"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





martes, 4 de mayo de 2021

El señalado


¿Cuántos dedos, voces y acciones le acusaron? En otro mundo su tenaz resistencia a integrarse en el que vivía no habría sido objeto de rechazo. Eso pensaba, con una actitud tan marginal como onírica. Él era como era y aunque le dijeran que la sociedad estaba también para su propia supervivencia no había manera de que lo aceptase. Cada plegaria de infancia se convirtió en blasfemia. Cada exigencia en abandono. Cada responsabilidad forzada en desentendimiento. Las palabras dulces recibidas se deshacían con la primera reclamación hacia él. Los gestos amables de otros se enturbiaban en cuanto le pedían algo a cambio. El sostén acumulado por la bondad de aquellos más cercanos se fracturaba ante un futuro de desabrigo. ¿Qué posibilidades tenía de sobrevivir en la confortabilidad que le brindaban si no asumía sus compromisos? ¿Por qué se excluía del territorio humano al que pertenecía? Anhelaba en su fuero interno la vida en el desierto o en los manglares o en las junglas donde la espesura le convertirían del todo en el salvaje que llevaba reprimido. ¿Acaso podía ser aceptado en esos espacios en que la presencia de su especie era imperceptible? No lo temía, tal era su aversión al cerco por el que se sentía aprisionado. En su discurso íntimo no se resistía a probar la aventura. Tal vez en otro paisaje mis sueños de independencia se materialicen, se sugestionaba. A medida que más dedos, emergentes o subterráneos, le acusaban él lo percibía como una expulsión. ¿No se le estaba facilitando la huida definitiva? Pero para escapar hay que tener valor. Temía cuanto de incierto brindaba el futuro. Pero le espantaba aún más la idea de que aquellos dedos que se multiplicaban y le empujaban hacia un suelo sin salida acabaran allí mismo con él. Antes de dar el salto. Hasta que un día oyó hablar de que otra persona, en una geografía alejada de la suya, padecía análogas presiones a las que, sin poner tierra de por medio, lograba sobrevivir. ¿Y si busco esa otra personalidad tan próxima a la mía y que no es la imagen del espejo a la que estoy acostumbrado? Todo sea intentarlo, pensó mientras se le iluminaba el rostro.




Hay otro personaje, una mujer que no se siente integrada, de la que se cuenta algo en Chitón.

https://ehchiton.blogspot.com/2021/05/la-mujer-que-se-quedo-en-blanco.html


(Retrato de Lusha Nelson a Peter Lorre durante el rodaje de la película Crimen y castigo en 1935)

36 comentarios:

  1. Así se muestra la naturaleza de la vida en este planeta y si uno se siente ajeno, también ello es naturaleza. Lo que seguramente ocurra es a que cada diversa fracción no le quede otro remedio que representar la/las cartas de su propia naturaleza, agrade o no, Sean cartas grupales, de rebaño, o no.
    La naturaleza se puede mostrar de bella a horrible e todas sus gradaciones, de tierna y delicada a dura y cruel en todas sus manifestaciones. Siempre mutable y contradictoria. Sencillamente es el medio mediante el cual la vitalidad (energía) se expresa. Me temo que la duración y variación de sus formas le resultan indiferentes.
    Este último pensamiento resulta impopular, por tanto el cardumen necesita inventarse cuentos para que sus crías sobrevivan sin desesperar. También siguen la ley impuesta por la vida, eso sí instintiva y ciegamente a un tiempo.
    Quienes se quieran frotar los ojos para ver aunque sea borroso, simplemente molestan... lo cual a su vez también es algo natural. Parecen movimientos espirales, que demasiados confunden con movimientos “aspirantes”.

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    1. Una de las cosas que fui aprendiendo a medida que rompía aguas con las sujeciones del pasado es que el conflicto entre naturaleza y sociedad dentro del individuo es brutal. Se mantiene toda la vida. Se encauza a través de la vida cotidiana pero todos sabemos los problemas a los que nos vemos abocados. ¿Cuántas veces no ha sentido cualquiera el impulso, mejor dicho, la pulsión de cortar con todo lo habido y por haber y arrojarse al vacío?

