¿O es al revés? Acaso es una danza -difícil imaginar a un guerrero en pelota librando una batalla verdadera- que representa el cuerpo a cuerpo. ¿Se quiere de verdad acabar con el contendiente? ¿O solamente proyectan sus ansias violentas y de sometimiento? Yo creo que esta imagen es más bien una exhibición. La de la competencia, no solo de una lid sino de unos cuerpos físicos. Si uno contempla de estos hombres fieros su armamento manual, los ademanes en cebarse en el enemigo caído, el tanteo erecto de unos contra otros, puede llegar a admitir que se trata de una guerra despiadada. Pero pasen y vean, dice Polliauolo, el autor del trabajo a buril. Observen la proporcionalidad de los cuerpos. Perciban la exaltación de la virilidad Escudriñen la abundancia y el detalle de la musculatura. Quédense con la dinámica del ejercicio. Admiren la gesticulación teatral de los rostros. Disfruten de la disposición casi aérea de los personajes. Por un momento uno tiene la impresión de que es una escena que permanece fijada. Como si la acción se hubiera quedado detenida. Como si pensasen los beligerantes: aún estamos a tiempo de evitar el mal. Yo te voy a clavar la daga, tú te resistes con la tuya. Tú vas a descargar el hachazo, pero te lo piensas o eliges enemigo. Yo preparo el dardo pero busco el espacio libre que permita que su vuelo acierte. Tú contienes la descarga de mi brazo mientras buscas atravesarme con tu espada. Ambos nos acorralamos con la mirada pero alzamos la cimitarra, vinculados a la misma cadena. La del horror. ¿No es sino una puesta en escena? La desnudez ya es un arma sin duda porque, aunque no estuvieran pertrechados de las defensas de metal, ¿no intentarían derribarse unos a otros, cortar la yugular a dentelladas, comprimir con sus brazos la garganta, aplastar el sexo del enemigo a patada limpia, golpear la profundidad de los torsos hasta privarlos de oxígeno? Es lo que la escenificación quiere decir, pero no lo que hace. Esto no es un combate. Aquí se caricaturiza un combate. Público, aplauda a los actores.
(La batalla de los hombres desnudos, de Antonio Pollaiuolo, trabajo a buril, 1460-1475, en el Museo Británico. Formó parte de la inmensa y rica colección de Hernando Colón, humanista y coleccionista español del siglo XVI.)
Qué bonita imagen! Una danza, siempre, la danza de la vida tanto para epicúreos como estoicos, solo para quienes posean la capacidad de admirar de forma dominante las estructuras bellas de la vida aunque esta se presente de forma contradictoria. Ello no significa ignorar la contrapartida de dicha belleza sino disponer de la capacidad de transformarla a gusto del consumidor, aunque resulte laborioso y hasta parezca imposible.
ResponderEliminarLas danzas de la vida -la del amor, la de la muerte, la de la belleza, la del terror- para cualquier visión o actitud o idea o camino que se tome. Fíjate que los artistas han convertido en belleza incluso los episodios más desastrosos o terribles. ¿Contradicción o condición dual humana?
EliminarLa obra es digna de admiración, desde luego. Da para un buen rato y mucho más el original, me imagino. Me encantaría verlo. Cierto todo lo que dices, más danza que batalla real, más estética que práctica pero bello al fin y al cabo. Según te estaba leyendo me ha venido a la mente la escena de matrix con la acción detenida y la bala suspendida en el espacio...
ResponderEliminarUn abrazo!
Pues ya ves, Sandra, que acaso esa idea del Matrix sin Matrix cinco siglos atrás ya la tenía el pintor. Oh, si los conflictos de verdad no dieran el paso y fueran solo danza simbólica...Pero no.
EliminarTodo lo importante tiene su gesticulación, su escenografía, su danza, su decorado, su ritual... También la muerte. Teatro y muerte están muy a menudo relacionados. También algunos espectáculos, donde la muerte es la protagonista. Pienso en la arena de los anfiteatros romanos, también en la llamada "fiesta" de los toros.
ResponderEliminarUn saludo.
En efecto, hay un mundo simbólico paralelo a los hechos de los hombres. No solo para la guerra o la muerte, sino para otros ejercicios más pacíficos: la fertilidad, el amor, el trabajo, el tiempo...
