Los niños no son propiedad de nadie. De nadie. (No deberían ser) Pero muchos individuos y entes se erigen en sus propietarios. Padres, maestros, religiosos, partidos, el Estado, el mercado. A los niños se les invoca y se les mima para que sean medio y fin de los objetivos de una sociedad que no crece saludable. Ellos deben ser obedientes, aplicados, condescendientes, ordenados. Porque ellos son el futuro, dicen. Se necesita niños sumisos hoy para ser buenos productores, consumidores o parados mañana. Nadie proclama la enseñanza de la libertad en el niño. Aunque ¿se enseña la libertad? Acaso si se enseñara a los niños la libertad cabría la sospecha. Porque hoy todo el mundo habla de libertad prostituyendo el concepto y devaluando el término. Eclesiásticos, padres guay, grandes almacenes, el negocio del deporte, los juegos electrónicos, la publicidad. Sí confío en que alguien benévolo y con buen ojo, en una familia o en una escuela, les transmita mínimos. Sentido del respeto a los demás, tolerancia con la opinión del otro por muy opuesta que sea, afán por la actividad en equipo, iniciativa de búsqueda. No es fácil, pero es la única manera de sembrar para que más adelante exista otro tipo de individuos adultos. Acaso caigo en la absurda utopía.
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Hace 32 minutos
No puedo generalizar porque he visto y sentido de todo en el sector de la infancia. Ahora en concreto debería tranquilizar a un chavalito que lo necesita ya que conozco no solo su trayectoria sino su genética además de determinados arquetipos pero su madre es convencional y no es mi hija. Más bien reprocha todo lo que digo de modo que por mucha pena que me de callaré....pero acabaré escribiéndoselo para intentar que llegue a través del tiempo....cuando su progenitora se sienta desbordada y deje de verlo como su muñeco.
ResponderEliminarSeguro que hay métodos de aproximación para inocularle lo saludable, Emejota, seguro que los buscas y los encuentras.
EliminarPor cierto el chavalín tiene un genio y una sensibilidad superlativos y además le aterroriza hacerse mayor. Sangre rebelde envuelta en enorme belleza y simpatía. Animalico!!!
ResponderEliminarHombre, esas características de genio, sensibilidad y espantarse por hacerse mayor me recuerdan a uno que yo me sé (me supe)
EliminarPara gran parte de la población no son niños, son reemplazos. Eso explica el procustiano afán de embutirlos fatídicamente en el molde.
ResponderEliminarMe gusta la expresión, sí señor, en lugar del término "generaciones" empezaré a mencionar lo de reemplazos. Muy cierto, Loam.
EliminarGenial ese término, si señor. Lo combinaré con el adjetivo circunstancial!
ResponderEliminarRenovemos el lenguaje, modifiquemos los conceptos o, al menos no encubramos y desvirtuemos a estos, cuando merecen la pena.
EliminarInteresante planteamiento sobre un tema que en no pocas ocasiones todos hemos comentado o planteado. Tomo nota.
ResponderEliminarUn cordial saludo y felices fiestas que ya están cerca.
Los temas de la vida tienen vértices, aristas y superficies cóncavas y convexas, entre otras. Quiero decir que se puede ver de muchas maneras las cosas. Deberíamos meditar más sobre la manipulación del niño por parte de los entes de gobierno y personas adultas. No era más que una opinión crítica, ¿o era ya bastante? Gracias por comentar, Canela.
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