No he conocido pudor más divertido que el de Francine. Creo que nunca llegué a conocerla lo suficiente. Decía que conocerse entre dos tiene que ser un juego. Y en un juego, eso decía, hay escapes. Y más allá, escondite. ¿Dónde se escondía Francine de mí? En realidad la pregunta tendría que haber sido: ¿por qué me rehuía cuando yo la buscaba y, en cambio, me perseguía cuando no tenía maldita la gana de verla? No, tampoco es verdad que hubiera maldición alguna. Aquel toma y daca que se escudaba entre pudores, pues yo también tenía el mío propio, era la manera de incentivar aún más la aproximación. La jugada consistía en plantarse uno de los dos cuando parecía que el órdago iba a procurar un ganador y el otro se iba a rendir. Reglas del juego espontáneas.
Francine fumaba el infumable y pestífero Gitanes, una de cuyas cajetillas guardo de recuerdo. Lo conservo por ella, que no ha vuelto a pasar por mi vida, y por la ilustración tan icónica. Aquella bailarina zíngara, danzando vaporosa entre el humo, parecía a punto de escapar del estuche de los cigarrillos, tal como Francine trataba de hacerlo tras uno de sus innumerables desplantes conmigo. Querrás que me ponga a bailar al son de la pandereta para ti, decía entonces Francine enfurruñada. Yo sabía en ese momento que iba a desparecer unos cuantos días, ocasionalmente semanas, para ejecutar su danza ritual ante algún partenaire menos aburrido. Una vez me lo dijo con bestial claridad. Eres un soso y un pasivo y me hartan tus mimos pusilánimes. Necesito un público que no condescienda tanto conmigo. Entonces, ¿lo del pudor?, me preguntaba yo, ¿será mero teatro?
Quién sabe si cuando me llevaba hasta el verdor nocturno de Vicennes no deseaba más que combatir sus fantasmas. ¿Por qué venimos aquí si podemos estar como reyes en tu casa?, le decía yo con mi visión, también versión, cinematográfica del amor burgués. Francine, haciendo gala de su procedencia bretona, tenía salida para todo. No quiero sentirme reina sino sirvienta, tonto, susurró una noche en mi oído mientras se deslizaba provocativa hacia el asiento de copiloto que yo ocupaba. Ni eres el primero ni el único, dijo con aliento agresivo. Si vengo al bosque es porque quiero encontrarme con la fiera. Cuanto más caos, más pasión. ¿Es que acaso tiene alguna importancia el orden en el amor? ¿O más bien lo que nos incentiva no es sino el desorden amoroso?
Vicennes por la noche, aun repleto de silentes querencias, es un bosque animado por las sombras que extiende una protección cómplice. Entiendo, lo importante no es el lugar sino con quién ocupes tus afectos, dije a Francine en medio de nuestro desahogo. Ella rio en la oscuridad. Es que aquí resulta más estimulante el desorden y su deriva que el orden burgués del piso del Marais, del que acabarías cansándote. Pero allí la deriva...intentaba yo meter baza. No hay deriva más gratificante que el salvajismo de un bosque, donde lo umbroso acecha, los mochuelos ululan turbadores, las parejas se manifiestan más cómplices con la naturaleza y la policía no se entromete, dijo entre jadeos. Y tú atacas sin piedad, ¿verdad?, añadió mi yo moderado que no acababa de acertar con Francine. ¿Ves cómo eres un reaccionario del amor?, soltó de pronto, desprendiéndose de mí. Con su discurso ilustrativo y su presencia cálida ya me tenía casi entregado, pero lo suyo podía ser despiadado. Le gustaba ultimar un castigo tardío, o ponerme a prueba, o provocarme para que yo le proporcionara excusas. Tal vez extremar una situación que desdoblara la personalidad, como suelen propiciar los amantes avezados. Eres de hielo, me increpó con una carencia total de bondad. Se incorporó de inmediato sobre el volante, encendió el motor y arrancó con una parsimonia chulesca que dejó congestionada la raíz de mi pelvis.
(Fotografía de Luise Germaine Krull)
Tu entrada me recuerda mi incapacidad para entender a las mujeres.
ResponderEliminarEntonces, ¿lo del pudor?, me preguntaba yo, ¿será mero teatro?