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  2. A veces es bueno reírse desde el olvido

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    1. Reírse es buenísimo siempre, pero midiendo ante quién lo haces o en qué circunstancia te atrape la risa.

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  3. Curiosamente, Internet ha provocado que los que se pensaban diferentes y excluidos se reconozcan en miles de otros. Para mal y para bien, siempre hay cientos de miles como nosotros. Basta con levantar la mirada y buscarlos. Voy al enlace.

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    1. Así es, internet ha potenciado como ningún otro medio el conocimientos de las otras existencias. Las e los demás e incluso las nuestras propias, que no siempre las conocemos por el mero hecho de llevar un cuerpo y levantarnos cada día, ¿no?

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  4. Fáckel:
    mi madre siempre me advertía de que no se señalaba con el dedo.
    Supongo que hay mucha gente cuyas madres no les enseñaron buenos modales.
    Salu2.

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    1. Yo es algo que no soporto, ni para indicar algo o señalar un edificio, no te cuento si el índice se dirige hacia otro individuo. Mención aparte sería el del dedo en vertical, que hasta los famosos lo hacen, creo que es el corazón en este caso, y hasta aquel individuo que tuvimos de presidente y ponía las patas sobre la mesa de otro presidente salió un día haciéndoselo no sé si a periodistas o a un público que le pretendía.

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    2. Fáckel:
      jajaja, está visto que con el dedo se pueden hacer muchas cosas.
      No estoy ahora seguro pero creo que señalo las cosas (a las personas no) con el dedo. Me observaré con atención.
      Salu2.

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    3. En honor a la verdad: hay un dedo largo y un dedo corto a la hora de señalar. Pero me preocupa más el dedo de la lengua, ese sí que señala y condena y a veces no deja títere con cabeza.

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  5. No estar integrado, no sentirse aceptado, sino señalado, ha de ser muy difícil. Pero las convicciones pueden, y deben, ser prioritarias.

    Un abrazo

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    1. En el pasado lejano yo recuerdo que se señalaba con el dedo metafórico muchísimo. En aquella España cerrada, catolicona e intransigente recuerdo en las familias cómo se despellejaba a los discrepantes o simplemente que no seguían los cánones. Se les señalaba y se les expulsaba. ¿Volverán aquellos aires inmisericordes?

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  6. ... Pues, fíjate que lo entiendo.
    Conozco a personas que casi, casi, se le parecen, no sé si tan de esa manera, ni hasta que punto, pero algo así... Ya ves.

    Saludos de mayo.

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    1. Claro, hay aproximaciones y hasta reflejos especulares, ¿o creías que me lo inventaba, Soco? Pues eso, Mayo, que queda mucho. Por cierto, ¿qué flor toca, o tocaba, hoy? (Recuerdos de los días escolares en que cada jornada se festejaba hacia la Virgen, naturalmente, una hermosa flor. Amén)

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    2. ...Vaya. Leyendo a lo loco, no había entendido que Natsumi era el otro personaje que faltaba en este relato. Que ambos relatos se complementaban. Ahora entiendo tu respuesta.
      Volviendo a leer y reparar en la insistencia de Shika por el otro solitario, pienso como Ángel: dos soledades juntas, pueden conducir a iluminar. Aunque, en este caso, Natsumi me parece muy excesiva y demasiado exagerada y despreciativa su actitud.

      Y sí, Mayo mes de las flores a María. Creo -no estoy segura- que hoy toca o tocaba la azucena. Entonces, yo era buenísima y me gustaba recitar versos y cantar en el coro y hasta aprender de memoria toda la misa en gregoriano y en latín. O no te lo crees?

      Buenas noches, Fackel

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    3. Entonces hasta muchos hombres éramos virginales, sí.

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    4. Bueno, lo de "buenísima" es totalmente en broma, me faltó el entrecomillado.

