Un caballo azul que creía perdido para siempre aparece a mi lado. Agacha la cabeza para que le acaricie la crin. Ni bufa ni se agita. Cuando extiendo la mano me despierto. Observo en ese momento que mis dedos tiemblan.
ARTE64 ¡El ataque no espera!
Hace 2 horas
Re-linchaba?
ResponderEliminarNi bufaba ni se agitaba, o quién sabe.
EliminarTemblaban... tal vez estremecidos en la memoria del tacto.
ResponderEliminarNo vas descaminado.
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