"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





domingo, 2 de febrero de 2020

Cuentos indómitos. La Muerte y el filósofo




Estaba el filósofo leyendo, en esa postura en que suelen ponerse los filósofos para leer, y se le acercó la Muerte por detrás, meticona como es ella en curiosear sobre los afanes de los hombres. Justo el filósofo se llegaba a la página donde Aquiles dice a Patroclo: "Patroclo, ¿por qué nosotros, los hombres, nos damos siempre ánimos diciendo: 'He visto cosas peores', cuando deberíamos decir: 'Lo peor está por venir. Llegará un día en que seamos cadáveres'?" (*) Hum, Aquiles, Patroclo..., me suenan. Ya sé lo que lee, saltó imprudente la Muerte. El filósofo que era un tipo con malas pulgas, por no decir maleducado, puso en orden a la Muerte: ¿Y a usted quién le ha dado vela en este entierro? La Muerte dio un respingo. Qué lenguaje tan fúnebre entre lo que viene en lo escrito y lo que dice el que lee, pensó. ¿Será de los míos? ¿Me alío con él? No merece la pena. Él está de paso y yo soy eterna.

Volvió a entrometerse. ¿Usted lee para pensar o piensa porque lee? El filósofo estuvo a punto de responder que él leía porque le daba la gana, pero sospechó, en su enviciamiento intelectual, que acaso se trataba de una pregunta filosófica, seguramente con un oscuro matiz a través del que la otra le pretendía pillar, fuera quien fuese esa persona que interrumpía su goce. Entonces empezó a explicar a la Muerte lo importante que era el lenguaje para el lógos y cómo el lógos permitía llegar lejos, tan lejos tan lejos que construía incluso nuevos lenguajes y nuevas formas de pensamiento. Mire, disculpe que le corte, dijo la Muerte, pero yo creo que todo es más sencillo y se concentra en dos figuras verbales nada retóricas: vivir y morir. Fíjese que he dicho vivir y morir, no he proporcionado la alternativa vivir o morir, porque no hay tal alternativa. Se vive y se muere a un tiempo, unas veces como presencia, otras como potencia. La Muerte se entusiasmó con la frase tan ingeniosa como categórica que le había salido, pero entonces temió haber caído en la trampa del enredo de los filósofos. En definitiva, apostilló, que son dos verbos que van cogidos de la mano.

El filósofo pensó que había conseguido llevar a su interlocutora a los vericuetos del raciocinio. ¿Ve? Usted misma bebe del discurso y del lenguaje correspondiente que lo acompaña. Antes me ha preguntado por lo leído y lo pensado, por lo que razonamos y lo que transmitimos. La Muerte, que es muy elemental, como suma negación de todo y para cada uno, insistió. Mire, vuelva a Aquiles y a su amante. Ellos sabían de qué va la vida y qué limitaciones caracterizan a esta a medida que se envejece. Por eso Aquiles y Patroclo, y muchos otros personajes legendarios, se permitían desbrozar el camino, con mayor o menor suerte, y andarlo entre las armas, los amores, los banquetes nocturnos y el temor a los dioses, eso sí, cada vez más con creciente angustia, Desde los héroes griegos hasta la actualidad ha llovido mucho, terció el filósofo. Nada es tan simple, y las creencias y las ideas se han enmarañado en un bucle sin fin. La Muerte, que no se arredra, porque tiene claro cuál es el verdadero acontecer de la vida replica. Pero aquellos héroes siguen existiendo hoy día no tanto como héroes sino como humanos, y mantienen buen aparte de vicios y defectos, de valores y virtudes que caracterizaba a los antiguos. Del mismo modo que de los dioses solo queda el recuerdo y muy loco hay que estar para seguir reclamando su mediación. Y al final, después de tantos siglos de culturas y cambios, dígame, ¿qué sigue habiendo nítido e irreversible, constante e inmutable?

