Max siempre me hace descubrir algo nuevo. Menos mal que no vive bajo mi techo, de lo contrario yo no daría abasto para tanta eufórica recomendación. Ayer me vino con el libro de poemas Río hermoso, de un poeta turco al que no conocía, Ilhan Berk. La verdad es que nunca estaremos suficientemente agradecidos a la editorial Ediciones del Oriente y del Mediterráneo por la variada cantidad de autores que han traducido y publicado. Autores sauditas, sirios, libaneses, iraníes, griegos, afganos, iraquíes, kuwaitíes, turcos, egipcios, marroquíes...y también centroeuropeos, chinos y japoneses en menor medida. En fin, con desplegar el catálogo de su página nos hacemos una idea.
El libro de Berk se divide en dos partes. Río hermoso y La sangre del poeta. Mientras esta última parte se compone de reflexiones, aforismos y pensamientos voladores dotados de agudeza, que invitan a su vez a nuestra propia reflexión personal, Río hermoso es un poemario de amor. ¿Demostración de amor a una mujer concreta, a cualquier mujer que haya amado o a su fantasía por amar a una mujer? Hay hombres poetas que afirman y se ratifican en la devoción a una mujer determinada. Hay otros que nunca aclarán a quién tienen en la mente cuando escriben. Pero ¿acaso tiene eso alguna importancia? El amor, ya se sabe no se puede separar de la contemplación y el deseo, de la sensorialidad y de la estética, de la búsqueda y de la inaprensible satisfacción. El amor y la palabra van de la mano en un poeta. Trascienden los afectos y sentimientos para sacralizar la palabra adecuada, la que mejor interprete. Haya habido una o cien mujeres en la vida de Berk creo que el amor en su boca -en su mano, en su escritura, en su imaginación- es la palabra misma. ¿Qué sería del amor sin la palabra? ¿Qué sería de los amantes sin su capacidad de expresarse? El amor muere cuando muere la palabra, su disposición creativa, la proyección de las sensaciones, la lasitud de los descubrimientos.
Un poema de Río hermoso:
Hermoso
Hermoso,
tu cuerpo es mi exilio
(Aquella hierba grisácea, querido lino)
Allí el cielo, los soles, la historia
El tabaco de tu pelo y tu cuello
Allí el pálido atlas de tu boca
Toda la geografía.
Yo que soy un hundido, un perdido, un desecho
El olivo indigente de nuestro siglo
El recuerdo de un bosque,
en sus dientes de leche.
Ofrenda
Estés donde estés ese lugar me cuenta
Hermoso,
río profundo, sereno de tu cuerpo.
Leo por ahí que Ilhan Berk (Manisa. 1918-Bodrum, 2008) es una especie de poeta de ida y vuelta y de nuevas idas y venidas en la búsqueda de estilos. Europeizado por un tiempo, dio la espalda a la influencia cultural europea para trabajar la estética del otomano más clásico contra el que se había rebelado de joven. En su deambular por búsquedas diferentes llegó a practicar también, ya en edad avanzada, la poesía visual. Pero no sé casi nada de Ilhan Berk. Demasiado que Max me lo haya hecho conocer y me diga que además lo ha sacado en su blog. Siempre temo los hallazgos literarios, pero solo en el sentido técnico. Es decir que un libro y un autor bien hallado me van a llevar a conocer otras creaciones del mismo. Y el laberinto una vez más se abre, se extiende, me engulle. ¿No hay mejor tratamiento para la angustia y la incertidumbre que reconocerse en las palabras de los poetas y generar, si es posible, las propias? Al fin y al cabo, ante los temores pre apocalípticos, tal como se pregunta y se contesta Ilhan Berk así también pienso yo:
- ¡El derrumbamiento del sueño y de la imaginación!"
https://reptilector.blogspot.com/2019/09/el-poeta-turco-ilhan-berk-habla-del.html
Por lo que veo a Ilham Berk le iba el dibujo y la ilustración. El libro se acompaña con algunos de sus trabajos y se agradece.