Recuerdo haber leído algo así como que el pudor era la puerta de entada del erotismo y el arma más efectiva de la insinuación
Pero como digo, a pesar de ser heterosexual sin fisuras, y mis dos matrimonios y otras relaciones inolvidables, me declaro una especie de autista en lo que se refiere a la comprensión de las compañeras de vida.
Tela! con la Francine esta... juer!
Nota al dorso:
Cuando visites mi blog, fíjate en la portada y verás algo que te atañe. (Ideas de bombero)
No te creo nada autista, y más con ese currículum que citas. La comprensión no es difícil y menos imposible, hombre. ¿No será más bien la aceptación?
EliminarVaya, ya me fijo en la portada, digamos. Qué ocurrencias técnicas tienes. Cada día inventas algo nuevo, me parece formidable que animes el blog de esa manera, y no lo digo porque pongas el mío esta quincena, tal como dices. Yo soy más conservador en la estructura del blog, ya ves que no la he cambiado en quince años. Un abrazo, Nox.
No, no. Aceptación, toda. Y añado respeto e incluso admiración. Creo que no está reñido con el asombro, la sorpresa y la dificultad de comprender algunas particularidades propias de lo femenino.
EliminarEn cuanto a lo del blog, no es un mérito ni un demérito. Simplemente añado a la afición bloguera, una inquietud que es herencia de mi trabajo anterior (fotografía y diseño). Esta plataforma permite toquetear en el código, especialmente en plantillas de terceros. Todas tienen fallos, pequeños o grandes, y a mi me encanta "remenarlas" (menear, manipular...)
De acuerdo, particularidades que, al menos, los de nuestras generaciones no hemos poseído y en parte, solo en parte, acaso muy pequeña, hemos tenido que elaborar ya adultos. Pero todo tiene explicación, en mundo de mujeres y en mundo de hombres. Comparando comportamientos que veíamos en nuestra infancia y con nuestra mentalidad, creo que evolucionada, de ahora podemos entender muchas cosas. Sería un bonito y largo debate.
EliminarPues haces bien en maniobrar en tu blog y sacar provecho, de contenido y continente; yo valoro el lado estético, en el caso de los medios, la maqueta y el modo de ofrecer el medio. Algún día te contaré los ejercicios que en mi tierna juventud desarrollé al respecto, con riesgos y graves consecuencias incluso.
EliminarRicard-(noxeus)
Las mujeres tienen facilidad para interpretar emocionalmente las expresiones de los demás. “Cuando son madres, entienden al bebé con solo mirarlo: saben si tiene hambre, frío o si solo busca afecto. Esta capacidad de interpretación de las expresiones faciales de la emoción de los otros se debe a la mayor integración de las funciones del hemisferio derecho y del izquierdo. La intuición femenina tiene explicación en la neurociencia Pero para entenderlo uno debe de ser normal
saludos
Parece ser que este texto corresponde a una entrevista al doctor Daniel López Rosetti.
EliminarSalvo la última frase.
Fackel, apasionante historia con un final que me deja sonriendo, vaya faena, Francine parece una alma libre, le pese a quien le pese.
ResponderEliminarUn saludo.
Las almas libres son sorprendentes y, no obstante, también gratificadoras.
EliminarA sedução no amor, o jogo da paixão...enfim, estar viva... apesar das sombras no passado...Porque todos temos um passado e nem sempre o queremos divulgar...Talvez seja o caso de Francine... mas quem é que a magoou tão profundamente?
ResponderEliminarGostei muito.
Beijos e abraços
Marta
En cuestiones afectivas uno no se lastima si no quiere, ¿no? Ya sabes, es fácil echar la culpa al otro o la otra.
EliminarEsa mujer de fuego es tan atrayente como cualquier peligro. A vecs hay que, o vale l apena eso de...tirarse a la piscina, ignorando conocer si hay agua o no.
ResponderEliminarUn apunte que viví como parisino, no sé por qué :-). Un abrazo
Esto también un apunte parisiense, sí, al menos de otro tiempo, ve a saber si la nouvelle vague no dejó su secuela en los que fuimos estudiantes de entonces. Las mujeres o los hombres ígneos son siempre interesantes. Entendamos sobre todo lo ígneo como magmático, no necesariamente como explosión (y el símil no tiene que ver con el volcán de La Palma), que también.
