Oh, Bill, dime que sigues echando de menos tu viejo barrio. Ellie se lo decía mientras acariciaba un vaso de Bourbon. Bill tecleó su barba, miró a la mujer del pasado con ojos tristes. Echo de menos lo bien que vivimos en aquella parte de la ciudad, dentro de lo poco que tuvimos. Y aunque nos pareciera sucia no estaba abandonada, había vecinos por todas partes y cuando alguno necesitaba ayuda todos nos partíamos el pecho por socorrerle. Me emociona recordar la energía que se apoderaba de nosotros y que despilfarrábamos como solo los jóvenes pueden hacerlo. Después, ya sabes, tener el oficio de estibador cuando aún no habían llegado los tiempos de que la maquinaria supliera nuestro esfuerzo agota mucho. ¿Me dejaste porque no sabía satisfacerte? Ellie lo miró piadosa, como sabe hacerlo una mujer sabia. ¿Todavía piensas...? Oh, no Bill, siempre me satisfacías, o mejor dicho, siempre tenía satisfacción contigo, que eso de esperar todo del otro siempre me pareció un absurdo. Bill rio. Aún podría..., dijo. ¿Qué, intentarlo?, saltó ella. Con el recuerdo de aquel tiempo tengo bastante para procurarme mis fantasías solitarias. ¿Sabes?, terció Bill. Creo que nunca he superado del todo que me abandonases, y sería ridículo si pensara que aquello se debió a una cuestión de cama. No, evidentemente no fue cosa de cama, y Ellie hizo una mueca, fue como siempre es y les pasa a todos, aunque algunos no lo admitan. Bill se levantó y echó una moneda en una gramola superviviente de otra época. Pesa mucho la setentena avanzada que vamos copando, ¿verdad?, dijo. Solo la música alivia la tortura de pensar en lo que hemos perdido. Era un barrio sucio pero entrañable, nos llevábamos bien con todos, y Ellie expulsó una bocanada del cigarrillo. Pero ¿qué podíamos esperar? La ciudad se degrada y es una tentación para los que quieren negociar con ella. Como nuestros cuerpos. Tú engordaste de tanta cerveza y hastío, y te ajaste más de mente que de cuerpo. Entiendo que era jodido ser descargador en muelles y a la vez un sindicalista que se daba de cabezazos con todo. Te dolieron mucho los fracasos, será por eso que engordaste, una reacción que los utópicos como tú recogen. Bill asintió con tristeza. Tú tuviste mejor suerte de cajera en el market, al menos tu cuerpo ha seguido siendo fino, piropeó a la mujer. ¿Sabes, Bill? No sé por qué hoy nos estamos viendo aquí, y que conste que me gusta. Ya sé que hablando recuperamos algo de la compasión que habíamos perdido cuando llegaron los malos tiempos. Bill sacó de muy dentro de sí una voz turbia. Solo te he citado para que escuchemos aquella otra música. Si nos encontramos en ella habrá merecido la pena. Ellie alzó el vaso y él juntó los labios y se los ofreció a distancia.
La letra de la canción Sucia ciudad vieja:
Conocí a mi amor en la pared de la fábrica de gas
Soñé un sueño junto al viejo canal
Besé a mi chica junto a la pared de la fábrica
Sucia ciudad vieja
Sucia ciudad vieja
Las nubes se deslizan por la luna.
Los gatos merodean a su ritmo
La primavera es una chica de las calles por la noche.
Sucia ciudad vieja
Sucia ciudad vieja
Escuché una sirena de los muelles
Vi un tren incendiar la noche.
Olí la primavera en el viento humeante.
Sucia ciudad vieja
Sucia ciudad vieja
Voy a hacerme con un buen hacha afilada
Acero brillante templado al fuego
Te derribaré como a un viejo árbol muerto.
Sucia ciudad vieja
Sucia ciudad vieja
Conocí a mi amor en la pared de la fábrica de gas
Soñé un sueño junto al viejo canal
Besé a mi chica junto a la pared de la fábrica
Sucia ciudad vieja
Sucia ciudad vieja
Sucia ciudad vieja
Sucia ciudad vieja
La vida cambia, pensamos que avanzamos y así es en algunas cosas, pero algunos avances tienen su precio a pagar. La degradación pienso que es más un estado mental que acaba haciéndose presente en lo físico, como sugiere Ellie a Bill.
ResponderEliminarMe gusta la música de los videos, acompaña bien al texto, suena muy bien la primera versión, pero me gusta más la segunda, otro estilo, que noto con más alma.
Buena tarde.
La degeneración celular y neuronal existen, ¿no? Las huellas del tiempo se advierten en los seres humanos a medida que los años caen. Los males pueden coadyuvar al envejecimiento prematuro. Es el precio de vivir años y más años.
EliminarSon dos estilos de interpretación. En la segunda los Pogues están cascados, ya muy mayores, son un eco del rock que fueron. La banda ha pasado por muchas fases. Su líder inicial, Shane MacGowan, quedó apartado muchos años debido a su alcoholismo. Es un poeta además, y recientemente Jhonny Deep ha producido un documental sobre él. Debe estar bastante tocado.