Entrar en el mundo de un poeta me parece apasionante. Estos días leo aforismos y poemas de Wallace Stevens, uno de los grandes poetas norteamericanos del siglo XX. Me fascina entrar en su poética y concepción de la poesía, algo que la lectura de aforismos sobre el hecho de crear permite descubrir. Hoy nos traes a un poeta de una tradición totalmente diferente y lejana a nuestras influencias occidentales. El poema que recoges trata de cuerpo y sensualidad, algo que parece conflictivo en una tradición musulmana -o no, no lo sé-, y se abre a esa extrañamiento que es el amor. El poeta ante la amada se considera un desecho, se ve hundido, en la sima desde la que observa la luz de la mujer, esté donde esté. El poema se vertebra a partir de imágenes fragmentarias, algo que es muy occidental. Me ha llamado la atención la temprana occidentalización del poeta y su rechazo de su mundo otomano, para retornar a él en su madurez. Sin duda, leyó poesía de nuestro mundo, que luego aclimata en su vuelta a la tradición turca. Los autores limítrofes, pertenecientes a tradiciones ajenas a la occidental, suelen quedar deslumbrados por el arte perteneciente a esta, pero sienten al final que su propia tradición está provista de un sentimiento más generoso que la fría racionalización del oeste. En el arte, en la poesía, en la literatura en general somos fuente de inspiración, no así en nuestra concepción de la vida, de ahí la contradicción Ilham Berk.
ResponderEliminarTengo en gran aprecio los "Adagia" de Wallace Stevens que me regalaron hace unos años. En diversas ocasiones he puesto citas suyas:
Eliminarhttps://laantorchadekraus.blogspot.com/search?q=wallace+stevens
En efecto, hay publicados también en español poemas suyos.
A veces hay que citar, siquiera de pasada porque uno sabe poco, a poetas que nos descubren editoriales como la citada o amigos que nos quieren. Y transmitirlo a otros, sean o no acogidos. Hay tanto autor...y tanto pendiente de culturas y países que antes apenas nos llegaba porque no se traducía. Para mí ese poema tiene algo de oriental pero también algo europeo, las mezclas en el acervo cultural de un autor producen obras interesantes y diferentes.
Tu opinión sobre el autor me hace pensar pero no tengo más conocimientos al respecto. Si te soy sincero me han gustado tanto las meditaciones de la segunda parte -la cita del fin del mundo pertenece a ella, La sangre del poeta- como los poemas. Son expresiones diferentes y como tales nos pueden llegar más o menos y comprenderlos por lo tanto de diferente modo.
Celebremos siempre los hallazgos. Cuando leemos textos de zonas del mundo que nos parecen contrapuestas nos damos cuenta que no estamos tan alejados. Eso que llamamos la naturaleza humana no tiene fronteras. Buen domingo, Joselu.
No puedo decir nada porque confieso nada he leído de él.
ResponderEliminarPoeta que desde ahora me pongo a buscar. Empezaré por las biblios.
Gracias
salut
Yo digo lo justo y ya ves que no digo mucho, porque tampoco lo conocía. Simplemente que al caer en mis manos pues hay que hincarle el diente. Todo lo que es de regiones del mundo alejadas me atrae, aunque hay tantas convergencias...Si quieres buscar a poetas árabes lee a Adonis, es de los grandes y vivos.
EliminarBien por Max. Por supuesto que mi desconocimiento al respecto es absoluto aunque se me antoja que los viajes literarios alimentan mas ampliamente que los físicos.
EliminarAy ves, que no me sacudo el viejo fogón de encima!, ahora por mor de una alimentación sana y lo más natural posible. Una carcel que me deglute!
Son viajes diferentes pero con sus analogías. No tienen porque sustituirse el uno al otro. Naturalmente los literarios pueden suplir los físicos en cierto sentido. Del mismo modo que los físicos aportan y no aportan, según se realicen, porque muchas veces pregunto a los que los hacen: ¿os habéis enterado de algo? No te quepa duda, no obstante, que el viaje literario tiene dimensiones desconocidas y nada finitas, incluso.
EliminarCuidado con el fogón, nada de abrasarse.
Mientras la capacidad de sorprendernos siga intacta, seguimos vivos!
ResponderEliminarSiempre es bueno descubrir algo que nos toque alguna fibra que teníamos dormida, quizás, o no habíamos descubierto. Confieso que las ilustraciones que muestras no me gustan casi nada...
Hasta cada rato.
