Como el tiempo de las cerezas, gustoso pero efímero, así fue aquella primavera. Se dirá que todas las primaveras, como cualquier estación del año, son períodos pasajeros. Pero también hay que advertir que los tiempos se suceden en sus ciclos, brindando sus oportunidades. ¿Pasa lo mismo con los acontecimientos de los hombres que con la naturaleza? Probablemente, pero de manera más desigual y confusa, y con otro sentido del tiempo y de las complicaciones propias de la vida humana. Yo, Jean-Baptiste Clément, había escrito aquel poema llevado por los amorosos ardores de juventud. ¿Qué mejor modo de manifestarlos que comparando unos frutos con otros? Pero un poeta no tiene que ser más explícito y debe limitarse a dar pistas para que cada lector haga su interpretación e incorpore el poema a su vida. En estos tiempos muchos poemas se convierten pronto en canciones. Cantar un poema escrito es siempre doblar el valor de las palabras. Es lo que la música aporta. Y cuando una canción es aceptada y cantada por innumerables voces, voces ordinarias y sencillas, voces roncas y voces delicadas, voces juveniles y voces envejecidas, voces laborales y voces domésticas, el valor se multiplica. Pero ¿quién le iba a decir a este humilde cantor que, años después de escribir el poema, las cerezas adquirirían en esta primavera cargada de energía, derrochadora de luz y valor, un cuerpo único de hombres y mujeres? ¿Quién podía prever que la ciudad iba a ser de jóvenes y ancianos, de obreros y artesanos, de artistas y tenderos, de maestros y soldados del pueblo? ¿Cómo pensar que del amor a la muerte puede haber un recorrido imprevisto que se reclama de las mismas palabras? Todo lo que empezó como resistencia a la ignominia y que creció con la voz propia de los ciudadanos ha acabado dos meses después frustrado a sangre y fuego, con los muertos contándose por miles y las ilusiones rotas. Y una vez más, los mismos de siempre pagando el precio total y definitivo, el de la vida. Así la enfermera Louise, a la que vi caer en la calle Fontaine-au-Roi y a la que he dedicado la canción. Cuando aún hieden los cuerpos, el humo de la destrucción invade París y muere la esperanza.
El tiempo de las cerezas
A la valiente ciudadana Louise, la
sanitaria de ambulancias de la calle Fontaine-au-Roi,
el domingo 28 de mayo de 1871
Cuando vuelva el tiempo de las cerezas
el ruiseñor alegre y los mirlos burlones
estén todos de fiesta,
las muchachas tendrán pasión en sus cabezas
y los enamorados sol en el corazón.
Cuando vuelva el tiempo de las cerezas
silbarán mejor los mirlos burlones.
Pero es muy corto el tiempo de las cerezas,
cuando las parejas entre ensueños
van a cortar pendientes para sus orejas.
Cerezas de amor con sus trajes iguales
que ruedan bajo las hojas como gotas de sangre.
Pero es muy corto el tiempo de las cerezas,
pendientes de coral que se cortan soñando.
Cuando estéis en el tiempo de las cerezas,
si acaso teméis las penas de amor,
evitad a las hermosas mujeres.
Yo, que no le temo a las penas crueles,
no viviré ya un día sin sufrir…
Cuando estéis en el tiempo de las cerezas
vosotros también tendréis penas de amor.
Siempre me gustará el tiempo de las cerezas.
De aquel tiempo guardo en el corazón
una herida abierta .
Y aunque se me ofreciera la diosa Fortuna,
jamás podría calmar mi dolor.
Siempre me gustará el tiempo de las cerezas,
y el recuerdo que guardo en mi corazón.
Canción de Jean-Baptiste Clement
Y dos interpretaciones. Una, tradicional, en voz de Yves Montand, y otra rockera, por Noir Désir:
La canción El tiempo de las cerezas (Le temps des cerises) fue una canción acogida popularmente durante el movimiento insurreccional y revolucionario de 1871 conocido como La Commune de Paris. Se convirtió en un emblema social. Acontecimiento del que se cumplen 150 años y sobre el cual la asociación Les amies et amis de la Commune de Paris 1871 da buena cuenta en su web.
Un tiempo de floración magnífico. Si de joven uno dejó versos pro algún campo, puede que florezcan luego.
ResponderEliminarUn abrazo
El poeta Clément no solo hizo el poema años antes sino que participó de la energía de la primavera de 1971. Ya ves que floreció algo más desde un poema.
EliminarQue bonito tema. No tenía su traducción.
ResponderEliminarGracias
salut
Y que un tema de ese tipo sea asumido por la población en momentos de guerra civil es para pensar en ello, ¿no?
EliminarMemorable tema. Y otra esperanza frustrada. La última -y posiblemente, la definitiva- fue en mayo del 68.
ResponderEliminarUn saludo.
