Hay que ver lo que dicen las encuestas sobre lo quieren los españoles en materia de elección política. No me asombro de nada ya. Preferible no tomárselo más en serio de lo que es. La democracia descarriló hace tiempo, si es que alguna vez fue algo más que un pacto entre caballeros. Entre caballeros de dinero y caballeros pobres, por supuesto, y no sé hasta qué punto honrados. Porque no engañarse, hermanos, si solo se aspira a un juego de turnos de poder nunca se irá más allá de la oferta y demanda de lo que llamamos vagamente sistema, pero que es algo muy concreto. ¿Se puede ir marchando, como cantan en Bread and Roses, con un panorama político como el que auguran las encuestas? Las encuestas revelan preferencias, dicen los propietarios de los medios que pulsan la opinión. A mí me da la impresión de que revelan también la manera de pensar y de no pensar que tiene nuestra sociedad. Revelan que nos regimos en política como en un concurso, una rifa, un deporte. Por preferencias de moda, de gustos superficiales, de quiero a este porque no me gusta ya el otro. Bonita manera de pensar. ¿Pensar? Pensar exige recabar información y datos, reflexionar y tener perspectiva de futuro con arreglo al lugar que ocupas en la sociedad como individuo. Considerar las referencias y mantener aspiraciones de superar las dicotomías, no me atrevo ya a decir las injusticias porque nadie habla ya en estos términos. Así que se volverá a repetir lo de siempre. El pobre votará al rico o al que representa a este y...¿pero qué digo? ¿Que las cosas no son tan simples? No, pero que alguien me aclare si hay por eso más inteligencia. El rebaño se deja llevar por los cantos de sirena, bueno de ácaros más bien, las sirenas eran hermosas al menos para nuestros cánones. Y en la política hace tiempo que no hay belleza ni profundidad alguna. Solo superficialidad y seducción publicitaria. ¿No habéis visto cómo crecen los rostros y nombres juveniles en todos los partidos para aparecer en los medios? Digo esto sin desmerecer a personas jóvenes con talento y preparación, que las hay. Pero en la política ad hoc creo que domina la competencia fashion. ¿Dónde la sabiduría de los ancianos? ¿No tiene ya espacio en los gobiernos de nuestras tribus? Con nuestro pan nos lo comamos.
Escúchese, si se quiere, esta bella canción de la película Bread and roses (Pan y rosas), donde frente a una derrota más hay también un hilo de esperanza.
Solo los santos van marchando, y siempre bajo el amparo de Louis Daniel Armstrong .
ResponderEliminarsalut
Buen protector pues, el tal Pops. Ay, lo de los santos, cuánta posverdad secular.
EliminarPor aquí la política se ha transformado en una especie de trampa sin salida: o son unos o son otros y, al menos en mi caso, ninguno de los dos me representa ni muestra una salida justa equitativa y eficaz de un pozo en el que nos sumergimos inevitablemente repitiendo errores que ya conocemos de sobra. En fin, apuesto siempre a la esperanza, pero confieso que se hace difícil, sobre todo porque compruebo una y otra vez que las sociedades no aprenden de sus errores y encima se dejan llevar por la dicotomía entre los "anti".
ResponderEliminarUn abrazo
Pásate por el blog del genial Scafati, ya verás lo cabreado que está.
Eliminarhttp://luisscafati.blogspot.com.es/
(Tengo unos cuantos libros ilustrados por él)
Un estilo gráfico punzante como un cuchillo de doble filo.
Eliminar=)
A mí me gusta mucho.
EliminarEl panorama es muy triste, la filósofa de moda dice que estamos en una "condición póstuma", lo comparto. No espero nada y menos cuando ves como está el sistema educativo desde la enseñanza primara hasta la universidad, se confunde conocimiento con éxito profesional en un entorno de multinacionales, se confunde la crítica con lo panfletario, se da más credibilidad al que más grita y se relega el pensamiento reflexivo. Todo es un espectáculo y el más guapo que sale al escenario se le tiene por el más inteligente. Penoso, tristemente lamentable.
ResponderEliminarAbrazos
Ya no es un laberinto, que siempre lo ha sido. El problema es que ahora no se distingue ni quiénes son los de arriba ni quiénes los de abajo, que dicen los ínclitos emergentes de nuestros días líquidos. ¿Un todos contra todos? La homogeneidad de los robots nos hará libres, por suplantación.
EliminarMi opinión por si te sirve de algo es que hay que evitar hacer mala bilis, y menos cuando se atisban escasas salidas y de muy dudosa calidad, Fackel.
ResponderEliminarFermín.
Tienes mucha razón, a veces me da una especie de cólera divina (no la de Aguirre, por supuesto) que dura poco tiempo. Y si me pilla en el blog pues largo mi desahogo, eso es todo. Bilis, la justa, sí. Que carguen los biliosos profesionales con la propia.
EliminarMi impasibilidad hacia la política es glacial. Solo es un método de contabilidad. Cuando salen los guapitos en la tele me entra un ataque de risa. Y vuelvo a zapear.
