Las penas del amor se dan en todas las sociedades de la historia. Porque la cultura sentimental es tan universal como el dolor. Y no conoce fronteras, ni distingue de razas ni de clases. Sobrepasa y proyecta. Va más allá de los intereses de cada país y actúa al margen de las estructuras económicas y sus aprisionamientos. Naturalmente la cultura sentimental genera a su vez sus propias dependencias, desencadena rupturas o vincula nuevamente a unos individuos con otros. Lo mismo que sucedería entre los profesos de la religión cristiana en España acontecería con loa de la fe judaica en el pasado de nuestra tormentosa historia. No es de extrañar que cuando los judíos fueron expulsados de la tierra que también era su tierra llevaran su amplia cultura, compartida en muchas facetas con los cristianos, a la diáspora. Y en esta los llamados sefardíes mantuvieron tradiciones, usos, y sobre todo memoria de su tierra abandonada a la fuerza. Mantuvieron fidelidad. Y siguieron cultivando la lengua hablada en sus orígenes hispánicos.
Leo en un artículo interesante firmado por Vanessa Ruiz en Balcanismos que el profesor de violín David Kamhi, sefardí de Sarajevo, fallecido recientemente, se disgustaba con el término ladino para designar su lengua. "Nosotros, los sefardíes, no hablamos ladino: hablamos judeoespañol. ¡No somos fósiles!". Con esta contundencia celebraba la frescura y actualización de una lengua que, si bien hablada por minorías, se conserva como seña de identidad. Si la lengua judeoespañola era para Kamhi "la voz del alma", ¿cómo no entender que la cultura sentimental heredada de aquellos exiliados tuviera esa raigambre respetada supranacionalmente? Y compartiendo con él la cultura de los afectos y las emociones me siento conmovido cuando leo lo que dijo a la citada entrevistadora: "Soy bosnio, soy judío y soy español. Mi patria es la lengua de Cervantes y Lope de Vega, pero mi lugar está en Sarajevo".
Adjunto una canción popular de dureza amorosa, también de desahogo, que la diáspora sefardí ha mantenido durante siglos a través de un arco que va desde España a Bosnia y otras regiones del mundo. En la voz vibrante y enérgica de Yasmina Levy. Ahí va la letra para seguirla.
Adio, Adio kerida
No kero la vida
Me l'amargates tu
Tu madre kuando te pario
I te kito al mundo
Korason eya no te dio
Para amar segundo
Adio, Adio kerida
No kero la vida
Me l'amargates tu
Va bushkate otro amor
Aharva otras puertas
Aspera otro ardor
Que para mi sos muerta
Gana mucho la letra con la interpretación cantada.
ResponderEliminarUn saludo.
Por supuesto, y tiene una voz enérgica.
EliminarLa comunidad sefardí es mucho más numerosa en el Estado de Israel, donde hubo desde tiempos otomanos una comunidad de Safed. Quedan restos en Tel Aviv, Haifa y Jerusalén. Sorprende su supervivencia.
ResponderEliminarY por otras zonas balcánicas y turcas, creo. En el Norte de África ya no sé. El caso de la supervivencia en general de los judíos es espectacular. Probablemente debido al apoyo mutuo que han mantenido durante siglos a pesar de las persecuciones.
EliminarUna voz bien profunda. Transmite fuerza y a la vez es tremendamente conmovedora.
ResponderEliminarNo conocía yo a esta intérprete, ya ves, unos temas llevan a otros.
EliminarEsta melodía la tengo muy presente, no sabia que fuera de origen judeoespañol. Preciosa interpretación.
ResponderEliminarNi yo, pero eso parece, por lo que he leído.
EliminarSi hay algo que me desconcierta de la historia de la humanidad es la incapacidad de comprender al diferente y de dejarnos en paz cada uno con sus creencias. Vivir y dejar vivir. Todavía se piensa que se expulsa a judíos y moriscos como si fuesen forasteros llegados de no se sabe donde, y se pasa por alto el drama de ser despojado de lo más intimo, su pertenencia a la tierra en la que nacieron ellos y sus antepasados.
ResponderEliminarPerdona la digresión, por cierto me gusta escuchar música sefardí de vez en cuando y está canción no la conocía.
Un saludo.
Las disgresiones son inevitables. Unas cosas conducen a otras. Comparto tu pensamiento al respecto. Y una de las cosas que más me indignan es el desconocimiento que tenemos los españoles sobre nuestro pasado. Eso es maltrato con la Historia, con otros españoles, con una memoria que no queremos conservar, a diferencia de los sefardíes. Y así nos va, repitiendo errores, incapaces de comprendernos. Dejándonos embaucar por los nefastos demagogos de turno. Salud y paciencia.
