Va a ser muy difícil -o al menos más difícil- borrar la historia en el futuro. Por supuesto que del mismo modo que hay técnicas y sistemas que permiten recopilarla y sirven para investigar e interpretar, también puede haber un uso por las mismas vías que reduzcan datos, los eliminen y sobre todo se condene al silencio al historiador. El conocimiento de la Historia es fundamental para andar el camino las nuevas generaciones. Hay quien dice que también para evitar caer en errores análogos a los del pasado, aunque creo que ahí influyen otros elementos. La misma condición de la naturaleza humana que le hace competitiva, agresiva frente a quien le dispute territorio, violenta y negacionista en muchos casos ante los cambios cada vez más precipitados y urgentes.
Los historiadores ya no son los antiguos cronistas, gran parte de ellos corifeos del poder, si bien algunos iban por libre y estos son los que hoy valoramos más. Tampoco son los recopiladores mediatizados por sus ideologías que hemos conocido hasta gran parte del siglo XX. Hoy, por fin, el estudio y conocimiento de la Historia y su complejidad es más científica que nunca. Aunque lo más difícil resulta siempre articular los factores múltiples que influyen en un tiempo y unos territorios, y conforme a grados de desarrollo social y económico diversos, para comprender qué incide más y de qué manera para que se produzcan los hechos que se producen en la vida de las sociedades mundiales.
Muchas veces se sacan conclusiones correctas, pero otra cosa es que los poderes económicos y políticos quieran hacerlas caso y regirse por ellas. Ese puede que sea el gran problema. Cuando pase la oleada esta del coronavirus espero escuchar análisis sensatos sobre las circunstancias. Espero que no solo me hablen de este u otros virus. Espero oír que hay factores que propician no solo la difusión del virus -algo que siempre ha acontecido- sino que afectan a las interconectadas relaciones de mercado de todos los países. Tal vez haya que analizar algunas cuestiones clave: la contaminación del planeta, el cambio climático de consecuencias múltiples que se acelera, la superpoblación mundial y la concentración de habitantes en las megalópolis, la falta de planeamiento de recursos alimentarios y las maltrechas, si no caducas, doctrinas de la Economía que no están siendo revisadas, aunque sí muy cuestionadas, y que son tan víricas como los virus biológicos.
La imagen que preside el post pertenece a John Heartfield -pseudónimo del alemán Helmut Herzfeld- que protagonizó durante catorce años, la mayor parte de ellos bajo el terror nazi, la realización de una revista -AIZ- donde a través de fotomontajes ingeniosos, críticos feroces, fustigó al régimen del crimen. Es muy curioso el pie de foto: "Guerra y cadáveres. La última esperanza de los ricos". Aprendamos del virus, aprendamos de las circunstancias que están tambaleando las sociedades, aprendamos de la Historia. Que esta no sea borrada. Simplemente para que el pie de foto no sea una vez más un hecho para todos. Como bien sabemos, para unas cuantas regiones del planeta ya lo está siendo.
Os invito a leer un cuento de Chitón, que es menos severo:
https://ehchiton.blogspot.com/2020/03/el-viento-que-barrio-la-historia.html
Os invito a leer un cuento de Chitón, que es menos severo:
https://ehchiton.blogspot.com/2020/03/el-viento-que-barrio-la-historia.html
Quizás la historia habría que explicarla al reves, desde el presente hacia el pasado, aunque de hecho la historia no es más que una recopilación de hechos y situaciones sin contrastar de manera veraz, que tampoco tiene demasiado interés.
ResponderEliminarDepende de qué épocas hablemos, supongo, ¿no? Me sorprende tu opinión. Yo no la veo como recopilación simplemente, pero cada cual lo verá subjetivamente como quiera. Tampoco el pasado y su interpretación depende de la visión personal.
EliminarReinventar, falsificar, tergiversas, ocultar... técnicas que vienen usándose desde antiguo. Ya los romanos presentaban a sus enemigos o a sus rivales políticos como bestias sedientas de sangre. Stalin eliminó del recuerdo borrando sus imágenes a personajes que habían hecho con él la revolución como Trotski o Nikolai Yezhov. Bo Gu, líder del Partido comunista chino dejó de salir en la foto junto a Mao. Goebbels fue un maestro en el arte del engaño y de la falsedad. Los ultramontanos y nacionalistas de todo tipo y condición de hoy en día magnifican unos hechos y ocultan otros. La leyenda y la mentira son primas hermanas.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues sí, así fue. Precisamente una buena interpretación actual del pasado tiene que ver con aclarar todos esos procesos de borrado, relativamente conseguidos. La diferencia entre leyenda y mentira es que la primera puede aportar algunas pistas sobre pasados muy lejanos. La mentira nunca aporta nada, salvo beneficios a corto plazo y muy mezquinos para los que la difunden.