ResponderEliminarSi te ríes ante los guapitos o pijitos o tontoncitos ya pierdes la impasibilidad, Anónimo. Yo también me carcajeo. Y mira que parece que se ha abierto la carrera de a ver qué personaje de los 30 o los 40 queda mejor para las teles...En Italia, el de 5Estrellas tiene 31 añitos, todo un maniquí. Lo malo es que pintan tipos duros que quieren comerese la nación.
EliminarLoas hechos -y las políticas de los partidos en el Poder- demuestran que la ideología se ha quedado arrumbada, es solo una marca derecha o izquierda, en cuanto se rasca el contenido programático se diluye en tópicos y poco más. Las democracias, los sistemas de partido se han quedado fuera de juego. No entienden la sociedad actual y no están capacitados para resolver la transición de esta cuarta revolución tecnológica, la que trae un cambio social y demográfico que los partidos ni huelen.
ResponderEliminarPero tendrá que haber una alternativa, por alguna parte habrá que revitalizarse todo, si no ¿qué reglas de juego para la convivencia nos pueden garantizar que esta es posible? Los salvadores y supremacistas de toda laya están disfrutando desde sus nidos de águila.
EliminarVamos marchando, es cierto, rumbo al desastre.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Y después de escuchar al levantarme cómo ciertas masas almerienses pedían pena de muerte además de horror me ha invadido la desesperanza. El analfabetismo, incluido el analfabetismos ilustrado que en esa gente no es el caso porque es el más grosero, sigue siendo mal endémico en España.
EliminarNítido retrato de un narrador atinado que por fortuna no comulgaba con la patuela linchante y que una mañana de Marzo se comía a trozos un pan.
EliminarDifícil comulgar -y te lo dice uno que comió muchas hostias por activa y por pasiva- con los linchadores en un país que cada mísero individuo se considera un juez. Ahora bien, malditos los medios de comunicación (qué paradoja) que alimentan la barbarie. Llaman informar a lo que es mercado de audiencia.
EliminarFackel: ¿no es la trivialización más absoluta del pan de nuestros días la mayor metáfora de lo que nos sucede en muchos ámbitos?
ResponderEliminarEl pan y el tomate; dos referencias manipuladas hasta el sin sabor (o sinsabor): Dos cosas por las que lucho para hacerlas mías y de los que me rodean. ¿Y de las rosas? ¿Alguien sabe que la rosa primigenia es la rosa canina (sí, la de nuestro escaramujo que tanta vitamina C posee en su interior) cuyo olor delicado me apasiona?
Ken Loach es un gran director con películas realmente angustiosas en su haber (Ladybird Ladybird).
Dices: ¿Pensar? Pensar exige recabar información y datos, reflexionar y tener perspectiva de futuro con arreglo al lugar que ocupas en la sociedad como individuo.
RECABAR: das en la clave, pero, ¿qué medios tan marginales hay que seguir muchas veces para recabar?
Y por último: buen ejemplar de pan el de la foto, y cortado con la mano, que para eso tenemos los dedos.
Un abrazo.
Es metáfora y es reflejo directo por lo que estoy viendo. Comparto tus gustos sobre el pan y el tomate, con las rosas no me he atrevido aún a catarlas, pero sí a degustar su olor cuando tengo ocasión. Uno querría no dejar de oler ese aroma, pero corre el riesgo de ser trasladado a una esfera no cotidianamente humana, resultaría adictivo e iría contra el orden imperante, supongo.
EliminarEste trozo de video no corresponde a la película de Loach, que tanto me gusta, sino a Pride, de Matthew Warchus, que no he visto, por cierto.
Respecto a recabar, se puede. En diversos medios y en la red se encuentran textos, pero sobre todo en libros y no te cuento en los clásicos. Todo es tener voluntad y decisión de no seguir las pautas de la manipulación.
El pan de la foto es tal cual, me comí a trozos por la calle la otra parte y lo que quedaba, que lo deglutí más tarde y no como algo simbólico, eso se lo dejo a los católicos, pero quise que posara antes para la eternidad, jej.
Salud y estímulo.
¿dónde compras ese pan tan estupendo que te alimenta e inspira? ... ¿y si todo fuera tan "simple" como cambiar de "panadería"?
ResponderEliminarAy, pdf, hasta eso es difícil hoy día. Conocí el pan pan en mi infancia. Hoy hay pan que quiere parecer pan, no nos engañemos. Y dentro del surtido a veces uno encuentra algo análogo a lo que fue, o simplemente que cree que lo es. Piensa que ni las harinas son ya como eran ni las levaduras ni los tiempos ni los hornos. Y cuando uno tiene gazuza un buen bocado de pan sabe a gloria. En el panorama por extensión que planteas hay muy defectuosos hornos, panaderos abandonados, escasos maestros de tahonas, aprendices que se creen veteranos y así sale el producto político. Más aparente que capaz de saciar. Acabarán cambiando el criterio de los consumidores, sin duda. Que con nuestro pan de molde nos lo comamos, no hay otra de momento.
EliminarY no hay excusa. Que la manipulación es grande, lo sabemos. Pero qué pereza la de muchos para salir de ella y pensar por su cuenta...
ResponderEliminarPereza, sin duda. Pero ¿no será más bien falta de preparación y de ejercicio? ¿No será más bien cuestión de escasa intención y menor voluntad? Viendo el panorama uno se pregunta: pero ¿en qué nos instruyeron que estamos tan indolentes?
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