"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





jueves, 19 de septiembre de 2019

Naida. La blanca vecindad.




Naida me cuenta. Ayer me encontré con Emina. ¿La recuerdas? La conociste en una ocasión, en aquella exposición del pintor loco. Su estado de ánimo ha mejorado de manera muy visible. Debe ser porque ha ahuyentado en gran parte sus obsesiones. Desde que decidió, sin saber por qué, ponerse a escribir se ha ayudado mucho. Me preguntó por ti. Tengo aquí varios poemas que quiere publicar. Le apetece que los revise. Mira, lee el que titula La blanca vecindad.


Cuesta arriba, cuesta abajo
solo veo una ciudad silenciosa y blanca.

Las figuras poligonales como ríos de memoria
crecen y se incrustan entre los vivos que no olvidan
aún atónitos pero no incrédulos de cuanto aconteció.

Los otros nos miran desde el reino de la roca virgen
allá en lo más hondo de la tierra
donde se agitan por nosotros
advirtiendo que el horror nunca descansa
y no respeta a las familias, ni siquiera a las que dijeron
que ellas no se  habían metido nunca en nada.

No aconsejan. Gritan que nos prevengamos contra la infamia.

Los ausentes no envejecerán nunca
y el conglomerado mineral del que forman parte
abajo y arriba
seguirá abriendo su cuna universal
para que nazcamos de nuevo.

Contemplo cada día la blanca vecindad,
invoco muchos nombres conocidos,
y otros de los que nunca supe se presentan ante mí
y se mencionan en una secuencia de tonos alternos:
Harun, Adnan, Izet, Marija, Imram, Ado...
Yo imagino en cada uno su sonrisa, no la última
sino la que les llenó de vida.

Los nombres se repiten, los silencios se multiplican,
la sangre fue absorbida  por los cerebros de las nuevas generaciones.
Las voces ocultas toman mi voz y a través de ella
me piden que las proteja del anonimato.

Las laderas ofrecen las huellas del lamento.
En las calles el asfalto no puede tapar las pisadas antiguas.
Aún hay fachadas en que los agujeros de lo innombrable
se oxidan lentamente. Sin cerrarse. ¿Se cegarán alguna vez?

¿Seguirán nuestras plazas mecidas para siempre por las palomas
sin que el retorno de la ferocidad las ahuyente?
¿Acompañarán las cornejas el sosiego de nuestros quehaceres cotidianos?
¿Llegará un día en que los viajeros que nos visiten
proclamarán con su presencia que aquella fue la última vez
y que ya no habrá un nuevo desamor que nos divida?


Verdaderamente, es una manera muy sabia de conjurar sus fantasmas, digo a Naida. Y de rescatar a la ciudad con una intensidad afectiva. Muy emotiva, para qué negarlo. Si quieres puedes decírselo tú mismo, lo agradecerá viniendo de un extranjero, responde Naida. Y añade: las personas que narran lo vivido y a la vez imploran, incluso imaginan, con sus cantos otra vida ¿no se merecen que se rompa la antigua y cruel dialéctica de las aproximaciones y los rechazos entre los hombres? 



(Fotografía de Inés González)

16 comentarios:

  1. Te ha salido un amable texto!
    La blanca vecindad de la imagen hunde sus raíces en el más oscuro aspecto de la naturaleza humana. Vi esa imagen en un reportaje de David Eagleman sobre el funcionamiento del cerebro humano. Se puede encontrar en YouTube. Terriblemente contradictoria la condición humana, pero bueno, si estamos aquí como consecuencia de numerosisimas colisiones y violencia de materia interestelar , extrapolando ....a qué podemos aspirar. “Demasiao” que lo sepamos!
    Claro parece que mi mente salió demasiado extrapoladora y viajera y solo se consuela con abstracciones; afortunadamente para mi, aunque mi persona forme parte de cualquier falacia humana. También comprendo y comparto la sensación de impotencia de tantas tesituras concretas pero el sufrimiento concreto, a la postre inútil, no ayuda precisamente a sobrevivir.

