"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





viernes, 9 de octubre de 2020

Orson Welles, el gigante

 



Aquella mañana bajé a desayunar al habitual café del Boulevard Saint-Michel, pues yo vivía entonces en una pensión de la Rue Saint-Severin, que queda al lado, y como cada jornada compré el diario en el quiosco de Jean-Pierre, hombre afable y diligente. Jean-Pierre Duclós había sido un antiguo boxeador de savate, ese boxeo francés en el que se usan puños y pies, ejercicio de cuyas competiciones había salido algo tocado del ala, no tanto por el esfuerzo en sí como porque se sentía un fracasado. Creo que me equivoqué de arte, me dijo una vez, pero se me pasó el tiempo de intentar otro. Jean-Pierre había engordado y prefería la tranquilidad de su oficio y las tertulias vespertinas. ¿Se ha enterado?, me dijo cuando le compré el Libé. Se ha muerto un monstruo del cine. Me quedé de piedra al contemplar la portada. El periódico lo calificaba de gigante, que es diferente a monstruo, pero que en nuestro acervo actual suele ser análogo para determinadas actitudes a reconocer y ensalzar. He visto todas sus películas, siguió comentando Jean-Pierre. Yo también, le repliqué, aunque en ambos casos era una manera de generalizar. ¿Te quedas con alguna de sus películas en especial?, le pregunté. Con la titulada Toque del diablo, pero que conste que todas me han gustado. Ya sé que la célebre por excelencia, la más citada, Ciudadano Kane, es una catedral del arte de la pantalla. De arte, de historia, de conductas humanas, de ideología, incluso, precisé yo. Y Pierre: sí, todo eso, pero las tramas oscuras con personajes oscuros me apasionan, y encima ese comienzo vertiginoso que hay en Toque del diablo, con la música perturbadora de Henry Mancini in crescendo coloca al espectador desde el minuto uno. Pobre del que entre tarde a la sesión, perderse el comienzo es quedarse sin una buena sustancia de la película. Añada el personaje grueso y enérgico que recrea Welles en un film  en blanco y negro y el arte está servido.  Me asombraba lo puesto que estaba Jean-Pierre en materia cinematográfica, así que aquella mañana nos sentíamos ambos con el sentimiento gravemente herido. De esto de morirse la gente importante del mundo lo vamos a ver cada vez más, dijo consolándose. Naturalmente también de los no tan importantes. La portada del Libé me parece de lo más acertada, un homenaje, dijo al despedirme. Cuando horas más tarde me encontré con el arqueólogo bagdadí al que había conocido unos días antes, y que daba un curso en Nanterre, le comenté el fallecimiento de Welles. Brindamos por el cineasta con un rico e intenso Calvados. Luego me confesó con su chapurreo de francés: He visto pocas películas de ese director, pero aprovecharé París para ponerme más al día en alguna cinemateca. Un tema lleva a otro dentro del laberinto de nuestros pensamientos. Y ahora recuerdo al entrañable y abierto amigo mesopotámico, de nariz deformada por el viento del desierto, con el que hablé de lo divino y lo humano con una libertad, una curiosidad y un ansia de saber que no he superado. Entonces yo era joven. Pero ese es otro capítulo.

A veces ciertas fechas desatan episodios del pasado. He sacado del cajón de los recuerdos de casa la portada del Libération del día siguiente a la muerte del gigante. Justo cuando mañana se cumplen treinta y cinco años. Ah, a la película favorita de Jean-Pierre Duclós se la conoce en España como Sed de mal


 

28 comentarios:

  1. Hay personajes que siempre merecerán un buen homenaje, pues el tiempo ni siquiera se acerca a soslayar o tratar de ocultar el arte que se funde con su recuerdo.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, y a este le tengo especial afecto. Incluso en películas que no dirigió, como El tercer hombre, pero en la que actuaba impone algo de su carácter. Claro que hablar de El tercer hombre es de cátedra, es una película que me sobrecoge pero que me envuelve. Carol Reed el director dejó otra obra maestra.

      Eliminar
    2. La guerra de los mundos, un montaje superior.
      Salut

      Eliminar
    3. Me lo he vuelto a poner hace un rato, siquiera un trozo, solamente escuchar la voz, teniendo en cuenta que es un montaje de 1938, no me extraña que acoquinara a los radioyentes que no estuvieran al tanto de la ficción.

      Eliminar
  2. SED DE MAL ha pasado a la historia como una de las mejores películas de Orson Welles, un estudio sobre el poder, una denuncia de la corrupción y el enfrentamiento entre dos policías muy diferentes en todos los sentidos...

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bien dices. Yo la veo de vez en cuando, no tiene pérdida.

      Eliminar
  3. Sed de mal era una venganza servida bien fría.
    Era un auténtico monstruo, cinematográfico.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para mí es lo de la portada del periódico: un gigante. Si no has escuchado nunca su retransmisión radiofónica de La guerra de los mundos, te la recomiendo.

      https://www.youtube.com/watch?v=2oiVh87rCXk

      Eliminar
    2. Es de escucha obligada ;)
      Gracias.