EliminarEn esos juegos, lo importante suele ser el juego en sí, no quien gana. a veces se pierde aún en las victorias. Y viceversa.
ResponderEliminarEn efecto, pero ya sabes que el juego es la representación precisamente del pulso, la competitividad, el triunfo, solo que en lo afectivo es muy equívoco. Cuántos triunfadores del amor se han visto caer destrozados por su propio narcisismo.
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ResponderEliminar...Que hermoso texto, F. Erótico pero delicado, como corresponde.
"Conocerse entre dos debe ser un juego"-decía."Y en un juego hay escapes"...
Y esas reglas del juego -que parecen experiencias- me encantan. "Acaso tiene alguna importancia el orden en el amor?...
Sí, una delicia, de verdad, este tu capítulo de serie. Buen finde.
Ya sabes que todo es como se quiera interpretar. Mentes rígidas y cínicas no podrían comprender ciertas cuestiones de la vida afectiva, como no podrían entender la evolución de todo lo existente. Y es lo que lo más interesante del mundo amoroso es lo que tiene de sutil. Lo que incentiva. Gracias por acompañar.
Eliminar"Decía que conocerse entre dos tiene que ser un juego": i la poesia també! Per això amor i poesia acostumen a anar junts.
ResponderEliminarY amor y drama, y amor y tragedia, y amor y comedia, y etcétera. En las obras literarias y parte de las pictóricas y otras artes se juega con uno de sus capítulos de la historia y vida de los humanos denominado amor, o lo que se le parece o se aparenta. Por cierto, en la poesía amorosa no es oro todo lo que quiere relucir.
EliminarEl protagonista es demasiado mayor parasella. Se ha olvidado de jugar. Se ha olvidado del placer de ser derrotado, en un juego que sólo va s conducir a otro juego, gane o pierda.
ResponderEliminarEsta muy rígido y piensa mucho. Pensar es para después.
Saludos.
PD. Ayer oí por la radio ( así de regional, no pude captar con exsctitud), que van a quitar de las escuelas, tanto el latín, como el griego, como loa cultura clásica, que ahora mismo son optativas. Bueno, no viene muy a cuento pero pensé en ti cuando lo oi
O acaso aunque mayor vaya por detrás de ella en experimentación y ganas. O sigue otra táctica. El juego en general tiene mucho de hacer creer al otro lo que no es.
EliminarGracias por la información de tu PD. No sé en qué niveles de la Enseñanza quedarán o quitarán. Y a estas alturas ya ni me apetece indagar en ello. Pero cualquier cosa te puedes esperar de los criterios de instancias planificadoras de la Enseñanza en general. Somos bastante desagradecidos de las culturas que nos hicieron y a algunas, la árabe, por ejemplo, la desconocemos casi totalmente, y eso que estuvieron en la península varios siglos.
Un juego, una aventura, un fuego y el susurro sutil del sí pero no, del no así, creo que el amor en la umbría es fuego y humo sin importar quien vence ni convence.
ResponderEliminarRelato juvenil y poético, teatro y desenlace más allá de la farsa y el dolor.
Me ha encantado porque en Paráis o en Flandes, muchos hemos pasado
por aventuras e historia amorosas o capítulos de vida como puentes que nos han traído hasta hoy.
El amor en la umbría suele ser más pasión que otra cosa, y efímero en muchas ocasiones. No importa el suelo que pises que la especie humana busca los mismos alicientes y tendencias naturales, y ciertamente hay que saber aprovecharlos si se ponen a tiro. Es un tema con muchas sendas pero con el mismo sentido de la orientación biológica. La belleza del humano es así, y nos justifica. Un abrazo.
EliminarLo enigmático, además de poner a prueba nuestros límites, suele resultar casi siempre atractivo. Las mujeres lo saben bien...
ResponderEliminarY digno, por lo tanto, de ser explorado. Otra cosa es que seamos buenos exploradores.
EliminarEsta Francine es muy "coquine", como dirían los franceses.
ResponderEliminarSalu2, Fáckel.
Muy güeno, míster, muy bueno.
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