El hombre que pensaba, o creía que pensaba, o decía que pensaba se removió en su asiento al ver por dónde iba su improvisada dialogante. La atacó en firme: Usted, ¿está influida por el existencialismo o aún colea en el materialismo del siglo XIX? ¿O acaso le vuelven a perseguir los presocráticos? ¿O no ha acabado de digerir el neoplatonismo? ¿O le parece suficiente el método cartesiano? ¿O más bien...? La Muerte, que nunca ha sido una pensadora disciplinada y menos una maestra analítica, y desconfía además de todos los ismos que en la Historia han sido, le interrumpió. ¿Sabe? No concibo otra idea más adecuada y conveniente que la del vitalismo, y dijo esta palabra a regañadientes. Hay que tener una buena plenitud vital para cualquier comportamiento, aunque haya errores o carencias. Porque de aquellos uno se recupera y de las otras antes o después uno se resarce. Entonces la Muerte, consciente de que había caído en una contradicción, acaso filosófica, dudó. ¿Como puedo yo estar recomendando la vida? ¿Seré torpe?, se molestó consigo misma. Quiso enmendarlo y añadió: Y si hay algo decisivo y fundamental para hacer útil a la vitalidad, es comprender el acontecimiento de morir. ¿Usted, amigo filósofo, ha llegado a ello? Y la Fisgona se dio la vuelta dejando al hombre elucubrando sobre lo evidente y sobre lo incierto.

  


(*) El párrafo entrecomillado pertenece a "Diálogos con Leucó", de Cesare Pavese.



(Ilustración de William Blake)

22 comentarios:

  1. Un filósofo es alguien que podría estar listo para afrontar a la muerte, si que esta no llega antes de concretar un pensamiento lúcido, o de dar a conocer ese pensamiento lúcido. Y este pareció vencerla en el terreno del pensamiento.
    Tal vez este filósofo logrará el trascender, ser recordado como algunos de sus predecespres. Lo que puede ser molesto para la protagonista de estos relatos. No puede criticarlo como al rey cazador, de alguna historia anterior.
    Es curioso que piense que no existen en esos dioses. sobre los cuales ella no tendría poder.

    Saludos.

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    1. No estoy seguro de que un filósofo por el hecho de serlo esté más dispuesto a asimilar el fin. El filósofo del relato parece muy entregado al estudio o al menos alardea de ello, la cuestión es que la Muerte no cae en la trampa -casi, casi- y no se deja llevar por el terreno de los razonamientos que, al fin y al cabo, son intentonas de los vivos. Ella no los precisa.

      Respecto a los dioses...en el mundo del mito los dioses parecen estar a salvo, siempre que no acaben con ellos otros dioses. La Muerte siempre se impone a todos: a dioses -creaciones humanas al fin y al cabo-, a los héroes y a los humanos.

      Saludo, Demiurgo.

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  2. La muerte una vez más mantiene unos diálogos muy interesantes. Esta vez con el filósofo. La dialéctica entre la simplicidad de concebir la vida como vida/muerte simplemente y la complejidad de abarcar concepciones diversas mediante la filosofía se nos presenta clara y nítida.

    Lo curioso es que algo hay que hacer hasta que nos llegue la muerte y desde luego filosofar y leer a los grandes maestros de la filosofía es una buena manera de pasar tiempo de calidad.

    Este texto nos invita a pensar hondamente sobre nuestra condición de seres vivos. ¿Somos como los animales y lo nuestro es solo nacer, crecer, reproducirnos y morir o hay algo más? Hay algo más. Lo que nos hace humanos es: (el lenguaje, el arte, la filosofía, la técnica, la ciencia. En suma la capacidad de manejar símbolos, la creatividad y la comunicación.

    ¿Qué podemos hacer con nuestro tiempo hasta que nos llegue la muerte? Muchas cosas. Una de ellas filosofar. Aunque, por supuesto, no debemos olvidarnos de vivir el amor, el placer, la amistad y la solidaridad...

    Un abrazo de febrero

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    1. "Lo curioso es que algo hay que hacer hasta que nos llegue la muerte y desde luego filosofar y leer a los grandes maestros de la filosofía es una buena manera de pasar tiempo de calidad". Y tanto, diría yo. Aunque muchos, además de los compromisos que adquieren para demostrarse a sí mismos que siguen el orden social y pueden ser reconocidos como normales, se dediquen más a seguir el fútbol masa. Comparto contigo esa necesidad de seguir prospectando, y si algo me fastidia de hacerme mayor es que tengo más necesidad y conciencia de querer conocer y sin embargo voy contra el reloj. Necesitaría otra vida para cubrir muchas lecturas pendientes, entender algo de muchos pensamientos que nos han transmitido las culturas, saber de la forma de vida y de los aconteceres de la Historia, entender mejor la ciencia, etc. Por supuesto que nuestras exigencias como humanos son diferentes y más complicadas que las de otras especies. Lo interesante es ver y saber cómo con un trasfondo animal nítido que llevamos encima o dentro o lo que se quiera se han podido desarrollar partes de nuestro cerebro que nos han permitido a la especie todo lo que vemos y hacemos, que no hace falta nombrar aquí.

