"Sí, la tierra está sola, bien sola con sus muertos,
al acecho quizá de inerte transeúnte".
Luis Cernuda, poema Decidme anoche.
REVUELVEN estos días con los muertos a los descendientes de los muertos de lujo, se andan con pamplinas con los muertos que causaron tantos muertos, paroxismo para unos, justicia para otros, pero yo solo sé que la tierra sigue sola con sus muertos, tal vez los preserva de los vivos que los siguen queriendo muertos, tal vez los acunan en las entrañas que su país -su nación, su Estado, su orfandad- no tuvo para darles vida, acaso los reconoce como hijos que una patria mal llamada tal los ignora, ellos son apátridas del subsuelo, los hay por doquier, los muertos de los páramos, los muertos de los pozos, los muertos de las cunetas, los muertos de las fosas comunes, los muertos de las simas, los muertos del mar, los muertos, en definitiva, del miedo, del silencio y del olvido, los muertos del tiempo, y pasa este y nadie se quiere hacer cargo de los muertos incómodos, mientras se acomete el símbolo de remover de su gélido sepulcro al muerto mayor, al muerto responsable de tantos muertos, ¿vale más ese muerto que todos los muertos?, yo me pido un muerto y lo protejo de aquellos de entonces y de estos de ahora, quién no tuvo un muerto malamente muerto en su familia, quién no supo de uno o varios muertos en su cercanía, quién no escuchó relato de muertos cruelmente muertos por caínes de mala saña, aquí o allá, en el exilio de dentro o en la expulsión de fuera yacen tantos muertos, dejemos de tocar el tema de los muertos aquellos, dicen los que al oír la sola expresión muertos de la guerra y de después de la guerra tiemblan como muertos, fatídico fin el de tantos civiles muertos, los muertos murieron hace tiempo, pero su voz última mantiene el eco de que las palabras piedad, clemencia o reconciliación dejaron de existir en la lengua castellana, no todos los muertos son iguales por el mero hecho de estar muertos, no, y la reparación sigue pendiente, la ignominia sigue extendida más allá de la muerte. Háganme caso, muertos en vida: no maten un día más a los muertos.
(Fotografía de un carbonero navarro de mediana edad asesinado por los sublevados de 1936)
Me pregunto muchas veces, y en nombre de la "Memoria histórica", hasta cuando arrastraremos esto de los muertos.
ResponderEliminarPorque no hay dos tipos de muertos. Muertos fueron los fusilados detrás de las tapias de los cementerios y muertos fueron los torturados en las chekas. Unos con inmisericordia, los otros con crueldad y en los dos bandos maldad.
Los muertos son muertos. En ambos bandos muertos, y si ha de haber muertos buenos y muertos malos mejor no tocarlos, porque lo único que haremos será resucitar las heridas que nos han dejado los muertos.
Arrastremos o no -eso parece ser cuestión de cada cual- el tema para mí siempre fue más de deuda pendiente y de dignidad que de memoria histórica (la memoria histórica nos podría llevar a otros pasados) Son conceptos vinculados pero no son lo mismo.
EliminarNo se trata, ni yo lo he pretendido, de hablar de muertos buenos o malos. Todos sabemos que la discriminación sobre un bando llevó al reconocimiento exagerado del otro, y ya se encargó aquel régimen feroz de que la inexorable ley natural de la venganza (natural e incluso cultural pero no precisamente de civilización fraterna) de ignorar sus propios crímenes. Porque de eso se trató, no solo de cometer en sus días la vileza de apropiarse de la vida de miles de civiles inocentes, sino de enterrarlos a lo perro y ocultarlo. Eso habló largamente del cariz de cuantas personas participaron en lo alevoso y de sus cómplices del silencio. Se trata de encarar de una vez y resolver en la medida de la información posible al acto simbólico de reconocer sus enterramientos y dotarles de nombre y apellidos a los muertos.
Yo no invoco ya acto de némesis alguno, ni de rencor, ni de pedir peras al olmo. Todo es más sencillo, simplemente que se descubran los enterramientos y se deje constancia de que están en tales lugares u otros. Por supuesto que los descendientes de aquellos desaparecidos que lo deseen tienen derecho a reparaciones muy concretas, si lo demandan.