EliminarA la historia no es menester borrarla, nosotros nos encargamos de su olvido.
ResponderEliminarSalut
Y yo haciendo el tonto toda mi vida por intentar a mi modo y manera, es decir, para mi satisfacción personal, tener alguna idea clara, ergo no olvidar.
EliminarY entonces vino un virus nuevo y se hizo el silencio eterno.
ResponderEliminarSaludos.
De vez en cuando surgen procesos virulentos -no de los virus biológicos- que se cargan a millones de seres humanos con el uso de las herramientas del poder. El siglo XX es ejemplar al respecto. Luego, tras sangre y fuego, dolor y hambre, etc. viene una cuarentena que poco a poco parecer remitir otra vez al olvido. Y nuevos virulentos crecen como setas. Vaya esperanza la nuestra.
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ResponderEliminarNo pareciera posible, a estas alturas, que ningún viento huracanado, pudiese borrar la historia. Pero sí manipularla, torcerla o adaptarla a determinados intereses y poderes perversos... Y eso sí, casi seguro que existe por desgracia.
Muy ciertas y razonables tus conclusiones; siempre, muy placentero y positivo pasar por aquí. De verdad, un regalo.
Ya había pasado por el blog de Chitón. Superinteresante también.
Volveré a leerlo.
Saludoantivirus, Fackel
Borrados parciales ha habido en mucha épocas. Han durado un tiempo, en ocasiones demasiado tiempo, para sostener en el poder a los que propagaban el borrado. La historia de la URSS es paradigmática en ese tema. Pero la última dictadura española hizo un borrado colosal. Todavía algunas generaciones no están informadas de ello.
EliminarEso de saludos antivirus me ha gustado. LO mismo digo. Y ojo, que es un virus dual: de influencia biológica y de incidencia catastrófica en la economía mundial.
Me centro en cuando dices cuando pase la oleada esta del coronavirus...
ResponderEliminarMe martillea en la mente la idea (y conste que no soy nada paranoico-conspiratorio) de que ocurriría si en vez de un virus, fueran tres o cuatro de golpe, los que dieran el salto al uso de humanos como huéspedes. Que capacidad tendríamos ante ese reto? Y si eso ocurre en el centro de las consecuencias del deterioro climático? La suma de esos dos factores, en que resultaría?
Hemos visto como los EEUU cierran drásticamente fronteras y además acusan a los europeos. Cual sería el proximo paso, cuando el desespero multiplique por "x" los flujos migratorios? Disparos?
Quizás llegue un momento en que la historia sea como ciertos novelistas imaginaron: una crónica legendaria de que una vez hubo algo
Pues no puedo negar nada de lo que dices. Visto el panorama, las reacciones de muchos países -no solo los USA- y el estado de shock en el que podemos entrar más vale que no muten otros microorganismos. O simplemente los habituales que pueden tener celos de los nuevos y volverse más agresivos.
EliminarLa Historia ha sido durante siglos una crónica legendaria. Precisamente el desarrollo de ciencia y de nuevas técnicas para recabar documentación e interpretarla está proporcionándonos una lectura ya no legendaria. El caso más paradigmático es la Prehistoria, cuyos estudios van corriendo la catalogación de períodos, rituales, costumbres, medios, etc. de manera vertiginosa.
La incidencia del virus sobre la economía es para sacar conclusiones. No sé cómo acabará todo si no hay temple y control. No sé.
Buen soliloquio. Tot, comentario “sembrado”.
ResponderEliminarPues unos la olvidarán y a otros nos obsesiona conocerla, MJ. La ignorancia no es sino fuente de relaciones pervertidas,
EliminarLa historia puede ser benévola o no con un suceso, o, con el tiempo, difuminar su intensidad. Este virus, y los que vendrán, tienen las coordenadas de movilidad humana que antes no existían, por lo que debemos acostumbrarnos, me imagino. Si aprendemos a gestionar mejor estos eventos sanitarios, serán menos graves sus consecuencias, eso sí.
ResponderEliminarUn abrazo
De acuerdo. Pero aún añadiría algo: probablemente tengamos que cambiar usos, costumbres, medidas y conductas que tradicionalmente han sido muy a la ligera y poco higiénicas. Tiempo al tiempo. De momento cada cual debe tener actitud de pensar en los otros, simplemente porque revierte en uno, hay que decirlo así para que nadie vaya de egoísmo y despreocupado. Pienso. Buen hacer.