EliminarEs como un contrasentido, el perfecto detalle a los detalles, la musculatura, la expresión, la posición, cada línea en movimiento, como si hubiesen flotado y quedado suspendidos en el tiempo, es tan hermoso, pero a su vez representan una lucha que horroriza.
ResponderEliminarCada vez que veo algo así, me recuerdo esas obras teatrales estilizadas de rituales ancestrales.
😗
La primera visión de la imagen nos causa temor, horror, representación del enfrentamiento desmesurado, además. Imagina que la lucha fuera entre guerreros desnudos, algo improbable salvo en plan juego. Tal vez la impresión de la imagen llegue más por esa desnudez -todos tan armados pero todos tan desasistidos- pero al analizar cada elemento rebajamos el tono. Solo es simbolismos, nos decimos. ¿Solo?
EliminarEn tribus africanas siempre se han representado danzas simbólicas análogas, cumplen su papel ritual. ¿Y el haka que se baila -sin armas pero con rostros y gestos fieros- al principio e los partidos internacionales de rugby? Gracias, Adel, por comentar.
Tiene su personalidad, que duda cabe. Se fija uno en lo secundario y no en el tema principal, que es la batalla.
ResponderEliminarSalut
Los artistas siempre nos llevan al huerto con su manera de representar lo que quieren. Tal vez lo secundario sea lo principal y ellos lo saben.
EliminarEl combate no es sino una danza inútil cuyo objetivo es el dejar unos cuerpos descubiertos de todo. Y todo es todo. ¿Qué importancia tiene el ser humano en la batalla, qué importa sus ropas, su pensar, su movimiento? El fin es destruir. Y, una vez perdida la batalla, ¿qué importa de qué manera se halle el cuerpo, desnudo o vestido?
ResponderEliminarSaludos.
El combate siempre es útil para unos intereses. Ciertamente a veces pierden los dos contendientes. De alguna manera uno de ellos tiene siempre más bajas que otro. Los combates son actos de la representación teatral -pero real y cruel- que es una guerra. Las guerras convierten en rehenes a todos los humanos involucrados: los desnudan, sean del oficio de armas o civiles. Mira los millones de desplazados solo con lo puesto en la actual guerra de Siria. Es una forma de desnudez.
EliminarTan importante como el ataque, lo era la defensa. Al menos es lo que lei por ahí, en un museo en donde se desmentía, por ejemplo que los antiguos escoceses acostumbraban pelear en falditas, como se ve en Corazón Valiente (la película). Al contrario, el cuerpo no se llevaba tan expuesto en la batalla, sino que se protegían con escudos y armaduras, por lo que iban sumamente pesados, o sea, tenían contundencia, no flexibilidad.
ResponderEliminarPor eso la imagen de Pollaiuolo es más bella, porque no es al pie de la letra de la realidad. Los personajes actúan, no luchan. Tema aparte, pensemos que es una obra del XVI que siguiendo cánones ad hoc persigue la exhibición corporal masculina ante todo. La manera de representar la musculatura o la línea de vértebras o las clavículas es de un gran dibujante.
EliminarSi este grabado es un descubrimiento para mí también lo es otro descubrimiento: el de Hernando Colón, hijo natural de Cristóbal Colón, verdadero intelectual de su tiempo, comprador de láminas y de libros de toda clase por los países europeos, se los traía a España porque tenía la idea de crear una Biblioteca Universal, como los antiguos, es decir, una concentración de saberes apiñados en la colección de libros, que era el soporte de transmisión de conocimiento moderno de su tiempo. Los ciudadanos de a pie sabemos muy poco de él. Pero cuando descubres la verdad oculta de la Historia es fascinante.
La danza de la vida con final incierto, cierto es que todo artista que se precie siempre nos muestra lo que quiere que veamos, otra cosa diferente es lo que el resto seamos capaces de ver.
ResponderEliminarAbrazote utópico, Irma.-
Por supuesto. No siempre sabemos ni mirar ni ver en la dirección adecuada. Pero que un objeto determinado reclame nuestra mirada -es el caso de ese grabado que me ha sugerido- y nos lleve a extraer conclusiones -algunas imaginarias- creo que es un regalo.
EliminarUn abrazo sin utopía.
Maravillosa obra y reflexión. El arte del baile tiene tanto d ejercicio y entrenamiento como el de la lucha. La Capoeira sigue teniendo esa plasticidad de la lucha con el ritmo y la musculación de los mejores soldados y atletas.
