LEES una vez más el episodio moral -la mano judaica es más antigua que aquella de la que te empaparon en la infancia, sin olvidar que incluso hay otras prescripciones todavía más anteriores- del crimen de los dos hermanos del Génesis, por ver si encuentras un dato nuevo; un nuevo dato quiere decir una interpretación nueva que tú hagas del crimen. Te gusta leer en las fuentes de cualquier mito, siquiera para ver qué te va sugiriendo a lo largo de tu propio transcurso, aunque bien sabes que son espurias y probablemente poco originales. De la imagen textual no te interesa tanto que hubo violencia entre hermanos como con quién de los dos personajes te identificas. Por supuesto, cualquier confesión te seguiría delatando hoy ante la opinión pública; conviene que no reveles. Un equidistante actual -término en boga- diría que tanto la figura de Abel como la de Caín son alternas, que ambos podemos ser uno u otro, dependiendo de circunstancias a las que nos viéramos abocados. Precisamente la narración moral nació dentro de un contexto cultural e ideológico para indicarnos qué debemos ser, pero tú la interpretas no en el sentido de qué lugar ocuparías llegado el caso, sino en qué méritos y deméritos ha hecho cada personaje anteriormente, hasta llegar a ese estatus definitivo de verdugo o de víctima. No, en el principio no fue el Génesis; fue la bajada de los árboles. La disputa por el territorio cambió de dirección.
(Alberto Durero plasmando con un realismo casi satánico la matanza bíblica)
Que vivir es ver volver ya quedó dicho. Y también que volvemos al simio. Como dicen en África, cuanto más alto trepa el mono más se le ve el culo. A ciertas personas de sonrisa sardónica llamadas políticos se les ve mucho.
ResponderEliminarYo creo que no se vuelve. Hemos desaprendido aquel pasado. El destino humano es incierto, seguirá habiendo mutaciones y acaso vacíos, pero no hay retorno.
EliminarLo de los políticos sardónicos, y mira que salen todos los días aunque no sé si convencen a alguien, es otra cosa, menos duradera.
Eso, sí, seguirán latiendo en los individuos los viejos instintos, nadie estamos libres de ellos, nadie.
EliminarCierto. Certísimo. La lucha fraticida resurrece de continuo. Rómulo también mató a Remo (Véase Tito Livio) ¿Qué pasa para que todos hagan lo mismo?
EliminarProsigo: ¿Qué pasa para que todos hagan -hagamos- lo mismo?
EliminarY los israelíes a los palestinos, por lo que veo de las última veinticuatro horas.
EliminarLa misma pregunta me hago yo y como ni la violencia es simplona, aunque sea tajante y definitiva para la vida o la muerte del humano, ni parece que hayamos atajado ya no el instinto (inatajable) sino las condiciones de vida que siguen incentivando violencia, pues seguimos meditando sobre ello y siendo víctimas y/o verdugos de la misma. ¿Qué te parece a ti?
EliminarTengo la convicción de que la antropología podría ayudarnos un poco a todos en este tema. Por mi parte, conozco algo la filosofía de la violencia y también la de la no violencia. El derecho natural y el derecho positivo han pugnado siempre por legitimar la guerra. El derecho del derecho que legitima determinada violencia me parece un fraude, una obscenidad y una tremenda indecencia.
EliminarCui prodest? Ahí está el quid de las guerras.
EliminarSe beneficia muchos, tanto de los que serán vencedores y vencidos. Ya en la paz se benefician, como bien sabes, varios estamentos privados e incluso alguno público. Hay negocio a mucha banda en la destrucción y luego para prepararla reconstrucción. Me gustaría saber en el inmediato futuro cuántas empresas que vayan a participar en reconstruir Siria no habrán tenido su ocasión en incentivar el conflicto. Sin soluçao.
EliminarAh, lo de la antropología, sin duda que nos ayuda a entender, pero hay una ciencia, la Etología, que no solo se aplica a otras especies sino que enfocada en la nuestra encuentra claves de nuestro comportamiento animal sumamente interesantes. Y tienes razón, el Derecho, como la Moral y no digamos la Política, ha legitimado las guerras. De las religiones qué decir, si tenemos ejemplos inmediatos y actuales y tenemos además el triste recuerdo del respaldo a un bando en la guerra civil española, después al régimen vencedor durante décadas, a cambio de prebendas en nombre de su divinidad.
EliminarEs una cuestión de que está escrita en el código genético. Al igual que la energía, no cambiamos, sólo nos trasformamos por las circunstancias, pero seguimos siendo los mismos . Lo que sucede es que no nos ponen a prueba..que sino...
ResponderEliminarYo difiero. ¿Los mismos que quiénes? Si hemos cambiado ya no somos los mismos, ni siquiera los de ayer. Lo curioso es indagar por qué las manifestaciones profundas de la naturaleza humana perviven, si bien considero que evolucionadas y sobre todo reglamentadas. En ese sentido de que somos agresivos o capaces de acordar algo probablemente nos parecemos a los que bajaron de los árboles. Tal vez son fuerzas con razón de ser para la vida en el planeta, que tienen todas las especies. Lo positivo es que la nuestra haya encontrado miles de fórmulas para generar sistemas de vida y seguridad, por supuesto que quebradizas y a veces caóticas en apariencia, y que los choques se mantienen. Pero deberíamos meditar con ecuanimidad sobre la historia humana, por lo que nos concierne.
EliminarLo que me duele pensar es si el precio de que llegue el control definitivo de los impulsos y pulsiones interiores del hombres puede llegar o bien por una especie de robotización del individuo (adiós al antiguo anhelo de la libertad) o por una alteración genética forzada. De cualquier manera todo cambio radical llegará antes o después si persiste el planeta y no nos lo hemos cargado para que podamos alojarnos en él.
EliminarEsto último tiene mucho sentido, por ahí parece que vayan a ir los tiros, aniquilación de las pulsiones primitivas, esas "tan naturales", ja.
ResponderEliminarLa pregunta será: ¿se tratará de otros humanos o de una especie nueva? No sé.
EliminarTendrá algo que ver aquello de los hijos de los dioses cohabitando con las hijas de los "monitos", perdón, de los hombres. Y de los viajes en el tiempo a través de los gusanos intergalácticos en espacios curvados, qué? Ja, al final nos topamos con lo de siempre pero bajo otro prisma. Un verdadero infierno. Tampoco lo se ni me importa pues el infierno jamás perderá vigor mientras el pensamiento lo azuce.
ResponderEliminarAnda y que de fondos no sabían aquellos antiguos ni na! aunque sus formas fueran de lo más simple. Ahora ocurre al contrario: se toma el rábano por las hojas para finalmente simplificar el pensamiento de las masas. Y no sigo que brota mi vena revolucionara y gamberra en balde.:)
Desahogarse es muy sano, siempre y cuando se tenga en cuenta antes el código penal, jaj. Naturalmente que las obsesiones de los personajes míticos, fueran de los seguidores de Visnú, de Mesopotamia o Grecia, y más recientemente de la tradición judeo cristiana tenían su razón de ser...la metáfora y la narración se confunden desde antiguo hasta generar dioses politeístas, monoteístas y sincréticos. La invención humana no ha parado con la vana pretensión de paliar miedos y la pérfida de hacer negocio de gente que vivió siempre del cuento. La rueda continua y ahora con sucedáneos alternativos de os que se toca y se tira luego a la basura; el consumo como búsqueda de la felicidad es atroz.
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