Mi exposición emocional no iba por los crímenes de ambos bandos -no es tan simple el tema del enfrentamiento entre españoles en aquella década tremenda- ni por las chekas ni por los paseos vengativos, que es un asunto arduo de tratar y que ya se ha hecho por parte de historiadores competentes del presente. Considerar el rescate del olvido de los muertos del golpe y la dictadura no es resucitar viejas heridas, han pasado generaciones y hoy se trata de situar en su justo término todo aquello. Lo de mejor no tocar cierto tema como éste siempre me ha parecido un tanto tabú: como si siguiéramos teniendo miedo de nosotros mismos, de unos españoles con recelo respecto a otros. Cada uno sabrá si esto se da, pero en todo caso sobre nuevas coordenadas, aunque el hilo del pasado vincula aún a ciertos partidos, a mi modo de ver, por la agresividad que muestran siempre y por su complejo de propiedad sobre el país entero, del lado de la derecha ad hoc. No hay más que verlos.
No te engañes. Sigue siendo un asunto tabú. Las coordenadas de todo aquello nunca fueron como en otros países. Tal vez que la dictadura fuera larga extendió el silencio y, esto es lo más indignante, una idea entre la población de que lo mejor era ocultar las circunstancias del crimen masivo y que no había que hablar del asunto, miedo aparte, y olvidar como condición para una reconciliación o superación entre españoles. A la inversa que en muchas naciones del mundo.
ResponderEliminarFermín
Pues sí, Fermín, no sé si habrá otro lugar del mundo que habiendo cambiado tanto mantenga en cierto modo ese tabú. Como mantiene la cesión de bienes y prebendas para una institución no política, pero de larga mano política, que tomó partido en su día (y después durante décadas) por los golpistas y su barbarie (y los bendijo)
EliminarNo maten un día más a los muertos.
ResponderEliminarLa tierra sigue sola con sus muertos tal veZ los preserva de los vivos.
Los muertos, en definitiva, del miedo, del silencio y del olvido.
Muertos cruelmente muertos por caínes de mala saña.
Aquí o allá, en el exilio de dentro o en la expulsión de fuera yacen tantos muertos.
Los muertos sin Dios esta noche están vivos. Llévalos contigo:
"...Donde al fin quede(n) libre(s) sin saberlo yo (ellos) mismo(s),
Disuelto(s) en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.
Qué puente establece, Anónimo, entre mis palabras y las del poeta Cernuda, estas últimas más poderosas que las mías, naturalmente.
Eliminar¡Bravo! Según iba leyendo intuia que la palabra muerto/s aparecería 36 veces.
ResponderEliminarGenial como siempre.
Era una manera simbólica y representativa por no decir la palabra muerto varios miles de veces (tantas como muertos-desaparecidos hay)
EliminarSomos una sociedad con muchas cojeras. Una de las más importantes, esta.
ResponderEliminarY muy grave, porque no solo afecta al entorno de los asesinados sino a la consideración de la ciudadanía española. Dicho de otro modo: los españoles que presumían de españoles cometieron la barbarie de aniquilar a los españoles que no pensaban ni actuaban como ellos. Lo demás, remito a los historiadores competentes. El que quiera saber qué pasó puede informarse. Estamos hartos de difamaciones.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAquí llega la noticia de la condena de nueve militares chilenos por el asesinato del entrañable Víctor Jara. Eso no lo hemos conocido nunca en ESPAÑA.
EliminarPor supuesto, Chiloé, puedes dedicar lo que quieras porque la verdad es la verdad lo diga Agamenón o el porquero.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarLo cual se estima, y ya es un símbolo que esté enterrado en el exilio (el de aquel tiempo) Pero ¡cuántos no tienen sino el útero de la tierra! Bienaventurado el suelo y bienaventurados, no obstante, esos muertos. Y no lo digo en sentido cristiano.
EliminarEn ocasiones veo muertos...
ResponderEliminarFermín.
Puestos a ver...Por regla general los vivos huimos de las imágenes de muertos. Como antítesis de la vida yo creo que la muerte simboliza la frustración, el límite, el no hay más allá. Qué se le va a hacer.
EliminarNice post. 🙂
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