Conozco a Sei desde la escuela. Hacía años que no la veía porque me emplearon para servir a un señor en Kameido y no había vuelto al pueblo de origen. Al reencontrarme con ella se hace la despistada. ¿Eres el mismo de siempre o te he soñado?, me espeta de pronto. Ambos somos los que somos pero tal vez no los que fuimos, se me ocurre responder. Y Sei: es lo que tiene el mundo de los sueños, en donde una vez puedes ser tal y otra vez cual. Cuando añadí que lo bueno que tienen los sueños es que los personajes que conocimos se reencarnan como si no hubiera pasado el tiempo ella afirma, pero no obstante insiste: no sé si eso es bueno o es malo. También sucede con los que murieron, y ahí están vivos y más solícitos que nunca. Aprovecho: es de agradecer soñar con los muertos tan vivos, ¿no crees? Sei: y a ellos les gustará saberlo. ¿Les gustará?, corrijo. En los sueños los que se fueron lo agradecen todo, a mí me lo han dicho. Como la conozco la entiendo, sé que habla y no habla al pie de la letra. ¿Sigues llevando cuanto sueñas a lo que escribes? Sei echa para atrás la cabeza. Para que los sueños no acaben en la noche tengo que abrir el día a mi escritura. Cuéntame uno de los últimos, Sei, como hacías en la escuela. Puesto que has venido y me has reconocido, entonces te contaré uno dramático, ofreció ella.
Y el sueño aparece en Chitón, ver:
https://ehchiton.blogspot.com/2020/11/utamaro-sueno-de-la-escribiente.html
(Grabado de Kitagawa Utamaro)
El reencuentro con Sei sea tal vez un sueño que con la realidad no existe o un reencuentro que existe gracias a los sueños.
ResponderEliminarGracias Fackel.
Saludos
Tal vez. En la profundidad de los sueños no hay más realidad que aquella. Es indiscutible.
EliminarQue original, aquest passar d'un blog a un altre! Com del somni a l'escriptura...
ResponderEliminar¿Es que la escritura no es un soñar? Por eso mismo. Salut, Helena de Troya.
EliminarAlgunos padecemos el síndrome de Sei: la imposibilidad de escribir durante algunas temporadas. En este caso no es cosa de un sueño, sino de condicionantes externos como la pandemia. Menos mal que tiramos de archivo.
ResponderEliminarUn saludo.
Claro, la pandemia limita y condiciona, pero el relativo grado de introversión que nos está proporcionando a algunos nos obliga a buscar otros aires imaginarios. Leer es uno de ellos. Y el placer de la gente que pasáis por los blogs no tiene precio y oxigena. Nos tenemos que ir mentalizando en que la circunstancia actual, y no soy agorero, va a persistir bastante. Veámoslo por el lado reflexivo y cuidémonos de que el patógeno no se cebe en nosotros.
EliminarTodos tenemos sueños y a veces somos capaces de hacerlos realidad. Si yo te contara...
ResponderEliminarA veces. Lo intuyo. Si yo te contase...
EliminarSuelo soñar con muertos a quienes sé muertos y no logro verlos tal cual estaban cuando los sabía vivos. Me gustaría alcanzar alguna vez ese realismo de volver a verlos en sueños tal cual eran.
ResponderEliminarNo me lo creo del todo. Pero debo creerte. A mí me pasa todo lo opuesto: siempre aparecen vivos y coleando y se desarrollan las mismas complicidades -aunque a veces me riñen- que cuando nos tratábamos en vivo y en directo (nunca mejor dicho) Fíjate qué curioso. Con esto de la pandemia, como el tema es tan terrible como espectacular (y entiéndase en esta tesitura el calificativo) me acuerdo ya despierto de muchos que no están. A veces me digo: de la que os habéis librado, y mi ángel caído me sopla desde el otro lado: lo que os habéis perdido. Pero se impone la cordura. Lo importante es que nos perdamos el toque del virus en el presente a salvo.
EliminarVolvemos a lo del río, está ahí, ante nosotros, pero es otro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí, Heráclito dio en el clavo, y eso que la cita solo fue un fragmento, y no sabemos lo que añadiría el texto completo. Adelante.
EliminarVengo de done Chitón, y tu cuento acaba con una buena cuestión.
ResponderEliminarPor los cuentos. Por los sueños. Un abrazo
Por lo real y verdadero que hay en ellos (cuento no es igual a fake) Buen descanso.
EliminarA vida pode modificar-nos, há desilusões, traições, mas há também momentos inesquecíveis. O sonho faz parte disso...Mas temos que estar conscientes de que é apenas um sonho.
ResponderEliminarComo diria Shakespeare, "Enquanto houver um louco, um poeta e um amante haverá sonho, amor e fantasia. E enquanto houver sonho, amor e fantasia, haverá esperança."
Beijos e abraços
Marta
Las características que enunciaba Shakespeare nos las debemos aplicar todos, y en cierto modo todos y cada uno pasamos por esa especie de fases, de modo alterno ya veces recurrente, y que no se trata de medir ni contar ahora porque solo lo sabe cada uno. Para mí la esperanza es seguir resistiendo, superando y comprendiendo los fenómenos de la vida. No hay otras esperanzas de fondo. Salud y gracias, Marta.