      Eliminar
  4. Como comentas más arriba, era un gigante en todos los sentidos. La "retransmisión " en directo de la invasión marciana siempre quedará en los anales de las grandes hazañas de la radio.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aquello de 1938 creo que fue digno de ser analizado. Probablemente la sociedad estadounidense estaba en uno de esos estados todavía críticos -la secuela del crack duró casi toda la década según qué sectores sociales- y en vísperas de otro abrasador, la guerra mundial. Probablemente mucha gente viviera en tensión permanente, en un no distinguir realidad y ficción, y entonces, como parece que aún ahora, los esotéricos, religiosos, crédulos y supersticiosos alentaban fantasías de toda calaña. Ya veremos si ahora no se repite algo semejante.

      Eliminar
  5. El problema de sed de Mal, que es una de mis películas favoritas, es que ha envejecido muy mal. Aún y asi és una enorme película. Hay una escena hacia el final en que un tipo saca una pistola para disparar que es de lo mas cutre que se ha rodado en la historia del cine.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues mira, no recuerdo esa escena, o al menos no lo detecté del mismo modo, tendré que volver a ella.

      Eliminar
  6. Una peli que me dejó tan impresionada, que ahora al leerte la he recordado completamente. Tal vez no al ciento por ciento.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anda que yo también...Ahora me ha venido a la cabeza que hace años había escrito algo sobre la película, he buscado en el blog, este es el enlace:

      https://laantorchadekraus.blogspot.com/2013/01/sedientos-de-mal.html

      Bueno entonces pensaba más en el film, hoy me apetecía recordar a Welles a los 35 años de su muerte, y en el texto que escribo hay algo de ficción y bastante de realidad. Y, por cierto, la portada del periódico la tengo enmarcada y en una pared junto a libros. Me pareció soberbia. Ya ves.

      Eliminar
  7. Debo reconocer que más allá de Ciudadano Kane, me quedan pendientes de ver el resto de sus películas. Es quizás uno de esos personajes en que la fama se extendió más allá de quienes efectivamente conocen su obra. Tendré que ponerme al día
    =)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tendría uno que ponerse al día de tantas películas no vistas o libros no leídos...O verlas de nuevo y leerlos de nuevo simplemente porque con el transcurso de los años nuestra visión ha cambiado...

      Eliminar
  8. Resultó un magnífico experimento social, para demostrar que la naturaleza colectiva del humano se sigue replicando sine die y me incluyo en el saco colectivo.
    Qué genio más cachondo tenía el personaje!

    No encuentro más remedio que hacer acopio de paciencia y viajar a mundos interiores más gratos. Con un poco de suerte pincho y me quedo allí para los restos. Mira, eso siempre se me dio de fábula (lo de ensimismarme y dormirme). Claro, así cuando toca asomar las narices fuera, enfermo de pena y si permanezco un tiempito fuera, aún más!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, la emisión debió ser un bombazo. Por cierto, el film La guerra de los mundos, de 1953, que no tenía que ver con Orson Welles y que se basaba en un libro de H.G.Wells, fue una de las primeras películas que vi, me impresionó muchísimo.

      Los viajes interiores son muy útiles, eso ya es suficiente.

      Eliminar
  9. Le haces un buen homenaje a ese gigante que fue, y sigue siendo, Orson Welles.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, no controlo fechas mayormente, pero por azar me salió el otro día la portada del periódico, que me parece una obra maestra de un periodismo que cada vez existe menos: concisión, precisión, identificación imagen-texto del titular, titular con una calificación inapelable (juega con dos sentidos, el de su corpulencia -casi 1,90 y ciento y muchos kilos de peso en edad avanzada- y el de calidad cinematográfica y de sabiduría personal, yo creo)

      Eliminar
  10. Ninguém se vai esquecer do Citizen Kane...Um ponto de viragem na história do cinema....
    Beijos e abraços
    Marta

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sigue siendo un monumento con muchas perspectivas y lecciones, sin duda, Marta. Obrigado.

      Eliminar
  11. A veces nos sorprende la muerte de un gigante en la portada de un periódico. Es tanta mi admiración por este, que hasta lo malo me gusta. El otro día, por ejemplo, pillé una reposición de El tercer hombre en la televisión un día en el que tenía mucho trabajo y mucho sueño. Olvidé ambos para perderme en las imágenes y verlo en las alcantarillas...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En esa película su actuación es menor, pero el film es un documento y un trasladarse a esa posguerra dura con una actuación coral muy medida de todos los personajes pero muy acertadas. No se eclipsan unos a otros. La música, la ambientación y fotografías y el blanco y negro son los protagonistas.

      Eliminar
  12. ¡Qué buen homenaje a un grande! Recuerdo que yo vivía en Estocolmo cuando murió Orson Welles. Citizen Kane fue la primera película de él que visioné. me han dado ganas de volver a verla, igual me pasa con Sed de mal.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues son películas que están al alcance en internet, creo. Yo las visualizo de vez en cuando, y la nombrada de El tercer hombre ejerce una fascinación especial sobre mí. Gracias, Myriam.

      Eliminar