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  7. La mala reputación, que diría Brassens, en versión de Paco Ibáñez: Todos me señalan con el dedo, salvo los mancos, quiero y no puedo. Que no te importe ya es un sonoro triunfo.
    Saludos.

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    1. Qué bueno Brassens, qué insuperable, aunque de su estilo hubo un elenco de cantautores a cual más interesante. Tuve un amigo (rip) que todos los días se emborrachaba de coñac (una botella diaria le proporcionó una cirrosis espléndida) y de Brassens y, de manera conflictiva, de una mujer. Y de Paco ¿qué decir? Que no es poco lo que le debemos los de cierta edad, ¿a que sí?

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  8. Hermosa descripción de alguien inadaptado y el sufrimiento que conlleva. Al final esa frase: "¿Y si busco esa otra personalidad tan próxima a la mía y que no es la imagen del espejo a la que estoy acostumbrado?" Me ha impactado porque parece que no es libre de elegir ir contracorriente.
    Saludos.

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    1. Ir a contracorriente se puede ir, de hecho se va, al menos de manera parcial y temporal. Los arrepentidos suelen ser acogidos por las familias, amigos u otros entes acogedores, jej, ya sabes, el garbanzo u oveja negra que vuelve al redil. Pero ¿el que no retorna jamás? ¿Qué será será? Gracias, Mara.

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  9. Creo que la soledad de Natsumi es una soledad buscada y consciente, de muy distinta naturaleza a la de esté hombre señalado, un hombre que no sabe adaptarse a la vida en sociedad, una adaptación que ha de realizarse sin instrucciones y en la que la equivocación o el error a la hora de interpretar las relaciones, es aprovechada por el entorno para humillar, creando un sentimiento de hastío y hartazgo de la vida.
    Un saludo.

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    1. En efecto, Natsumi tiene recursos que le permiten pasar olímpicamente, pero este hombre señalado está agrio y perdido. ¿O solo será el tiempo de las dudas?

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    2. Creo no equivocarme, pienso que la acritud del personaje es fruto del tiempo, de la acumulación de experiencias y no encontrar su lugar en el mundo.
      Un saludo.

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    3. Y sin embargo se conocen tipos semejantes con poca vida vivida y que se muestran ya de esa guisa. Saludo.

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  10. No hay como buscar un cabeza de turco donde descargar toda la ira acumulada y así cohesionar al grupo.

    Saludos.

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    1. Ahora que dices esto, Alfred, recuerda que hay una película extraordinaria de 1931 dirigida por Fritz Lang titulada "M", en España "M. El vampiro de Dusseldorf" donde se describe muy bien el encono contra un pedófilo y asesino en serie por parte de la población que desata, paralelamente a la policía, una caza y captura del personaje. El papel del asesino lo hace precisamente Peter Lorre, el de la fotografía que he colocado. Creo que hay también una lectura a mayores en el filme. La visceralidad que se iba incubando en una Alemania en vísperas del nazismo. Es una película fascinante y moderna, no obstante los años transcurridos.

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  11. grandes gafas de sol oscuras, mascarilla, auriculares en los oidos, manos en los bolsillos... todo un "corte de mangas" institucionalizado... ¿a ver si ha sido una bendición esta pandemia?

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    1. Sospecho que para muchos ha sido una bendición.

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  12. Vengo de lo Chitón. Este personaje me resulta más antisocial que el de la dama oriental. Quizás porque lo señalan y asocio esa imagen a culpas y responsabilidades. Escapar de las responsabilidades no me parece loable, hacerlo por libre elección, sí, si de veras uno siente que de esa forma llegará a sentirse más pleno. No hay recetas para vivir, pero hay normas para hecerlo en sociedad, aunque pese. Me quedo meditando...
    Abrazos