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    1. Ese texto es de Emina, una amiga de Naida. A mí me hace pensar mucho esa vecindad blanca que cunde en Sarajevo. No está cercada, ni marginada, ni alejada. Se encuentra pues eso, como vecindad que es, al alcance de todas las vistas, de todos los olvidos y de todas las memorias. Sí, estamos aquí debido a múltiples y antiguas colisiones. Algunos estamos incluso por alguna muy próxima y cruel que no se debe repetir jamás en nuestro país.

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  2. "¿Seguirán nuestras plazas mecidas para siempre por las palomas
    sin que el retorno de la ferocidad las ahuyente?"
    Ese es el quid de la cuestión. Por desgracia, somos el animal que tropieza dos veces en la misma piedras. Y no aprende de sus errores pasados. Tengo poca fe en el colectivo humano. Solo creo que en personas particulares muy escogidas. Lo malo es que son los colectivos los que se dejan arrastrar por distintos cantos de sirena. Y la masa es terrible.
    Un saludo, Fackel.

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    1. No tienes más que ver nuestra propia historia. NO puedo objetar lo que dices, lo comparto, aunque acaso deberíamos matizar nuestra visión, pero en efecto, no es para tener fe, al menos hoy por hoy. Los colectivos se dejan arrastrar y los mediocres que triunfan en un momento dado arrastran al colectivo. Saludo.

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  3. Dile a Naida que la respuesta a los interrogantes que plantea en la última estrofa serán positivos y colmarán sus anhelos. Se lo merece.

    Saludos

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    1. Ojalá. Pero persiste la dinámica tradicional, la división de Bosnia es una herida cerrada malamente, que dicen los catalanes. A veces, no hace mucho, a algún exaltado aún armado y ebrio le daba por darle al gatillo de su kalasnikov por las noches.

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  4. Quiero hacer referencia al poema que vertebra el texto. Me ha gustado mucho, como poema -lenguaje, imágenes, ritmo- y como conjunto de reflexiones sobre una realidad y un pasado dramáticos. Presupongo que el poema es tuyo. Me ha sorprendido gratamente por su calidad y su fluencia rítmica. Es algo muy pensado y construido con suma habilidad lingüística.

    Cada vez voy penetrando más en tu blog que no deja de sorprenderme, especialmente en la figura de Naida y su país, cuya tragedia reciente parece totalmente olvidada, pero que está ahí sangrando, la tierra de la antigua Yugoslavia se tiñó de horror. Y uno tantas veces se ha preguntado cómo no fue posible la convivencia multicultural en en corazón de Europa. Y la respuesta siempre es la misma: el nacionalismo, el verdadero cáncer de Europa.

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    1. El criminal Radovan Karadzic, presidente de la República Sprska desde 1992 a 1996, nacionalista serbio exacerbado, instigador de la guerra a los bosnios y responsable junto con su general Mladic de las atrocidades, dijo en una ocasión a Limonov, ese escritor y aventurero ruso, cuando situó sus posiciones del cerco de Sarajevo que aquellas tierras eran suyas, que habían sido ocupadas por los turcos cuyos descendientes eran los musulmanes. Textualmente: "Los serbios que no se convirtieron al Islam se refugiaron en las montañas, son los serbios auténticos, pues se negaron a apostatar de su religión". ¿Cómo lo llamas a esta flagrante y repugnante opinión? El psiquiatra Karadzic, devenido en genocida, mantuvo el cerco de la ciudad durante 1.336 días, se dice pronto.

      La atrocidad de Bosnia fue una ignominia, tanto para los serbios y serbobosnios como para la UE, que poco hizo por evitar la masacre. Hace tan solo dos décadas. Te dejo una cita para meditar:

      Ödon von Horváth: "No tengo un país natal y no me duele...El concepto de patria, falsificado por el nacionalismo, me resulta ajeno...Mi país es el espíritu"

      Gracias por la lectura y la interpretación que anima.