      Sí, el pensamiento debe estar más vivo incluso que las células que van envejeciendo nuestros tejidos. Y si la memoria tiene riesgo de que vaya fallando, al menos la capacidad de comprensión yo creo que crece, y ojalá otras propiedades bondadosas. No hay que olvidarse -yo creo que nadie olvida como simple olvido- de ejercitar otras propiedades tan exigentes como el pensamiento y que bien las citas. Nada de renunciar.

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  3. Quiero creer que lo peor no está por venir... aunque a veces dudo...

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    1. Suena a frase hecha, ya lo sé. Pero si nos ponemos a pensar...ya no hablo de cataclismos universales, no soy dado a ello, aunque la preocupación por una complicación del planeta nos haga pensar en que hoy hay más riesgos. Hablo simplemente de la evolución del propio cuerpo, el avance de los años, las probables disfunciones que nos acechen, el envejecimiento...todo ello no parece ser precisamente ya lo mejor, ¿no? Saludo, Neo.

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  4. El filósofo no está preparado para dar respuestas, el filósofo lo que sabe hacer son preguntas.
    La Muerte le pide lo primero, si las da, (las respuestas), seguro que por faltar meditación no serán las adecuadas.
    Para todo hace falta tiempo, incluso para morir.

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    1. Bueno, no sé si todos los filósofos saben plantear las preguntas. Gracias a la ciencia avanzada los planteamientos filosóficos, en parte han cambiado. Pero siempre habrá especulativos y sofistas, pero bienvenido todo lo que sirva para arrojar luz, cuestionar, revisar y acabar con ideas tenebrosas.

      Eso de tiempo para morir me suena a aquello del Eclesiastés de que hay tiempo para todo. Se ve que ya en civilizaciones mesopotámicas fueron pensando en la vida y en la muerte.

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  5. Ser el doble de otro ante la muerte, yo creo que no sirve, por mucho que el futuro difunto sea filósofo o vendedor de enciclopedias. Muy bien llevado. Como tantas otras veces, me quedo pensando, sin postura de filósofo, en la cantidad de reflexiones que a través de la Muerte.

    Es verdad que muerte y vida es lo que es. No existe muerte o vida. Muy sesudo e interesante. Un abrazo

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    1. Bueno, la imaginación ayuda, o complica. Pero nunca desestima la posibilidad real e incluso inesperada de nuestra desaparición total y definitiva. Lo cual no quiere decir que haya que estar pendiente de ello. Puesto que tiene que pasar, mejor olvidarse, decía Balzac. Y por dar vueltas al tema tampoco pasa nada, por eso no se la llama.

      No quiero incidir en ello, es mejor que los personajes de estos cuentos hablen por sí mismos. Gracias, Albada.

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  6. "Hemos visto cosas peores" es verificable.

    "Lo peor está por venir" es una presunción

    Seré sincero: hay que aprender del pasado y vivir el presente.

    Si además hay que pensar en el futuro, la carga es excesiva...

    Saludos

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    1. Naturalmente que la carga es excesiva. De hecho vivimos en una cultura que nos organiza, planifica, nos obliga a compromisos, a preparar hechos concretos de futuro, debemos responder a esas demandas...es oneroso, y no hay edad en que no lo sea. Si quieres, en la infancia había cierta relajación, pero también nos exigían cumplir. De adultos, porque hay que trabajar, contraer compromisos de orden social, adquirir bienes, etc. nos cargamos de peso. Cuando la gente se jubila parece aligerarse pero puede seguir teniendo problemas de familia o simplemente de la degeneración corporal, cuando no de recursos limitados. ¿Cuándo estamos ligeros como el aire? Siempre hay márgenes, sin duda.

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  7. ¿Reflexionar sobre la vida es vivir? Me quedo con esta pregunta, después de sonreír imaginando a la muerte recomendando la vida. Que tampoco es tan ilógico, si es la vida lo que le da razón de ser a su existencia.

    No dejas de sorprenderme.

    Besos

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    1. Estamos dentro de un circuito. No solo de lo real tangible, digamos, sino de lo imaginario, que ¿acaso en su órbita no es tocable también?

