcó, y a nosotros ¿qué nos marcará?, porque el futuro no está nada...bueno, mejor callo, que cada cual saque sus conclusiones.
EliminarLas evocaciones nos agitan y a veces nos convulsionan, pero con otro talante. Todo se digiere.
En fin.
Salud amor y dinero
ResponderEliminarMe suena a una canción antigua. La salud es fundamental, o condición sin la cual no...Lo demás ya irá llegando. Por un buen 2022.
EliminarYo estoy un poco liado con esta representación de Enero. Por un lado parece indicar a Enero como inicio de nuevo año solar (aunque el solsticio sea en Diciembre). Por eso el sujeto tiene una cara que mira al pasado y otra hacia el futuro. Pero en esa época los años, a nivel popular, se relacionaban más con las cosas de la agricultura y solían empezar en Marzo, cuando tenia lugar el equinoccio de primavera y los días y noches duran lo mismo.
ResponderEliminarLiado y no liado, porque ya estoy acostumbrándome después de una vida, a que los líos, siempre vienen del mismo origen: la Sacrosanta Iglesia.
Total, que si me acuerdo, el 20 de marzo, te volveré a desear un feliz año. ¿vale?
Pues sí, el calendario Juliano, anterior al Gregoriano, existía desde los romanos y empezaba en marzo. Sociedades agrarias y ritmos y ciclos mandaban. No tengo idea de si las esculturas de los meses del Baptisterio de Parma estaban en orden antiguo o en el actual. Que el Jano de Enero mirase hacia el último mes de los ciclos sirve para el actual ritmo nuestro, a mi modo de ver, o yo lo traigo aquí en ese sentido.
EliminarLos líos vienen de muchas partes, pero sin duda la Iglesia, como dominadora de este mundo, porque el otro que mal que les pese no es de ella ni de ningún Creador ni de nadie, simplemente porque no es, se metió por doquier en la vida ordinaria y en la extraordinaria.
No tengo inconveniente en que en el equinoccio de primavera vuelvas a felicitar. Aunque uno no tenga tierras ni cultivos ni labores al respecto se acepta igualmente.
Nobles deseos de un inmortal, que personifica un mes.
ResponderEliminarQue te sea propicio este año que ha comenzado y las musas sigan acompañándote.
Saludos.
Gracias, Demiurgo, lo mismo te digo. Y las musas, ay de las musas.
EliminarFackel, creo entender ese mirar al pasado con la vista puesta en el futuro. Enero es un mes de transición, el invierno comienza a ponerse duro de verdad, la gente tendría más tiempo libre, las labores del campo son mínimas, es tiempo para el recuerdo y la especulación sobre el futuro, ¿En qué si no ocupar las horas?
ResponderEliminarUn abrazo y que Jano sea benévolo con nosotros.
Siempre quedaba el recurso de las tabernas, ¿no? Como ahora para mucha gente durante todo el año.
EliminarJano tendrá el rostro que nosotros queramos que tenga (o que tengamos)
Fáckel:
ResponderEliminarLo bueno de enero es que, como todo recién nacido, no tiene pasado que le pese y todo el futuro por delante.
Que se nos porte bien el año.
Salu2.
O un pasado al que no quiere reconocer y lo encajona en una cifra que no desea admitir, porque, dice Enero, no es la suya. Más vale que se porte bien, más vale, un salu2.
EliminarPues se agradecen los buenos deseos de Enero, el observador. Muy interesante por cierto, su análisis sobre la naturaleza humana.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Cuanto más miro a este Enero más me confunde. Juego con la ventaja de tener a mi lado una revista de hace tiempo con una gran foto de Enero y se le ve mejor el rostro y me preocupa. Ora parece enfadado conmigo, ora avisando sin saber sobre qué, ora concienzudo, acaso esté mejor informado que los mortales, ora absorto. En fin. Continuemos la ruta 2022, Ana.
EliminarUn señor que nos suele dejar helados.
ResponderEliminarFeliz 2020.
Y tanto, es un mes de mínimos, pero como expectación de máximos. Saludo 2022.
EliminarTexto muy interesante que disfruté leyendo
ResponderEliminar.
Votos de un año 2022, a todos los niveles, muy felices
.
Crementos poéticos y ensoñaciones
.
Muy amable, que vaya también favorable a ti. Salud.
EliminarUn placer siempre leerte en enero y en cualquier mes del año.
ResponderEliminarBienvenido enero.
Un fuerte abrazo y feliz año.
Pues eso, bienvenida a Enero y su circunstancia, Rita.
Eliminar...Magnífica la personificación que atribuyes a la estatua del viejecito que presenta Enero.
ResponderEliminarY me quedo mirando la estatua... Y me admira y asombra la perfección de esas antiguas esculturas. Y me parece increíble, poder lograr esa expresión en los rostros...
Repaso por encima, la vida de Benedetto Antelami y me da por pensar si la mente humana, a través de los siglos, ha evolucionado, ha ido hacia adelante o hacia atrás...
Por un Enero amable y creativo.
Pero ¿tienes dudas sobre la evolución de la mente humana y sus efectos? Pues mira, yo ninguna. Si no fuera por esa evolución -vía tratamiento médico, por ejemplo- no estaría yo aquí ahora mismo escribiendo esto.
EliminarSobre los conceptos de adelante y atrás lo dejamos para otro día, que no es tan simple.
Enero Enerito ¿dónde estás que aún casi no te he visto?
Hombre, no me refería ,por supuesto, a la evolución en su concepto exacto, en todos los sentidos, sino mas bien, al uso en general, de la mente de tantos... en fin, hasta ese otro día.
EliminarAh, bueno, te entendí mal entonces. La mente de tantos da pánico a veces, sí.
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