ResponderEliminarUn abrazo
Imagino que como el baile que tú indicas hay muchos por todo el planeta. Incluso algunos absorbidos en la tradición española probablemente tengan orígenes simbólicos aunque luego se los haya adaptado para los rituales de los últimos dos siglos. Pienso en la ezpatadantza de los vascos, leo en Wiki: "Las danzas de espadas, que tienen un paralelismo evidente con las europeas del mismo tipo. Su realización, siempre ligada a la conmemoración o a rendición de honores, está ligada a la danza ritual donde el pueblo apoya con respeto a cada colectivo de danzantes". Todo es ya muy antiguo y además va ligado con la música. Fíjate que desde la Antigüedad las batallas eran acompañadas por músicos que generaban o reproducían himnos propios de la circunstancia. Salud de lunes.
EliminarPollaiolo es anterior a Miguel Angel y tenía un taller en el que aprendieron grandes artistas. Supongo que algo del espíritu de esa obra fue recuperado por Miguel Angel para ese proyecto inacabado para el Palacio Vecchio reflejando La Batalla de Cascina y que tuvo como contrincante al mismo Leonardo.
ResponderEliminarSaludos
Pues podría ser, no estoy enterado, pero hay que pensar que unas obras influían en otras o se tomaban como referencia. Una constante histórica. Me has sugerido sin querer ir a comprobar lo de la Batalla de Cascina. Gracias, Dr. Krapp.
EliminarSi, parece más bien una danza, y no una danza de muerte, sinó una escenificación de la lucha, excesivamente estética tratándose de la lucha.
ResponderEliminarLas danzas de lucha son solo simbólicas si no hay batalla de verdad. Son ritual protector cuando se preparan para el combate real. Y todo combate tiene como precio la muerte, antes o después. Evidentemente la estética manierista ya está en ese grabado, aunque hay otros grabados u otras pinturas posteriores mucho más a la "maniera" italiana de aquellos artistas que teatralizaban mucho más esa clase de episodios.
EliminarNo te fíes: hay combates a muerte que se disfrazan de baile inocente.
ResponderEliminarPor supuesto. En los bélicos cada vez menos. En los combates entre personas, ay, es otra cosa.
Eliminar¡Qué bien describes lo que has pareciado en el grabado! Supongo que en él se aprecian todas esas cosas que dices... a mi me gusta el grabado, pero soy un negado para descubrir por mí mismo todos esos detalles que apuntas en tu texto...
ResponderEliminarNo sé si la lucha de los hombres es por la supervivencia o por la preponderancia... pero llevamos toda la vida luchando los unos contra los otros haciendo que "esa danza bélica" sume tragedia tras tragedia... drama tras drama... muertos y más muertos... y total ¿para qué? Tal vez para perder el tiempo y para perdernos en el camino... no lo sé... cuanto más hurgo en la condición humana más confundido me hallo...
Abrazo
No creo que seas ningún negado. Todos tenemos capacidad de observadores. Y lo saben muy bien los que trabajan la expresión: los pintores o escultores, los arquitectos, los escritores, los fotógrafos...Pues las obras que hay no solo expresan lo que haya querido el artista, sino que sugieren. En ese sentido las obras nos involucran, nos convierten en cómplices, se proyectan con nuestra mirada, es decir, nuestra interpretación, incluso imaginaria. Las obras nos pueden reenviar al mundo onírico, incluso. Seguro que a ti también.
EliminarSupervivencia y preponderancia suelen ir unidos en la historia humana, aunque también supervivencia y colaboración. Es que todo es dinámico, y depende de multitud de circunstancias y posibilidades materiales que los hombres otorguen, otorguemos, prioridad a unas u otras. Piensa en la dualidad: para que unos sobrevivan y tiren para adelante es probable que haya tenido que sufrir o desaparecer otros. Son leyes instintivas, que a la cultura avanzada actual repugna, que acaso algún día son corregidas del todo -parcialmente se han logrado avances notables en las relaciones humanas de convivencia, yo creo- pero mientras en esas estamos, en lo que dices: drama tras drama, aunque de manera desigual para zonas del planeta. Yo también tengo severas dudas de muchas cosas relacionadas con la especie, pero mientras cada uno de nosotros debe vivir. Gracias por comunicar tus impresiones.