Bueno, procuro mirarlo desde más de un ángulo. La capacidad de sorprenderme de lo poco que sé, de lo limitado que he leído y de que voy contra reloj para leer lo que vaya cayendo, pero como bien dices entregado uno a la sorpresa, la curiosidad e incluso la perplejidad y si la vista no lo impide espero aún cubrir territorios de letras, digamos. De ahí que aun no sabiendo mucho de un autor y entregándome a cierta confianza en una editorial que nos va dando a conocer lo desconocido dedique tiempo a un autor antes recóndito. Hay muchos. Y mira que yo no digo en ningún momento si este es mejor o peor -¿qué es eso y quién soy yo para enjuiciar la calidad expresiva de otros?- sino que lo descubro, simplemente. Hay más esperando (esperándome) Siempre hay en alguno de ellos un matiz o un repertorio, según, que nos toca fibras, conocidas o no dentro de nosotros.
Eliminar¿Las ilustraciones? Como son obras de Berk y vienen además en el libro considero que amplían su visión poética. A mí sí me gustan. Soy una esponja en gustos, procuro permanecer receptivo y, una vez más, sorprenderme sea cual sea su estética.
Hasta en cualquier momento.
Un trayecto acompañada de Ilham no pinta nada mal, gracias por presentarlo, hay en sus ilustraciones expresionismo y en sus versos la mirada melancólica del viajero insatisfecho.
ResponderEliminar"Algunos poetas son poetas nocturnos.
EliminarSe leen de noche".
La cita es de Berk. No anda descaminado en su ironía, me recordaba a nuestro gran Ramón Gómez de la Serna, como una greguería.
Disfrútalo. Cuando el poeta dice que el cuerpo de la amada es su exilio, me hacer recordar esa canción de Sabina donde dice "y yo que no tuve más patria que un cuerpo de mujer". Víctor Manuel decía que la boca de su amada es "mi patria, mi bandera, mi segunda piel
ResponderEliminarel lugar donde quiero volver." No es mal sitio para anidar el cuerpo de la amada.
Un saludo, Fackel.
Me haces pensar en cómo unos textos nos conducen a otros. Creo que todos los poetas -los cantores, los narradores- son derviches giróvagos. Danzan sobre su mismo eje pero alcanzan a todas las culturas con sus vuelos. Saludo.
EliminarNo habiendo leído al autor, me quedo con tu reseña, sus dibujos y la pasión que te ha suscitado.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues bien, con eso basta, la entrada no empuja a nadie a leer. Es de esos libros que caen por casualidad y que probablemente luego olvidaré. O no, porque ya he visto que hay otro título de él publicado en España, algo así como Mar de Galilea se debe titular, si no me traiciona la efímera memoria administrativa (hay otras memorias) Buen hacer, Albada.
EliminarA veces el caudal de la poesía propia nos cierra los ojos a otras culturas. Cuando se rompen las barreras, qué descubrimientos. Hay siempre un riesgo: el deslumbramiento por lo ajeno nos impide ver, en ocasiones, las tradiciones propias. Ignoraba a este autor, al que pasaré a leer gracias a tu recomendación.
ResponderEliminarSolo una duda: ¿es traducción directa? Hubo un tiempo en el que se practicó demasiado la retraducción de poetas (novelistas, etc.) a partir del francés. Y una traducción siempre influye en el ritmo del poema, en la expresión de los conceptos.
Aún así, qué necesario es abrirse al mundo.
En efecto, rubrico lo que dices sobre la poesía de nuestra cultura y de las otras. Pero por la poesía merece la pena arriesgarse.
EliminarEn este libro -parece que es una práctica habitual de la editorial, la traducción directa- dice "Traducido del turco por Mukkader Yaycioglu y Clara Janés". Bueno, Janés aparece como traductora por doquier, ignoro los límites de su conocimiento, pero ya he observado que muchos de los libros de autores orientales hay traducción compartida, sin saber qué parte del trabajo y del mérito se lleva cada cual. Estoy de acuerdo contigo en que nos llegaron muchas traducciones a través del francés o del inglés y, por lo tanto, la alteración o la traición, tendría más escalones. Ya sabes, incluso las traducciones directas son recreaciones, pero habrá que creer en los ritmos y las entonaciones de estilo poéticas.