Saber sobre los desatinos que cometen los hombres es llorar. Más frecuentes, con más vertiginosidad, más peligrosos. Cada vez tardo menos en leer los titulares de la prensa por la mañana. Unos hacen religión de la política (sin dejar de hacer su política interesada) Otros hacen política de la religión (esta siempre fue secundaria) Otros más crean a su imagen y semejanza nuevas religiones y cultos a su personalidad. Y unos y otros se alían con los diablos que siempre acaban llevándose el alma de los inocentes (estos son los primeros que se llevan por delante y en abundancia) Y todos, los unos y los otros, los de más acá y los de más allá, manipulando a las masas, y las masas, ay torpes, dejándose querer neciamente por los más maquiavélicos y siniestros. Cada vez tardo menos en pasar las páginas del cotidiano. Nunca hubo orden, solo descomposición.
(Cuadro de Kazemir Malévich)
Pues a mi ya no me quedan lágrimas, solo pena ante lo patente y manido a lo largo de las décadas que he vivido, solo que antes cada circunstancia estaba teñida de su tempo circunstancial, biológico y generacional y ahora parece que dicha circunstancia nos ofrece una mayor perspectiva a los que aún nos resistimos al enquiste (al menos conscientemente) y a colgar nuestra herramienta pensante en alguna “percha del pasado”. Pero cada generación ha de experimentar su supuesta realidad y solo me resta desear lo mejor a las subsiguientes......solo que perdí la esperanza, pero ello no garantiza realidad alguna.
ResponderEliminarLo cierto es que releyendo a Barzun, especialmente sus conclusiones vitales en sus notas de autor y su prólogo, amen de su trayectoria académica y me consuelan.
Resulta tan cómodo seguir las lucecitas de un gran trailer cuando se conduce en una noche oscura!
Vaya, veo que te estás tomando entre pecho y espalda al bueno de Barzun. Gran alternativa frente a los discursos de nuestras élites políticas, de los nuevos clérigos de la politología y de la componenda de clanes, y de las fuerzas vivas que desde la rusiente oscuridad deciden nuestra existencia.
EliminarPor lo demás, ya sabes, un país de pícaros que solo produce risa amarga.
Aturrullados estamos.
ResponderEliminarHay un relato sobre un maestro zen llamado Fengxue (Cueva del viento), que dijo a sus monjes: " Si levantáis una mota de polvo, la nación florece, pero los jefes fruncen el ceño. Si no levantáis una mota de polvo, la nación perece, pero los jefes no fruncen el ceño".
Pues eso,levantemos e intercalemos lazos rojos con los amarillos y hagamos unidad en la pluralidad que propuso un periodista, el zurdo.
Adriana
¿Y si superamos los símbolos de colores, de himnos, de banderas y de sofismas y nos atenemos a la realidad de supervivientes? Cansado está uno de eslóganes y dichos y contradichos y especulaciones baldías. Y una cosa, Adriana, cada vez creo menos en la supuesta sabiduría oriental, muy adecuada al marco de sus necesidades orgánicas. El budismo tampoco ha dado respuestas serias. Y aquí poco se acuerdan de la Ilustración.
EliminarTriste y desalentador. Muy cierto.
ResponderEliminarQue tengas un buen día, pese a todo
Por supuesto, uno busca los márgenes. Pese a todo, niego a las élites y a sus majaderos el derecho a intervenir y descalificar mi existencia, no faltaría más.
EliminarM'agrada aquest quadre abstracte en contraposició amb el que dius!
ResponderEliminar¿Contrapuesto a lo que digo? Malévich probó en su carne de artista la imposición del sistema, ya lo creo.
EliminarHabrá que replicar a símbolos con símbolos, lo que no sé yo es como replicar a los que han perdido la vergüenza, la honestidad...porque ya nadie es ejemplo de nada: ni financieros,ni políticos,ni religiosos, ni jueces, ni sistema educativo....por mucho que vayan de Ilustrados .
ResponderEliminarNada nuevo bajo el sol.
Adriana
Ni creo que vayan siquiera de ilustrados. Son aparentes, van a hacer sus carreras personales, en todos los sectores, a formar parte de clanes y castas para preservar sus afanes y objetivos. Nunca los tuve como ejemplo, acaso porque creciendo bajo la dictadura, que todavía era más corrupta y absolutamente cerrada para lograr sus fines, no aparecían como ejemplares ninguno de los estamentos que decían gobernar. Hoy me da pena porque algunos teníamos cierta esperanza, pero los suprapoderes se imponen. Así que uno prefiere que no nos prometan nada, que no digan para luego desdecirse, uno prefiere la claridad por muy cruda que sea a los cantos de sirena.
EliminarLo de replicar a símbolos con símbolos, pues qué quieres que te diga, precisamente ahora que me estoy des-simbolizando no ando muy por la labor. Es todo tan cutre...
Desde hace unos años me ocurre lo mismo. Antes me consolaba con las noticias locales, más próximas, más verificables. Ya ni eso. Así que, en cierto modo ya estamos en la ignorancia.
ResponderEliminarLa cuestión es que hoy poco es verificable. Y para eso tiene que transcurrir tiempo. Como mucho, hay aproximaciones. Es tanta la falsa verdad, lo fake, que dicen, las armas dialécticas e hipócritas arrojadizas entre los líderes de pacotilla que sorprende que no obstante la sociedad y la administración general y todo lo reglamentado siga funcionando. Hay dejación de la política que incumbe a la sociedad para hacer política de capillitas dentro de las capillitas.
EliminarBueno, no es alentador, pero hay que tirar para adelante y no hacer más mala sangre de la que ya uno hace.