      Buen día y siempre búsqueda de la vitalidad, Alís.

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  8. Ya dije una vez que esta señora me parece una fracasada 😁 Y además si yo la tuviera en nómina, debería tener unas palabras con ella. Que desastre por Dios! No hace su trabajo; no mata a nadie de los que visita. Se pasa la jornada laboral de cháchara. Esto no puede ser!
    Y para rematar, ya estoy viendo que se da mucha importancia cuando no es más que el punto que sigue a la ultima palabra del relato.
    Un desastre de mujer !

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    1. Un desastre total, menos mal que no tiene a nadie por encima porque si no le caería una buena. Pues eso, dejemos que por una vez sea una fracasada, una perdedora, una chapucera, o...¿o tal vez acabará de conversa?

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  9. ...Me parece genial el final de este Indómito. Ese último argumento de la Prota. Si no conociéramos, si no supiéramos la Muerte, no sentiríamos la Vida, no la sabríamos, no la viviríamos... E imagino, elucubrando al filósofo...

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    1. Es un tema del que podemos llegar a comprender la teoría, pero nos cuesta aceptar la práctica. Nos cautiva tanto vivir -y aquí hago hincapié en al menos los de nuestro tipo de sociedad, porque no es cautivadora la existencia al cien por cien para todo el planeta, aunque sea la tendencia biológica y cultural que arrastra a todos- que, sueño o no, aceptar el desapego al vivir es un dolor por sí mismo. Gracias, Soco, que cada cual recapacite sobre el asunto.

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  10. Fáckel:
    vivir y morir, pero no a la inversa.
    Salu2.

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    1. Malo el que muera primero antes o sin tiempo a haber vivido. Que los hay.

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  11. La postura del filósofo ya dice mucho de su sapiencia y habilidad dialéctica, no es lo mismo repantingarse en un sofá, mientras la muerte dobla el espinazo para recordarle cuál es su destino final, que sentarse con la espalda recta y la cabeza sostenida en la mano derecha, las piernas cruzadas ¡fuera despatarre! La muerte tiene una vida muy larga, eterna, cumple el ciclo de morir y morir y volver a morir sin perder su función vital de llevarnos cuando toca.
    No hay para mí nada más apasionante que descubrir lo que espera a nuestra consciencia cuando traspasemos la muerte física.
    Ningún miedo a la muerte.

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    1. A mí la postura del filósofo que más me gusta es la peripatética. Ni el de Rodin, que es sospechoso de pose, ni el de Blake que adjunto que en realidad no es filósofo sino más bien un predicador, jaj, bueno, tampoco, será un poeta. Los paseos son propicios para desarrollar el pensamiento. Y por las calles viene muy bien ir absorto en la mente revoltosa y laberíntica para evitar miradas a la gente o recibirlas de otros a los que no te apetece ver.

      A nuestra conciencia no la espera nada tras la muerte. La conciencia merma y se anula en cuanto no respiremos. Te adjunto precisamente un trozo de entrevista al sabio recién fallecido Georges Steiner, que viene hoy en El País:

      "P: ¿Piensa alguna vez en la muerte?

      R: Continuamente. Pero no solo ahora; también cuando era joven. Crecí a la sombra de la amenaza hitleriana y recuerdo perfectamente que los únicos supervivientes de mi clase del instituto fuimos un compañero y yo. Mi padre y la vida me prepararon para afrontar la pérdida y el peligro de la muerte. Ahora pienso que el encuentro con la muerte tal vez sea interesante; quizá se revele como una manera de entender mejor muchas cosas.

      P: ¿Cree que hay algo después de la muerte?

      R: No. Estoy convencido de que no habrá nada. Pero el momento del paso puede ser muy interesante. Encuentro infantil la reacción de quienes, después de haber pensado siempre en la nada, en la fase final de su vida cambian y se imaginan un mundo ultraterrenal. Pienso que no tener miedo es una cuestión de dignidad; no se debe perder el respeto a la razón, hay que llamar las cosas claramente por su nombre. Es verdad que se puede cambiar de manera de pensar. He tenido la fortuna de vivir siempre en contacto con grandes científicos y sé que cada día se aprenden cosas nuevas y se corrigen otras. En la ciencia, esto es normal. Ahora bien, creer en una vida más allá es algo muy distinto. "

      Disfruta.

      Enlace

      https://elpais.com/cultura/2020/02/04/actualidad/1580845337_200341.html

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