"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





jueves, 30 de noviembre de 2017

La mujer del tren de Edward Hopper




¿Se puede leer un libro y a la vez vivir lo que se se vive en el libro? ¿Se puede contemplar una pintura, viendo de manera separada el tema, las formas, la escena y el tratamiento cromático, sin percibir que hay un ámbito que ocupas de manera refleja? Las lecturas y visiones pictóricas, o en general artísticas, son aquellas que se apropian de nuestros sentidos y que nos conducen a una comprensión emocional. Te pasa cuando vas con Celine al fin de la noche o con Leiris a la edad del hombre o a la caída de Camus o con Goya a sus fusilamientos y no digamos a sus pinturas negras. Emoción y sensación nos trasladan a entrar de lleno en un libro o en una pintura determinada. Y entonces vivimos las expresiones que se nos relatan en ambas. No, eso es imposible, dirán muchos, el emisor y el receptor solo se funden en el infinito. La lectura o la mirada a un cuadro, dirán, es entretenimiento donde entras en un argumento temporalmente  y sobrevuelas a él, pero siempre acabas aterrizando en la vida ordinaria que lleves. Más o menos como los sueños. ¿Y quién se queda en los sueños? Como mucho, te dicen, los libros y las obras de arte son medios de información y sirven para tener cultura. Domina ese criterio a mi modo de ver superficial. ¿De verdad creen muchos que si las obras interesantes de la literatura o de la plástica o de la música han influido tanto sobre los hombres es por su anodino carácter cultural? Algunos amamos ciertos libros porque estamos en ellos. Sentimos ciertos cuadros porque aparecemos en su interior. Los habíamos habitado siempre pero solo de vez en cuando caemos en la cuenta de ello.





14 comentarios:

  1. Ese pintor es muy de mi agrado.
    Mi opinión tan solo es personal lo cual implica que no resulta extensible, pues para mi los libros, la lectura de todo tipo, ha significado una especie de evasión de la realidad que me tocara vivir en determinados momentos. Hasta tal punto que el hecho de no poder leer ha implicado sentirme encadenada a la circunstancia que estuviera viviendo, y ello casi nunca fue de mi agrado, salvo cuando viví en un adolescente pedestal de admiración social fuera del suelo patrio (toda una experiencia de vanidad social y personal que no tardaría en esfumarse) y cuando la biología hizo enloquecer a las hormonas durante embarazos y postpartos que consiguieron hacerme sentir en feliz plenitud por el mero hecho de respirar y mantener vida propia y ajena, todo lo demás estaba al margen. Pero bueno, estoy escribiendo sobre la situación biológica que me tocó vivir en su momento. Desde la perspectiva del presente me hace gracia, extrapolo y procuro seguir leyendo aunque ya no necesite evadirme del entorno, Jajjj, porque lo he vaciado de presencias incordiantes! ¡Si es que la vejez cada vez me está haciendo más remalona, más aún que en la infancia, cuando tenía que soportar las bobadas de unos pobres "mayores" demasiado desgraciados pero que luchaban para ser liberados a través de mi persona.
    Ahora he de ser muy muy selectiva con mis lecturas porque mi realidad es mil veces mejor que las que sus autores reflejan y en lugar de servirme de evasión podrían significar una especie de tormento, cuyo cupo ya ha tiempo que caducó.
    Ahora iré a visitar ese enlace porque mañana comenzaré los planes para mi evasión invernal. Las navidades, la familia y demás obligaciones, afortunadamente forman parte de un pasado muy, muy aburrido..... clarro que la mayoría pensará que para aburrimiento mi actual vida. Para gustos los colores.

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    1. Se agradece siempre esa manera de enfocar las cosas que tienes, valoro tus testimonios personales, expuestos sin mayores prejuicios, y los leo como en una novel, sabiendo que hay algo de cada uno en los otros, que a todos nos han acontecido historias, si bien algunos habéis viajado más, os habéis complicado la existencia más, etc. No tienes pinta de vivir sometida a aburrimiento alguno, ni por el forro.