Sobre Mayo del 68 se ha dicho mucho y hay versiones contrapuestas. Tuvo su importancia pero yo creo que no cuajó como La Commune, aunque en esta el período durase tan poco. Eran dos tiempos, dos circunstancias, dos siglos... distintos.
EliminarUn bello relato como homenaje a un episodio triste e ilusionante. Gracias.
ResponderEliminarHubo una matanza por parte de la reacción. Se dice que la célebre basílica del Sacre-Coeur se alza sobre los muertos de la Commune.
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ResponderEliminarChapeau. Merci et bonjour.
Moi, Jean-Baptiste, je vous salue et merci d'avoir lu. Profitez du post pour parcourir les événements de 1871 dans la ville de Paris. Au revoir.
EliminarBella canción y curiosas juveniles imágenes colectivas. Parece que la diversidad sostiene la vitalidad, también el capital si lo hubiere.
ResponderEliminarAyer, día machaconamente poético, se me ocurrió que podría escribir sobre Shakespeare, Bacon y su obra Julio Cesar , concretamente el discursito de Marco Antonio, pero el sueño me rindió antes de comenzar, pues llevaba cansancio físico acumulado y eso resultó definitivo en un espacio/tiempo biológico flojucho por muy ambicioso que se pretenda. Ni diversidad, ni capital ni mandangas, solo agotamiento físico que condiciona la acción y todo lo demás.
Jugar a ser mercader, cocinero, limpiador, estructurador, lavandero a mano, jardinero, paseador perruno y antenista p.e. , a un tiempo, puede acabar agotando, y solo con deporte, durmiendo mucho y comiendo sano se puede remediar algo.
Lo cuento porque me alegra que otros puedan dedicar su tiempo a la poesía, a la melodía y al desarrollo del pensamiento.
Por supuesto, el cansancio es condición sine qua non para olvidarse uno de todo. Tiempo tendrás, inténtalo en cuanto tu cuerpo reanude el ritmo.
EliminarEn cuanto a las dedicaciones elegidas que citas es algo que cada cual debería ejercitar, siquiera en los márgenes de las actividades que atan.
Ahí va, no tenia ni idea de lo de La Comuna, puedes imaginar que por entonces vivía por otros resquicios. Solo se que cuando fui a Paris me enamoré del Sacre Coeur, allá por 1978/9 , seguramente por su perspectiva y allá por 1992 tuve un sueño muy revelador en el que yo era una gitana, la única persona que se movía libremente a su bola en medio de una ceremonia convencional muy seriota de la que pasaba olímpicamente. Todos los presentes tenían un puesto asignado menos la gitana, que parecía invisible a ojos ajenos.
EliminarYa se ve que los sueños me han permitido vivir una vida paralela ( para lela!) muy enriquecida a nivel subconsciente. Por cierto el antepenúltimo me avisó de penurias por venir sin especificar y el más reciente me ha proporcionado cierta información que necesitaba apuntalar para poder vivir más tranquila contraviniendo propagandas sociales falsarias y manipuladas. Desafortunadamente no puedo elegir fecha para soñar y siempre me pilla por sorpresa. En su día soñé notas de exámenes que fueron verídicas y la fecha exacta del nacimiento de mi primogénito para dejarlo todo preparado antes del acontecimiento! Con el paso del tiempo las premoniciones dejaron de ser tan precisas. Será que su precisión no me agobiaba! Evidentemente espero soñar la fecha de despedida, aunque ya me dé igual y entonces puede que no lo sueñe. Si ocurriera lo dejaría por escrito para posterior comprobación si mis descendientes tuvieran a bien molestarse en leer algo, puesto que he comprobado que ahora ni se molestan. Será lo que me merezco. Puede que muerta mis letras puedan cumplir la función que viva se me niega. Así somos la humanidad! Me lo tendré bien merecido por motivos que me disguste admitir.
Ya ves, serán las ventajas de una soledad satisfactoria?
Ir al anochecer a sentarnos en las escalinatas de aquel templo era una práctica habitual entre los visitantes. Un sueño curioso el que relatas, se ve que otras etnias te atrapan. Pero soñar la fecha del adiós, ¿para qué? ¿Para vivir en la angustia unos días, unas semanas, unos años? Aunque bien pensado podría ser interesante como prueba de fuego. Ser capaces de superar la angustia nos haría inhumanos, precisamente es una de las características fundamentales que tenemos, la angustia. Pero podríamos emplearnos (con sueños y premoniciones o sin ellos) a fondo a intentar un cierto control. Porque la angustia vital ¿es una respuesta al miedo de la desposesión? Puede que haya un lado positivo en ella. No sigo, es un tema que me obnubila en la medianoche, pero me lo llevaré al vestíbulo del sueño por si encuentro sugerencias.
EliminarEn mayo se cubrirán los cerezos de pendientes rojizos. Cogeré unos pares para colmar de pendientes a los que más quiero.
ResponderEliminarMe quedo con la versión de Ives Montand. la rockera me gusta, pero una se emociona con los sonidos de su tiempo, aunque no sepa francés.
