La paradoja de los símbolos es que tienen mucho de bumerán. Se pretenden con un fin ajeno, exterior, y con el tiempo y las actitudes se vuelven contra sí mismos. Hay símbolos que son armas y no pueden ocultar sus orígenes dolorosos. Obviamente, como es sabido, en algunos casos fueron levantados sobre instrumentos de castigo, de daño y de humillación. Sublimándolos algunos trataron de que su significado fuera lo opuesto. Tengo dudas de su éxito moral, por mucho que mantenedores de esos simbolismos se reclamen de la buena nueva. Cuando los símbolos nacen de una abyección vano es pretender que se consagren como bienes abstractos tales como felicidad, bienestar o entendimiento. Claro que precisamente es esa abstracción aquello que los sostiene. Si la convivencia universal, el logro de la calidad de la existencia y una vida dichosa fueran una conquista real y extendida a la humanidad tales símbolos desaparecerían. Bien están las cosas como están...de mal. De ese modo los símbolos de la muerte, de la opresión y de la no conciencia triunfan como negocios. Que cuenten otras historias es parte de la verborrea del ¿quién da más? que cunde entre pregoneros de feria.
(Fotografía de Duane Michals)
Los símbolos no tienen por sí mismos, significados. Eso se lo otorgamos nosotros y dependerá en consecuencia si a través de la interpretación y significado que en ellos depositemos, la verdad o la bondad de lo que pueda representar. Además, si hilamos fino, cada quien le otorgará un significado distinto, por lo que no será un sólo valor el que llegue a significar.
ResponderEliminarMe quedo pensando.
Un abrazo
Los símbolos no son seres vivos, obviamente, pero a veces parece que lo fueran. Hay que ver cómo delegan los humanos en ellos. Ciertamente hay simbolismos que son aceptados por la grey, las sectas o las sociedades. También derivaciones de los mismos que sugieren un abanico más abierto de interpretaciones. Pero, ojo, no se han inventado para mantener la inocencia de los corazones, precisamente. Siempre hay maniqueísmo detrás, al menos en muchos de ellos. Tu comentario también me deja pensando, el tema es largo. Un abrazo.
EliminarCultura anacrónica que aprovechó emociones humanas intemporales en el caso de la imagen .Lo que ocurre es que la masa evoluciona con lentitud debido seguramente a unos instintos básicos necesitados de certezas diversas. El efecto fan hunde sus raíces en el mismo caldo de cultivo, me parece.
ResponderEliminarLa masa de harina para hacer pan también necesita su tiempo de pasividad, reposo, antes de proceder a su elaboración. P.e. Jaaj me ha surgido la analogía fácil. Este coco aun presente no deja de ser travieso por muy ajeno que le ordene ser. Desobediente y experimental por naturaleza.
La masa evoluciona lenta y contradictoriamente. A mí me interesa la evolución del individuo, que suele deparar paralización, lentitud, desinterés o aprendizaje despreocupado, según, y claro ¿no es la masa también suma de individuos, aunque acaso de un determinado comportamiento de individuos que a su vez la definen? Oye y ya que hablas de la masa de harina...¿no te olvidas de la levadura? Mira que me pongo evangélico, jaj.
EliminarJaajj, justo al mencionar la masa recordé la levadura, con mentalidad cocinillas. Jaaj mira que me pongo servicial, que en esa cuestión dispongo de amplia experiencia por motivos de peso. Sigo riendo.
EliminarPluscuam...perfecto.
EliminarEn toda simbología hay la pre-Tensión de algo que nos excede. Guárdenos, Poesis, de los mercaderes actuales, que de mitología nads, y del símbolo, sólo una cáscara. Mi Abrazo, Fackel, desde una Argentina que duele y espanta.
ResponderEliminarPor supuesto, guardémonos de los mercaderes del templo de nuestro tiempo que abundan y que son continuación de los otros, los históricos, tengan el rostro o el símbolo que se quieran. Creo que desde que tengo uso de razón, y va para largo, he escuchado siempre con espanto la palabra Argentina, principalmente desde los 70 avanzados, aunque luego supe que anteriormente con el sacramento peronista también dolía, no obstante los años de vacas gordas, que acaso os engañaron. Cordial.
EliminarLos símbolos se me escapan, es algo que no acabo de comprender, para mí es como el amor de los efebos, la música americana y la locura incómoda de Wagner.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Pero están ahí. Parte de todo el sistema de representaciones ideológicas humanas. Extendido desde el principio de los tiempos y por todos los territorios del planeta y por medio de cualquiera de las culturas y civilizaciones. Conversión en pequeños o grandes dogmas, aleatorios y fetichistas, de un acontecer de las cosas continuo, mutante, incierto y contradictorio. No obstante, los símbolos no siempre son grandes representaciones, sino que un mero concepto puede ser simbólico. El amor, por ejemplo. La libertad. La felicidad. Términos absolutos que se fijan en nuestro cerebro y a los que rendimos culto. Una arriesgada interpretación, por mi parte, ya lo sé.
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