EliminarEso es muy cierto, por ello, en el mundo de la materia, que es el presente, aunque disguste absolutamente y duéla mucho. La ley que domina en el este planeta es la de la materialización de unas supuestas ideas, inicialmente inconsistentes. Lo expresa perfectamente el término castellano inserto en esa frase manida: “hay que con formar se”.
ResponderEliminarObsesionarse resulta muy poco saludable aunque muchas veces forme parte intrínseca de la naturaleza, salvo que disponga de cierta utilidad práctica y creativa, entonces dejaría de ser obsesión para convertirse en insistencia, la del forjador. La fragua de Vulcano , toda una imagen!
La fragua vulcánica (si se puede decir así) es una metáfora bestial. Es la capacidad hacedora de los hombres, aunque se use al personaje divino. Todo desde el principio de los tiempos es fragua, tanto natural como de acción humana transformadora. Y hay que reconducirla por el lado más constructivo. Espero que de esta crisis que no es solo vírica salga una profundización de los males económicos, la manipulación y especulación que hay detrás de las economías mundiales y los mercados, una revisión de los sistemas productivos y de consumo...¿O es pedir demasiado? Me entristece ver cómo hay políticos de poco pelo que estos días tratan de poner palos en las ruedas de los gestores elegidos, por ejemplo. En fin, expectantes estaremos no solo por el virus invisible sino por el virus de los depredadores del Dow Jones y otros.
EliminarSi, me temo que sea aspirar a demasiado, pero menos es nada. Además a los más avispados les debería servir de “ensayo” !
ResponderEliminarMadrid “se cierra” y se veía venir. Aflorará el “negro”? Debo ser muy cruel, pero me hace gracia ver cómo reacciona la sociedad por un modo de vida levemente semejante a la que llevo, en gloriosa soledad durante esta última década y que me ha hecho tomar conciencia del creciente deterioro de una materia que se cansa más de lo acostumbrado. Lo natural, vamos!
Auguro que este acontecimiento se aprovechará para humillar más aún a los más débiles y temerosos. Al tiempo. El poder nunca pierde y se sirve de cualquier subterfugio de las flaquezas humanas. Será porque se siente más fuerte? Así funciona la evolución, así, aprovechándose de la ley del más fuerte.
Me consuela pensar que el concepto de fuerza tiene muchísimas facetas, no necesariamente la económica!
Pero no puedes ni debes rendirte, aunque el hastío y el cansancio integral, no el circunstancial, acechen a nuestras edades cada vez más. Pues sí, soy un risueño si pienso que nos enseñará esta crisis a todos y en la misma dirección. Siempre los hay más listos y con parcelas y mecanismos de poder que barrerán para su jardín. El concepto de fuerza tiene muchos significados y facetas, no sé qué va primero. Pero la fuerza contundente, la que agrupa intereses más fuertes a costa de los más débiles siempre acaba imponiéndose. Pero algún cambio tendrá que haber, algo aprenderemos, algo corregiremos, algo nos hará mantener esperanzas...¿no?
EliminarMe parece muy sensata tu reflexión. Lástima que la sensatez no esté entre los valores de quienes nos cuentan las cosas, que prefieren ocultar las intenciones verdaderas detrás de lo que pasa o de cómo se gestiona lo que pasa.
ResponderEliminarEspero que esta locura alarmista pare pronto, se resuelva (o se transite mejor) la situación y que, como dices, al menos después se hagan los análisis pertinentes de manera honesta y crítica. Por esperar...
Besos
Yo espero que no nos toque el virus que ha desatado el alarmismo fundamentado. Que nos tocará, pero que pase sin marcas, y que tengamos presente que lo podemos portar -como tantos otros virus, bacterias, ácaros y equis diminutos personajes que llevamos con nosotros- y que debemos evitar el contagio. El por qué ha causado el problemón que ha causado, que no solo es epidemiológico se analizará, espero. Supongo que grandes poderes maniobrarán en aguas revueltas para aprovechar para sus fines de beneficio la situación -como han hecho siempre con las guerras- pero debemos saberlo antes o después. Y a mí nadie me quita de mi capacidad racional que la contaminación bestial de las ciudades es la que está causando grandes males, no solo los virus. Alís, hay que tomárselo con prudencia y raciocinio. Somos una especie frágil a la hora de la verdad, aunque tengamos capacidad de reacción, con todos los muertos de por medio, claro.
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