El renacer es digno de 1871, Commune de Paris.
Salud, Fackel.
Anna Babra
Ambas versiones tienen su interés,. Yo conocía la de Montand, de Greco, hasta de Paco Ibáñez. Pero la rockera me ha gustado mucho, es como actualizar algo más que un poema o que un tiempo. Es algo más. La música juega un papel en la historia extraordinario.
EliminarSi ves en la imagen de la gente de esa asociación de amigos de la Comuna las cerezas aparecen como icono. No todo iban a ser cañones y autoorganización social.
Quizás sea un tópico, pero la primavera alimenta la esperanza. Y no estamos sobrados de ella en los tiempos que corren...
ResponderEliminarSaludos
Pues no sé qué tienen las primaveras sociales que florecen pero acaban marchitándose. La Primavera de Hungría, la de Praga, la de Mayo del 68, la Túnez, la de Egipto, la del 15-M...entre otras.
EliminarSiempre hay excepciones...
EliminarSi las excepciones se dan en individuos me conformo también.
EliminarQué romántica fue también la primavera de la Revolución Francesa.
ResponderEliminarSaludos.
Huy, no estoy tan seguro. Eso sí, agitada y sangrante también, todo lo que quieras. Como la de 1871. Y hubo más. Saludos.
EliminarCantar é abrir a alma, é fazer sentir que não estamos adormecidos...
ResponderEliminarÉ como o germinar de uma semente, um dia anuncia que está aqui...e apesar de morrer pouco, não devemos desistir.
Beijos e abraços
Marta
Tal vez ese es el mensaje: no rendirse, no obstante la barbarie ajena y errores propios.
EliminarObrigado, Marta, saúde.
La primavera es una explosión de los sentidos que altera las pasiones.
ResponderEliminarComo todas las explosiones no siempre tienen el resultado previsto.
Magnifica entrada. Tengo que repasar lo referente a la revolución francesa.
Un saludo.
Se ha hablado mucho más de la Revolución Francesa y muy poco de la Comuna de París de 1871. Hay diferencias profundas entre ambas. Conocer los acontecimientos históricos del país vecino es muy interesante, porque sabemos poco y porque las experiencias de la Edad Contemporánea de ellos repercutió en España, aunque aquí hemos sido alumnos de hacer novillos respecto a los grandes cambios.
EliminarEn efecto, ojo con la primavera, creo que la tenemos sublimada. Pero las alergias acechan.
Es el símbolo de la esperanza en el porvenir y el título de una novela de Montserrat Roig. Y es una fruta preciosa y riquísima.
ResponderEliminarEs verdad, ahora que lo dices recuerdo ese título. Se ve que la Roig se inspiró en la metáfora, y más sabiendo de las militancias de la escritora.
EliminarEs una fruta que conecto con mi propio tiempo de cerezas: la infancia. Bueno, como los higos, las manzanas, las nueces, fuera la estación que fuese.
La historia de las luchas por la libertad y los derechos tiene ese ir y venir que tantas veces desalienta a seguir peleando. Si se ve en perspectiva, hemos mejorado. Falta mucho, pero avanzamos en la dirección correcta. Espero.
ResponderEliminarSin embargo son las circunstancias las que nos hacen a los hombres, y las circunstancias -situaciones, factores, cambios de las relaciones de poder, alteraciones económicas, etc.- son harto complejas. Cuando los movimientos de contenido revolucionario se producen no son obra de la voluntariedad humana por las buenas, sino por la presión entre clases. Todo lo que sea avance como resultado me parece extraordinario. Pero ahora se habla mucho del retroceso democrático en marcha en el plano mundial, basta leer a ciertos y supuestos pensadores o analistas de enjundia. Muchos en Occidente tienen como paradigma a China. El desarrollo intenso a costa del control máximo de la población. Cuestión de tiempo saber si eso mismo sucederá en los países en que ha habido democracias. El debate anda por ahí.
EliminarHay canciones, como esta, que definen un estado de ánimo social. Incluso sirven para que se conserven textos que no deben caer en el olvido, por si las volvemos a necesitar, que volveremos a necesitarlas.
ResponderEliminarRubrico tu comentario al cien por cien. Salud mientras.
EliminarUn poema y canción preciosos.
ResponderEliminarQuién pudiera volver a un tiempo de cerezas...
Un abrazo
Para eso se escriben los poemas y se componen las canciones. Para que volvamos a tiempos de cerezas. Pero ojo, que los tales tiempos pueden ser de dos caras, como el caso de 1871.
EliminarUn abrazo.
L'època de la vida que correspon al temps de les cireres jo no l'he viscut. Em fa mal aquesta cançó.
ResponderEliminarYo tampoco la he vivido, naturalmente. Pero la canción me ayuda a entender un tiempo pasado que tuvo su importancia (1871 y la Comuna) y mi tiempo personal. Bondades de la poesía y de la música.
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