"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





domingo, 16 de septiembre de 2018

Lobos de purpurado




Muy oportuno El Roto en la edición de hoy de El País. Lo veo como una primera parte. Sugiero que la segunda entrega de este genial pensador de la realidad histórica, y más en concreto hispánica, que es El Roto, se centre en Los lobos con piel de oveja de la Iglesia, que son más manada, dan el pego y pasan (o quieren pasar) inadvertidos. Más adelante podrían venir otros lobos: de la política, de las finanzas, de las instituciones, de los negocios...Ah, pero ¿qué culpa tienen los lobos de que les adjudiquemos propiedades y vicios humanos abusando de su santo nombre? Larga la tradición española de los prejuicios, segregaciones, tópicos y sambenitos. No solo española, miren Hobbes qué desacertado anduvo con aquello de el hombre es un lobo para y consigo mismo.  Algún día los lobos también se quejarán de que les tildemos de mala fama cuando queremos hablar de las perversas conductas humanas. Y exigirán que se borren del Diccionario de la Real Academia las connotaciones estrictamente fieras de los humanos que se les ha colgado a ellos. 



20 comentarios:

  1. Los lobos no se matan entre ellos, eso se habría de tener en cuanta cuando se hacen comparanzas con los humanos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ese es el tema, y Hobbes, que por lo que dijo dio a entender que debía tener ganado ocupando los territorios que le placiera, se vengó de los lobos potenciando un símil ESTRICTAMENTE humano.

      Eliminar
  2. Los lobos son animales familiares y cariñosos que protegen a sus crias, creo que El Roto se refería más bien a otro tipo de animal...más que a ese que Plauto en su Asinaria dejo en tan mal lugar...

    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Plauto no conoció (no pudo conocer, obviamente) a la clerecía y toda estructura adjunta. De haberlo hecho, sin duda no hubiera utilizado en vano el nombre de otro noble animal. Los humanos nos calificamos y descalificamos por nosotros mismos. Nunca entenderé la necesidad de usar a otras especies para no dar la cara de nuestras conductas. Gracias, Temujin.

      Eliminar
  3. Amigo Fackel, este mono que se peina delante de un espejo es muy dado a descalificar a otros animales, descalifica a buitres, a cuervos, a serpientes, a hienas y sobre todo a otros individuos que también se peinan, aunque sean calvos.
    venir otros lobos: de la política, de las finanzas, de las instituciones, de los negocios

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los portadores de las "esencias de la verdad suprema" quieren imponerse incluso a las piedras (no en vano las inmatriculan) con tal de sentirlas sometidas a sus intereses inicuos.

      Eliminar
  4. Amigo Fackel acabo de poner un comentario que creo que ha quedado inacabado, sabrás disculparme.
    Abrazos
    Francesc Cornadó

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, ha quedado torcido, pero se entiende, así que ego te absolvo.

      Eliminar
  5. Los lobos son cánidos y ese un colectivo bien adaptado a su entorno, un dolor que nuestro género los manipulara tanto. Mi Zoleta ha salido cánido mil razas de pro y jamás disfrute de mejor compañía que la suya, pero la mayoría de mis congéneres no lo comprenden.
    Del poder mejor no escribo porque mis palabras serían más crueles que los aullidos/ladridos caninos a los oídos de un tierno infante.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El poder se descalifica por sí mismo. Lo malo es que parte de la humanidad sigue rindiendo pleitesía. ¿Será por el miedo al inferno dantesco?

      Eliminar
    2. A mi modo de ver en los condicionados por el temor desde la infancia , quizás. Sin embargo a mi me parece que se trata de una sencilla característica de muchos mamíferos, la necesidad de delegar responsabilidades, de sentirse más fuertes como colectividad, (también ocurre con las jaurías de todo tipo) de seguir órdenes que se considera vengan de estamentos superiores y seguramente mucho más, de ahí el éxito de la publicidad etc., a lo mejor por esos derroteros .....pero bueno, serán cosas mías.

      Eliminar
    3. Así es, así es, MJ. Huir del miedo y buscar seguridad es una constante humana en todo tiempo y lugar. Lo peor es que la masa se deje llevar por los demagogos, capaces de los mayores desastres, que en nombre del orden, la paz o la seguridad encaucen para sus intereses a la masa incauta (o egoístamente incauta) Ejemplos hay y ahora en Europa los más siniestros andan intentando fraguar acuerdos y tomar por asalto la representación del parlamento europeo el año próximo. No quiero ni pensar en que tengan éxito. Malos tiempos para la Ilustración que heredamos y que en España apenas empapó.

      Eliminar
  6. Desde pequeñas se nos alecciona y advierte del engaño de desconocidos con el cuento de Caperucita Roja.

    Adriana

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿De desconocidos? Los más peligrosos pueden ser los conocidos y de aparente confianza, ¿no crees? Anda, que esos lobos que degustan de caperucitas...Por cierto, hay un cuento actual sobre el tema de un ilustrador español que es lo más impresionante que he visto en ilustración y texto sobre el mito caperucito. En cuanto dé con él lo transmito, no recuerdo su nombre ahora.

      Eliminar
    2. Ya está, ya he recordado el libro, un tesoro de texto e ilustración. Se titula "Caperucita Roja. Viaje de una generación". El artista es Víctor Mira, ya fallecido. No tiene pérdida. Si podéis, conseguidlo.

      Eliminar
    3. https://www.youtube.com/watch?v=OtJ9XK3rlrk

      Un vídeo para quien le interese la obra de Mira.

      Eliminar
  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues recuerda las palabras del profeta que tanto esgrimen los purpurados: "Ay de aquellos que escandalizaren, más les valiera atarse, etc." Por mí no se reserve.

      Eliminar
  8. Fackel, me ha agradado conocer tu blog, muy interesante. De estos "lobos con piel de cordero y con sotana" huyo despavorida... y sí, ciertamente no deberíamos llamarles lobos; es una falta de respeto para estos maravillosos mamíferos al borde de la extinción casi o extinguidos al menos de gran parte de nuestro país.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bordas tu comentario, Ginebra, nada que añadir. Bienvenida y pasa cuando te apetezca.

      Eliminar