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  2. Yo debo ser de este grupo raro que vivimos un cuadro o una pintura. Cuando algo realmente me gusta es porque me siento en ella y la vivo como una parte que alguien ha escrito o dibujado. Lo mismo me ocurre con los lugares, pueden gustarme más o menos, pero cuando me veo en alguno de ello, ese realmente queda grabado en mi recuerdo.
    Un abrazo, Fackel.

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    1. Será raro pero creo que es un grupo consistente, Carmela.

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  3. la literatura, el Arte, la música, nos expresa y nos explica, qué haríamos sin ELLO

    saludos afectuosos

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    1. Con ELLO deberíamos dedicarnos más, entregarnos más, recrearnos más, por compensar las expresiones más frustrantes en que solemos estar inmersos los humanos en sociedad.

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  4. "Algunos amamos ciertos libros porque estamos en ellos. Sentimos ciertos cuadros porque aparecemos en su interior. Los habíamos habitado siempre pero solo de vez en cuando caemos en la cuenta de ello".
    Comparto totalmente esa frase.
    Muchas gracias
    F.G.

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    1. Uno se siente menos solo -si es que esta circunstancia se nos revela alguna vez- al saber que se comparten visiones de la vida. Lo que dices me hace pensar que acaso lo que más nos atrae de una lectura o de mirar un cuadro sea que nuestro consciente y casi siempre nuestro subconsciente nos advierte de nuestras identidades que vamos encontrando en las obras. Es un tema sobre el que seguir pensando o extrayendo ciertas conclusiones. Gracias, F.G.

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  5. Estamos en tantas artes y lugares como nos muestra nuestro inconsciente.

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    1. Sin duda, y es tan rico...Te invito a que pases por el enlace adjunto en el post. Un saludo.

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  6. Al leer vivimos otra realidad, al contemplar un cuadro, una fotografía, una escultura.

    No. No son meras evasiones ni actos que hacemos para adquirir cultura (al menos únicamente). Son formas de abordar una vida carente de artificios porque las grandes obras de arte nos llevan al centro de nosotros mismos.

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    1. Pues mira, uno cada vez lo ve y lo lee más complicado todo, quiero decir que con más posibilidades de interpretación. Los artificios nos acompañan siempre, desde la cuna inventamos artificios, que no son solo objetos físicos sino montajes mentales que hacemos virtuales en mayor o menor medida. Y a lo largo de la vida el artificio-ficción lo llevamos encima: para las relaciones de amigos, para los enamoramientos, para los compromisos y guardar las formas, etc. Tal vez no es que las obras de arte nos los aporten sino que a través de ellas ratificamos, con mayor o menor conciencia, ese mundo ficticio que necesitamos que vaya con nosotros. Es biológico-cultural. Aunque no quisiéramos se hace parte de nuestra personalidad. El arte ayuda, pero mucho gente que no descubre el arte ni se deja iluminar por él o busca en él su goce funciona de manera análoga. Actuamos en esta vida. Ser es Actuar, mal que les pese a los ontólogos, si es el caso.

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  7. Enfocado desde ese punto de vista te doy la razón. Todo es maya, todo es ilusión. Vivimos actuando en el gran teatro del mundo.

    Yo lo enfocabam desde otro prisma. Las obras de arte revolotean alrededor de arquetipos del inconsciente colectivo de tipo universal. Estar en conmtacto con libros y otras expresiones artísticas nos conecta con esos arquetipos que nos llevan a lo esencial, al centro de nosotros mismos.

    Abrazos

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    1. Puede ser, no he llegado a comprobarlo con exactitud, soy muy lento en experimentar y en establecer conclusiones. O acaso no me he dado cuenta. Lo que sí parece es que leer, mirar, escuchar sobre la experimentación artística y literaria sirve para incrementar y a la vez comprimir la ingente cantidad de conocimientos en juego a lo largo de la historia humana. Yo lo percibo como un continuo aprendizaje, nutriente y que cada individuo cataliza con arreglo a sus posibilidades y límites.

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