Toda construcción de mano humana lleva implícito su propio derribo. ¿Qué permanece tras el derrumbe? ¿Qué sobrevive al abandono humano? Como mucho una materia anterior a ser alterada por la cultura, que a su vez crecerá generando desierto. Tal vez la flecha del Tiempo esté operando siempre en sentido inverso a nuestra pretendida obsesión por llegar más allá. Medimos equivocadamente nuestro destino, ignorantes de que el universo -tan desconocido- es el que impulsa también nuestras limitadas leyes.
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No solo la obra del hombre acaba derribándose, el derrumbe llega tarde o temprano. También en la naturaleza, hasta las geologías más compactas acaban disgregándose. Vemos cómo los granitos más duros acaban conviertiéndose en áridos muy útiles para la fabricación del hormigón y con esta argamasa continuar construyendo.
ResponderEliminarEs el eterno giro de la noria, el artefacto del paso del tiempo que las Horas (Eunomia, Dice y Eirene)accionan.
El hombre se empeña en dejar su huella perenne, en trascender con su cultura, pero, ¡ay amigo!, el tiempo es implacable y sabiéndolo, Horacio en su Oda XXX nos decía:
He construido una obra más perenne que el bronce,
más alta que el túmulo real de las pirámides;
no podrán destruirla ni la voraz tormenta
ni el fuerte Aquilón, ni la innumerable serie
de los años con que se escapa el tiempo.
etc.
Horacio tenía la "virtú" y la vitalidad de los clásicos esperanzados.
Un abrazo.
Francesc Cornadó
El engreimiento humano es tan frágil como el engrudo, o más. Las grandes obras palidecen ante el deterioro implícito que todas llevan consigo. Las mediocres obras -moralina, política, negocios- se nutren de su íntima debilidad. Estos días vemos cómo políticos que han gobernado el país hasta hace poco han sido eliminados de un plumazo por los mediocres segundones ascendentes a los que votarán su particular número de seguidores de a pie más mediocres todavía. Reflexionar no solo sobre el paso de las Horas sino sobre la Aniquilación que estas llevan consigo no sirve para hacer a los hombres más racionales, más sensatos y más edificantes. Lo cual nos lleva a las destrucciones y desolaciones antes de Tiempo. Algo de Horacio y clásicos esperanzados nos queda, claro, pero al menos algunos lo dejamos entre las coordenadas del juego porque si lo tomas en serio te amargas. Salú y areté.
EliminarEsa es nuestra dimensión. También la solución para todas nuestras cosas. La mejor de las soluciones.
ResponderEliminarLa conciencia de esa dimensión no nos hace vivir con prudencia precisamente. Seguimos el camino desbocados, presuntuosos y agresivos. Acelerando el fin, sin duda.
EliminarA veces me planteo si para que la realidad exista debe implementarse el concepto de ego hegemónico entre los ávidos “enzimitas”. Una falacia útil para ciertas pesadillas, quizás.
ResponderEliminarEl ego es reflejo y su personalidad es pobretona. Personalmente ni lo salvo ni lo condeno, es la piedra que yo, Sísifo, con la que tengo que cargar, subir al monte y tirarla por el borde del abismo, para comenzar de nuevo cada día la estrategia del Destino.
EliminarDicen que, dentro de 40 billones de años se acabará el sistema solar y todo lo que le rodea.
ResponderEliminarA mi, pobre mundano, lo que me preocupa ahora es el resultado de una biopsia, que aun, y saliendo bien, no me daría más que diez años de pisar suelo.
Eistein ya lo comentó. Todo es relativo.
Un abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPues no había pensado todo eso que dices o me adjudicas, ya quisiera. Pero últimamente me da en pensar en el desorden cada vez mayor que puede traernos el futuro, y en que el orden no impera siempre sobre el caos en el Universo. Y nosotros y nuestras culturas y nuestro planeta son parte de él y no creo que escape a lo que ronda por lo aparentemente inconmensurable. Que todo lo que nombramos los humanos son conceptos de nuestro interés y categorías y nomenclaturas para situar el camino andado por la Humanidad, pero se trata de una visión muy antropocéntrica, sin duda, la que se nos vende hasta la fecha. Y no estoy tan seguro. Siempre me ha hecho pensar mucho cómo grandes imperios y civilizaciones, que se creían imperecederos se vinieron abajo. Mi gusto por la arqueología me ha hecho reflexionar. Estamos rodeados de ciudades y poblamientos de todo tiempo y lugar, es decir, de mundos devastados e individuos muertos.
EliminarPuede que el Tiempo sea un ejercicio de ida y vuelta, habrá que esperar a lo que nos digan los físicos más avanzados.
Especulaciones,guerras, cataclismos. La belleza dando paso a la desolación. Tras el derrumbe sólo evocacion. ¿Recuerdas como era esto...antes de...había...
ResponderEliminarCuando era pequeña pasaba todos los días por una casa de cuento, el olor de sus plantas embriagaba. Hoy es un edificio bueno pero a mi siempre me parecerá horrible.
Adriana
Cierto. Vivimos de evocaciones, y no porque la destrucción haya sido antigua, sino incluso de recientes décadas. A eso le sumas que nos han tocado el recuerdo de lo que conocimos y en muchos casos no entendemos por qué la barbarie urbanística ha hecho desaparecer lo perservable. Pero la ¿maldita? Historia no tiene vuelta atrás. Por eso, y me lo has recordado al citar que pasabas por una casa de cuento, yo valoro los edificios que aún permanecen y los portales con olores y los jardines con fragancias.
EliminarDiuen que tot és decadència al capdavall...
ResponderEliminarLO malo es si es decadencia y además retroceso, o tempora o mores
EliminarGran verdad!
ResponderEliminarHay que intentar ver las cosas con cierta perspectiva basada en la experiencia del vivir, ¿no crees?
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