Abro la mano.
Avidez de silencio.
Honda la lluvia.
Comentario de texto:
La sequedad en superficie oculta liquidez. Los bosquimanos buscan bajo el terreno árido un fruto acuoso que rajan y aprietan hasta extraer su agua y deslizarla a la boca. El explorador no debe rendirse a la apariencia del paisaje. Su misión no es tanto llegar a una tierra prometida, más o menos fantaseada, como descubrir el bosque y el sotobosque, el suelo y el subsuelo, la montaña y el llano, los riscos y las cuevas, los cielos y el magma. Palpar lo superficial y lo oculto y medir la intensidad de lo que se mueve. Registrar las formas y observar los comportamientos. Disfrutar de la mirada propia y asombrarse ante la diversidad múltiple que le rodea. Estar receptivo, concentrarse en el escudriñamiento, sentir la corriente profunda de la tierra. El humano es parte, pero no todo. Si comprende su parte, si reconoce su delimitación, la búsqueda habrá merecido la pena. Con cada partícula de materia incesante se elabora lo que, no sé si presuntuosamente, él llama su conciencia. Y esta tampoco es estéril.
(Fotografía de Toni Catany)
Muy acertado ese haikú con la reflexión de los bosquimanos. Pueblo que según mires a uno de ellos ves a un oriental, a un africano y a un caucásico. Pueblo antiquísimo con esa sabiduría d no quedarse con lo somero, con la superficialidad de las cosas
ResponderEliminarBuena nota de texto de las cosas. Un abrazo y por rascar más allá de la piel
Acaso obedece a ese afán, más o menos logrado, de bucear en corrientes subterráneas o en áridos subsuelos que a uno le obsesiona. Si no, ¿qué otra cosa es la vida?
EliminarLas apariencias engañan.
ResponderEliminarSaludos, Fackel.
Casi siempre. Aunque si lo miras desde otro punto de vista las apariencias pueden decirnos verdades sobre un individuo o un grupo. Saludo, Cayetano.
EliminarAbundando en el comentario de Cayetano: todo lo estático engaña aunque no lo pretenda porque cuando la evolución interviene nada permanece igual, aunque lo parezca. Será un momento diferente al anterior y a cual más efímero.
ResponderEliminarCuan erradamente hemos sido mediatizados desde los diversos cauces sociales tan alejados de la esencia de la naturaleza! Acaso se trate del cauce inconsciente de la inteligencia artificial?
Con-ciencias de las que la verdadera ciencia se siele ausentar y han de consolarse solo CON... pero en realidad SIN.
Los cauces, me parece, se amplían profundizan y ensanchan debido a erosión y sedimentos. (tómese en sentido geográfico como figurado.) El) Soporte terrenal siempre último: el más lento de los elementos. Los bosquimanos puede que aún lo puedan sentir.
Los bosquimanos son muy listos. Las carencias premian los esfuerzos y desarrollan la observación y el ingenio. Además tienen una manera de cazar -para ellos la caza no es "deporte" sino necesidad y riesgo- muy sabia, derivado del conocimiento del comportamiento de los animales.
EliminarPor cierto, erosión y sedimentación son dos funciones geológicas interesantes y reveladoras. Su símil sirven también para el homo.
Texto y versos siempre seductores. Respondo a la avidez de silencio con otro haiku:
ResponderEliminarMe atiborro
del mundo insonoro
es dulce manjar.
Adriana.
Hábil usted, con los haikus. Pues sí, es manjar apetitoso el silencio. También escaso pero necesario. Desata los sentidos. El ruido los atiborra de lo superfluo.
EliminarSuelen no engañar, cuando observas con determinación y atiendes con fijación, sin llegar a más.
ResponderEliminarSaludos!!
La apariencia es máscara. Quien abusa de ella es conocido con facilidad pues deja al descubierto sus insuficiencias. Uno puede deducir, pero debe callar. ¡Saludos!
EliminarFackel...de la manera en que deslizas cada palabra y nos llevas al entendimiento es majestuoso.
ResponderEliminarMe gusta visitarte y leerte es todo un sueño,
Gracias :0)
Huy, no me saques los colores, que esto no es otra cosa que un ejercicio que se pretende ocurrente. Dejemos que las palabras se deslicen (lo hacen solas) Gracias.
EliminarEl rostro es el espejo del alma. Dicen. Con harta frecuencia también esconde tesoros ocultos...
ResponderEliminarSaludos
El rostro es un paisaje. Pero hay mucho más, de mayor entidad y riqueza, detrás. No en vanos somos hijos de la Tierra, y su deriva. Saludo, Luis Antonio.
EliminarSilencio y lluvia,la mano abierta para recibir lo nutritivo y salvífico.Quienes están conectados con la naturaleza saben de su poder por eso la respetan. Precioso haiku.
ResponderEliminarNo nos damos cuenta hasta qué punto estamos conectados con la naturaleza. A veces uno percibe hasta una cierta dosis animista en los fenómenos y comportamientos del cuerpo. Los materiales artificiales que forman parte de eso llamado bienes y propiedades de consumo nunca suplantan la materia viva que late en nosotros. Gracias, Marga.
EliminarEn ese proceso de constante observación y descubrimiento se cimienta la verdadera sabiduría. A veces lo olvidamos.
ResponderEliminarUn abrazo
Ojalá, Neo, pero bien sabes que los humanos tropezamos una y mil veces con la misma piedra. ¿O es con nuestros límites no bien medidos?
EliminarGracias, Neo.