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  5. Ostras! qué magnificas las palabras de Odín von Horvath que citas.....,,lo peor que malo es que ese espíritu resida en el corazón de la materia y esta última imponga sus reglas y el nivelito de la actual evolución mayoritaria se me antoja insuficiente, según mis últimas investigaciones/cotilleos. Parece ser que la partida se juega en la presente y pesada realidad aparente! A mis cortas luces solo se les ocurre dormir lo más y mejor posible. Menos mal que no pasan de luces de cruce. Acaso una forma de consolación infantil!

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    1. Las encontré como cita en un libro y también me gustaron. A los que tenemos un país natal y no se acoge a nuestras perspectivas (o anhelos de que fuera otra cosa, de que hubiera evolucionado más y mejor en ciertos sentidos) nos duele más. Pero los nacionalismos, que siempre lo son a ultranza, no nos garantizan lo que más necesitamos: convivencia, tolerancia, progresar equitativamente...¿serán entelequias? Y sin embargo se empeñan en trocear más las posibilidades de la armonía.Duerme, duerme, ya veo que no necesitas te cante una nana, pero no olvides que aunque la vida es sueño hay que soportarla ¡despiertos! hora a hora y demás. Sobre consolaciones que cada cual baraje sus apetencias y mecanismos.

      De Horvat te recomiendo "Un hijo de nuestro tiempo" y "Juventud sin Dios". Recuerda que es un autor cuya obra tiene de fondo el nzismo y Alemania.

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  6. A veces, hoy leyendo a Naida,a Emina -a ti- siento ya la nostalgia del pasado, de lso que ya no están y del tiempo que es hoy y ya se ha hecho viejo un segundo después de se rconscientes, escribir en ese instante. Y así la especie humana necesitamos escribir, crear con el objetivo de apresar el Tiempo, aunque sabemos que es una argucia y que nada de lo que somos y nos caracteriza, si es que algo nos identifica, pervivirá más allá de la huella fósil que dejará este especie.

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    1. Por aquí andaba y encuentro casualmente tu repentino comentario. Pues a mí también me sucede, pero trato de comparar y de diferenciar. Es decir que lo nuestro es miel sobre hojuelas al lado de los padecimientos de los sarajevitas, por ejemplo, que fue hace cuatro días. Si nos estremecemos por las pérdidas, más o menos naturales o de procesos accidentales pero en la paz, imaginemos por un instante lo que tiene que ser que se te muera gente de continuo por causa de guerra, que se diezmen las familias, la población, que quiebre la sociedad...Sí, necesitamos escribir, narrar oral o literariamente, transmitir, o simplemente desahogarnos. Escribimos para aligerar pesos, para dinamizar la imaginación, para sentirnos parte de mundos más amplios, y en ese sentido las argucias bienvenidas sean. Ya no me preocupa nada sobre mi misión de hombre accidental en la vida sobre la Tierra, no necesito trascendencias ni cuentos fofos sobre el más allá o sobre qué sentido tiene estar aquí. Simplemente vivir, extraer conclusiones, entenderse lo más y mejor posible...¿no tiene suficiente alcance?

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  7. Me ha gustado leerte y leer el poema. Escribir es una forma de sacar lo que llevamos dentro, sea en prosa o en verso, ¿ qué más da?. Y si el lector se impacta con el poema y lo vive mientras lo lee- como es el caso- , mejor que mejor.

    Un beso en verso.

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    1. Escribir es...¡tantas cosas! Otra forma de respiración, acaso. Eva, hay que seguir libando de otros textos -no será porque no abunde la literatura, incluso la buena- para disfrutar y si ello sirve para ayudarnos a expresarnos, mejor que mejor también. Sigamos pues con las invenciones y ocurrencias, gracias.

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