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    1. Acabo de ver un programa del paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga, muy somero pero muy interesante, sobre la Prehistoria y los primeros homínidos. Me surgían infinidad de preguntas sobre sus sistemas de procurarse la vida, sus mentes interpretativas, sus sistemas de representación y sus relaciones. ¿Serían aquellos primeros grupos familiares más o menos exigentes que hoy día? ¿Se permitirían los huidizos de responsabilidades o solo se aceptarían a los laboriosos? ¿Habría solitarios o se cohesionarían renovándose constantemente? Probablemente hace miles de años la necesidad de la superación y supervivencia día a día no permitiera muchas veleidades y elecciones a los miembros de los grupos. Como ves, yo también me quedé meditando, no es cosa de aburrir ahora, pero como he dicho otras veces, el pasado, incluso el más primitivo, es fuente de enseñanza del presente. Parece mentira que muchos no quieran verlo. Pero el desarrollo científico nos va a deparar grandes conocimientos de continuo.

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  13. Hay personas que no quieren compromisos y si no involucran a nadie está bien. Viven como pueden en soledad o en promiscuidad. No dan nada. No reciben nada. No primeten nada. Lo terrible es el individuo que de los compromisos busca zafarse no dando, pero quiere recibir lo máximo. Eso me parece depredación emocional y estafa.

    Desde luego no es fácil integrarse. La naturaleza es caprichosa y volátil.

    Pero trae más cuenta ceder algo propio para poder contar con otra y otras personas que no ceder nada y no poder contar con nadie.

    Al final... la libertad personal termina donde empieza la libertad de los demás. Tenemos derechos y obligaciones.

    De todos modos... todos buscamos compartir espacios con otras personas y al mismo tiempo ser libres o al menos tener territorios de libertad. Una búsqueda que dura toda la vida.

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    1. Tu primer párrafo me parece impecable. Conozco a individuos así, aunque si se lo permite el grupo...se aprovechan, claro. Las relaciones de grupo y por extensión sociales son de cesión y concesión, toma y daca, aporto y recojo. Otra cosa es el punto de vista cuantitativo, e incluso la calidad de lo que se da puede ser desproporcionada respecto a lo que se toma. La libertad es un saco sin fondo porque se define en función de los comportamientos y vínculos y quehaceres. Uno puede ser un trabajador muy entregado y dependiente en una empresa, muy esclavizado incluso, y luego en otras facetas de su vida desarrollar márgenes de libertad personal que otros envidiarían. Es cierto que las sociedades modernas han potenciado como ninguna otra de las anteriores el sentimiento de libertad y un cierto ejercicio de lo que yo llamo disponibilidades (de ciertos medios, ciertos tiempos, ciertos proyectos...) Relativicemos la libertad con mayúscula y centrémonos en lo que nos aporta el margen de de sentirnos más -aparentemente- dueños de nosotros mismos. Todo es muy pero que muy relativo y parcial, por no decir también escasamente duradero. Ay, el concepto de Libertad, que maltrecho y perdido está. Y hay gente que gana elecciones democráticas por esa desvirtuación del sentido de la libertad. Por ejemplo, la de ir de bares cuando me da la gana, aunque haya pandemia.

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  14. Acho que todos nos sentimos marginalizados em algum momento da vida...
    Porque não concordamos com determinadas regras impostas pela sociedade e o que está aqui em causa é a liberdade para sentimos, para sermos nós pessoa, para pensarmos por nós próprios.
    Trabalhei com alguém que me disse " está aqui para trabalhar, não está aqui para pensar pela sua cabeça!" e eu não sou um robot!
    Texto bastante interessante.
    Beijos e abraços
    Marta

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    1. Expresiones como la que citas las he escuchado toda la vida. No es fácil compaginar tu personalidad individual con la del trabajo. En cierto modo en el trabajo no eres tú. Eres otro. Parte de ti también, pero otro. Alienación, un término que deriva de ahí. Y el aspecto negativo de esa alienación es que haya una exigencia alta en el trabajo, no se vea compensado económicamente, corra riesgos de diverso tipo, no te digo si además no tienes trabajo fijo, el cual cada vez hay menos. El futuro va a seguir siendo más alienante y más inseguro, tanto para obreros, empleados como pequeños empresarios autónomos que en España hay millones. ¿Dónde entonces la libertad? Gracias, Marta, adelante.

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