No sé por qué pero mientras leía los textos y oía las canciones me ha venido a la mente Bukowski y el realismo sucio. Había fábricas viejas en un paisaje urbano decadente.
ResponderEliminarUn saludo.
Es que MacGowan, antiguo líder de The Pogues, es considerado un Bukowski. Fue otro tiempo. La especulación inmobiliaria dio un vuelco al paisaje urbano hace ya muchos años.
EliminarNo la había escuchado nunca, pero prefiero la letra, sólo la letra. Es un poema a la altura de Cohen cuando escribía sus "Poemas escogidos".
ResponderEliminarSalut
Hay mucha poesía de ese estilo, poesía urbana de sociedad decadente y pobre, o al menos obrera. Los ingleses y los yanquis la cultivaron bastante.
EliminarEl cuento me conmovió. La primer versión me gustó más. Reflexión aparte: qué estragos causa en nosotros, pobres mortales, el paso de los años. Afortunadamente, también enriquece (a veces) por dentro.
ResponderEliminar=(
Gracias por conmoverte, eso vale. De las dos versiones musicales es que son tan diferentes en su interpretación, ¿verdad? Más melódica y perfecta la primera, por supuesto, más clásica, digamos, responde más al tradicional cantautor. Y la versión rock tiene su ritmo pegadizo y coreado.
EliminarEl enriquecimiento interior choca con la pérdida de facultades: es el drama de la edad avanzada. Claro que mayor drama es el de aquellos que además de ver su cuerpo a la baja no saben enriquecerse mentalmente o sacar conclusiones sobre la vida llevada, que sirve mucho.
La simple letra que adjuntas es una preciosidad. Y sí, ese tiempo de fuerza, de juventud aún en la pobreza, son la mirada atrás que a veces nos viene a la mente, y, como el beso aire en la distancia, vuela de nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un abarzo
Tiempos muy pasados y ahora añorados. Salud para lo que venga.
EliminarAlgunos se empeñan en limpiar la suciedad con Bourbon y un estropajo.
ResponderEliminar¡Pobre Bill!
Salud
Hay demasiada turbiedad en los mundos interiores, no solo en las ciudades viejas. Salud y aguante.
EliminarMe ha puesto muy triste este cuento, esta música.
ResponderEliminarMe ha hecho pensar en esas generaciones de jóvenes tan desposeída y sobre todo en sus sueños incumplidos. He sentido sus aspiraciones, su rebeldía, su rabia, su música, su poesía. Su, a veces, talento desperdiciado.
Si hay, si hubiera otro mundo, otra vida, merecerían algo muy especial.
Pero la música es muy bonita, ¿no? A mí me lo parecía y como hallaba en ella connotaciones del pasado pues ahí la he puesto por sesión doble. Está bien que digas lo que te ha sugerido a ti tanto el cuento como la música, no es para menos. Yo he conocido bastantes casos de talentos desperdiciados, incluso entre gente titulada. Lo de otro mundo o vida...para los mismos me temo que no. Qué se le va a hacer. Buena noche de otoño frío e invernal.
EliminarCachis!
ResponderEliminarAhora me ha entrado una súbita necesidad de tener un diálogo con el amigo Jim Beam y encender un cigarrillo, cosa que no hago desde 2011.
Pero va a ser que no.
O sea, que Kentucky a tus pies, ¿eh, pillín? Dejemos en el pasado los alcoholes fuertes y el cigarrillo, que no serían bondadosos con nosotros a estas alturas. Ya he visto demasiada gente alcoholizada, ya. Hagamos literaturas de andar por casa, son más inofensivas.
EliminarPode ser suja, degradada, mas há o espírito de entreajuda, o que falta agora... Acho que é isso que temos que lutar para que viva novamente e não estejamos sós.
ResponderEliminarInteressante a história e a canção que não conhecia.
Beijos e abraços
Marta
En la infancia que conocía había bienes limitados cuando no escasez, pero la gente se ayudaba y se comunicaba. Hoy vivimos aislados prácticamente en la vecindad. Aunque aún hay barrios con actitud más familiar y de ayuda. ¿Por cuánto tiempo?
EliminarObrigado, Marta, saudações e bom dia.
Me gusta tu intensidad lo que leo jamás lo analizo- Sería como analizar una pintura. Gracias por compartir la luz de adentro
ResponderEliminarCuriosa comparación. Una pintura se puede analizar. Pero no es su análisis lo que nos hace sentir o percibir en lo comunicado por el pintor, ¿no?
EliminarUn cuento sobrecogedor (y muy bien escrito) precisamente porque resuena con una verdad universal. El envejecimiento suele tornar decadentes los cuerpos y arrebatarles el atractivo. Sin embargo... si la relación ha trascendido lo físico la unión afectiva, mental y espiritual puede ser más fuerte. Claro que esto no es muy habitual.
ResponderEliminarEl poema es sensacional. Me recuerda a Leonard Cohen.
Gracias por compartir
Un abrazo
Pues no sé. Es entrar en el mundo de las apariencias y las aceptaciones sin riesgo. Que no está mal si sirve para vivir, pero es otra cosa. Ay, la trascendencia. ¿Trascendencia o asunción y consolación de los hechos?
EliminarGracias a ti por comentar.