EliminarPrecioso canción. Yo también utilizo el término Judeo-español y no ladino. Yo tengo una parte de mi familia que es Sefaradita (de Segovia y Avila) y otra ashkenazi ( de Rusa).
ResponderEliminarUn abrazo
Vamos, que tienes ramas diversas, eso tiene que dotar de una información privilegiada. Terrible fueron las expulsiones de judíos y moriscos, pero que obligaran a elegir proponiendo la conversión me parece aún más brutal. O exilio físico total o exilio de tus creencias. En fin, ya sabemos cómo se las gastaban.
EliminarPara empezar correctamente: un artista más que descansa en paz y nos deja su arte.
ResponderEliminarQué gran atractivo el sefardí para los espíritus nómadas! Magnífica interpretación, por cierto.
Finalmente una tópica y agria guinda: Nuestro género se merece toda la confusión que genera mediante el lenguaje aprisionando en un solo término o concepto una elevadisima gama de variantes que aunque no ignore, en el mejor de los casos, sencillamente olvida. En esta cuestión la pintura con sus mezclas de color resulta más generosa. Esta es una cuestión que me divorcia cada vez más de la herramienta verbal. O quizá se trate de simple disipación vital. Sea cual fuere, va dando igual.
No, todo tiene su interés aunque vayamos camino del destierro de esta vida. Es un placer conocer, distinguir, valorar. Tanto en individuos como en sociedades como en el asunto lengua. Aún tenemos que informarnos de muchas cosas, y aprender (término relativo, dos individuos no estarían de acuerdo en el concepto)
EliminarCanciones tristes de amores perdidos.
ResponderEliminarAllá por los lejanos setenta, tuve una conversación a pie de calle, con unos sefardíes que en castellano antiguo de dirigieron a nosotros al oirnos. Batallitas.
Qué interesante lo que cuentas. He ahí el valor de la lengua y la consideración que tengamos de la Historia. Comparto tu sensibilidad al respecto.
Eliminar... Imposible borrar lo vivido. Quedan y perduran huellas, raíces,costumbres, vivencias... Interesante ese lenguaje mantenido durante siglos, la transformación de letras, sílabas... Esos "sos" tantas veces escuchados aún en la actualidad...
ResponderEliminarBuen viernes. Fackel.
Pero...todo puede desaparecer. O por tabla rasa o por transformación sin que los habitantes de hoy se hayan enterado. Por la memoria y el entendimiento (en sus dos significados)
EliminarPreciosa canción. Bella interpretación y muy guapa la cantante.
ResponderEliminarComo bien dices... la cultura del amor y del desamor es universal. Los canciones y poemas de esa temática nos llegan profundamente al corazón.
Una idea buenísima la que has tenido compartiendo esta desgarradora canción.
Un beso
Apareció por casualidad, al leer el artículo-entrevista con el violinista fallecido el mes pasado. Me pareció oportuno incluirla.
EliminarToda una información desconocida para mí, que se agradece. Miraré más por su blog.
ResponderEliminarGracias, Iguana, hay que informarse, sí, para comprender y comprendernos los humanos.
EliminarQué gran deuda tenemos con los sefardíes. Qué poco hacemos por aproximarnos a ellos y a su legado. Una de las cuestiones más dolorosas, no de nuestra historia, sino de nuestro presente.
ResponderEliminarTenemos una deuda inmensa. También con otros más recientes. E incluso con aquellos con los que se tuvo como colonia y hoy andan dejados de la mano de la ONU. Ay, la Mater Dolorosa, que diría en su magnífico libro el historiador Álvarez Junco.
EliminarTampoco yo sabía que su orígen fuera peninsular.
ResponderEliminarMe ha gustado, claro está que la intérprete lo hace fenomenalmente bien.
Salut
Mas la dureza de la canción es mucha. Como antigua es la dureza de los humanos que habitamos el planeta.
EliminarBonita interprestacion y una voz con mucha fuerza. Interesante post. Beso
ResponderEliminarGracias, Hanna, por expresar tu opinión. El tema es fascinante, ya lo creo.
EliminarInteresante apunte, y es que la historia nos ha dejado tanta gente huyendo de España que espanta.
ResponderEliminarPor quienes siguen usando el judeo-español. Un abrazo
"...y es que la historia nos ha dejado tanta gente huyendo de España que espanta". Así es, sea por un tipo u otro de ideas, creencias u opiniones varias. Y siempre por causa de intereses y de gente malvada que ha obligado a otros a elegir entre dos exilios: el de irse de su patria o el de la muerte. Hay un tercer exilio, el interior (o el converso), muy duro también.
EliminarPor la huella del español portado por judíos.
¡Qué canción más bonita, Fáckel!
ResponderEliminar¡Y qué bonito suene ese español!
Un artículo también muy interesante.
Muchas gracias.
Me alegro que te guste, me pasó lo mismo. Gracias a ti por leer.
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