EliminarPosiblemente llevamos nuestros sueños a lo que escribimos. Habrá quien los encuentre muy ajenos e incomprensibles, y habrá quien participe de su sentimiento, en algunos escritos al menos.
EliminarTotalmente de acuerdo, Ana. Pero mira además que pienso que todo es un viaje de ida y vuelta y constante, y así será hasta que no seamos.
Eliminar
ResponderEliminarQué bonito diálogo, sensato y profundo. Llevamos los sueños a la vida, a lo que escribimos, a lo que anhelamos... o llevamos la vida a los sueños?...
Buenatarde, Fackel.
Son preguntas que continuaremos haciéndonos siempre, sin tener respuesta, sin pretender tenerla incluso. Buena tarde de un día color melancólico.
EliminarHay sueños que son como las series, episodios que continúan, días, meses o años más tarde en el punto donde se quedaron. Lo he experimentado, y para mi sorpresa, aún en sueños soy consciente de que reemprendo la historia. Así que me alegro de que Sei y tú, también viváis en el universo paralelo de los sueños.
ResponderEliminarLa modalidad de sueños debe ser enorme, tanto en tiempo como lugar, y como la mayor parte de las veces son interrumpidos es curioso pensar qué habrá quedado sin soñar, y puede que por ello lo pendiente se tome venganza otra noche y sea recurrente. Eso que dices sobre la conciencia en sueños de que soñamos o retomamos lo soñado también lo he percibido. Lo mejor es cuando algo manifestado en sueños se traduce más tarde en la vida consciente. Hay mucha literatura al respecto, y yo tengo mis experiencias al respecto que no cuento porque ahora no vienen a cuento pero que me han perseguido toda la vida. Historias soñadas que se traducían al día siguiente en la vida cotidiana bien en infancia o en juventud, ahora hace tiempo que no sucede. Es espectacular.
EliminarQué belleza de relato el de Chitón. ¿El mundo existe porque lo soñamos o porque lo escribimos?
ResponderEliminarTal vez haya una relación de causa a efecto mutua.
EliminarLo que sucede en sueños no siempre depende del cerebro de quien sueña. Generalmente en el sueño los personajes, que se han ido, o los ausentes, y nosotros, (y alguien más) cobramos vida. Podemos salir del subconsciente y hasta entrar en otra dimensión. Nosotros entramos en el sueño, como somos, sentimos y vivimos. Por eso, a veces los sueños encontramos además de seres que conocemos, también ideas y soluciones, que desconocíamos. De tal forma que al ser conscientes de ellas, en sueños, queremos que no se nos olviden y nos levantamos para dejarlas por escrito en un papel, hasta que despertemos al día siguiente. Me parece que tu sugieres que algo parecido cuando dices que "para que los sueños no acaben en la noche tengo que abrir el día a mi escritura". Puede ser la solución a un problema, un enigma o la respuesta al encuentro con la dulce Sei. ¡Qué maravilla!
ResponderEliminarPero es cierto que no soñamos porque lo escribimos, sino porque somos unos soñadores, -despiertos, unas veces; otras, dormidos-.
Un abrazo.
No vas descaminado. Y en efecto, hay que ver cómo nos reconocemos dentro del sueño tal como somos, aunque hagamos a veces cosas que no hacemos ordinariamente, y algunas son sorprendentes. Una de las más curiosas es que a veces uno sueña con una persona en el último sueño y al despertar siente unas ganas irrefrenables de verla. Incluso da vueltas durante un rato a cómo localizarla y se tiene que racionalizar mucho para darse cuenta de que la mayor parte de las veces no se debe intentar dar con ella. En definitiva, aun cuando de los sueños se puede hablar mucho y tiene muchas vertientes su interpretación neurológica, lo cierto es que sueño y conciencia se nutren mutuamente y esta naturaleza llamada cuerpo -vía herramienta cerebro- es un portento hasta la fecha.
EliminarGracias, un abrazo y a caminar un día más.
Qué bonito encuentro. La realidad y los sueños no son compartimentos estancos separados, se entremezclan y retroalimentan entre sí.
ResponderEliminarUn abrazo
Toda la vida, Ana.
EliminarHola, Fáckel:
ResponderEliminarlos sueños es el gran territorio que aún queda ignoto. Lo que no me gusta de Freud es que todo lo llevaba al terreno sexual. Creo que cada uno debe ser el que interprete sus sueños y no irá muy desencaminado.
Salu2.
Qué tal, Dyhego. Verás por el blog que el tema sueños es recurrente para mí. Los saco a relucir en muchos relatos y reflexiones. No puede ser menos. En parte porque los considero fundamentales, sin otorgarlos un carácter esotérico y extraño, pero sí parte de mí mismo. De ese otro Yo que circula a su aire y que me lleva a repensar cuando estoy consciente. Supongo que Freud iría despistado en algunas cosas y encaminado bien en otras, no tengo un criterio suficiente sobre su obra y teorías. El terreno sexual tiene una calidad que no hay que desdeñar, pero no es cosa de entrar ahora en el tema. Lo curioso es que no solemos ser conscientes del poder de la sexualidad, que es algo más a su expresión física y emocional con otros.
EliminarBuena jornada.