En las tardes aburridas y lentas suele acudir junto al río. Entre el asfalto y los ribazos se abre un camino de tierra por donde se desplazan filas de hormigas. Un ágora de actividad y mimetismo. Aquella imagen innumerable, que no es sino un ejemplo de procreación principalmente, es calificada inmediatamente por la mentalidad humana como una muestra de laboriosidad y constancia e incluso de eternidad. Aunque la fila de los insectos se deshaga vuelve a formarse y a encontrar su dirección. Se pisoteen o se dispersen las hormigas, éstas parece que se reencarnasen de manera multiplicada. Sabe que este caso, como las vidas y comportamientos de otros animales, suele ser usado como metáfora. Hay fábulas, por ejemplo, utilizadas con intenciones de moralizar y hay tebeos también donde se encarnan de manera divertida e irónica con voluntad humana. Piensa en el poder de la metáfora como uso del lenguaje aplicado al cambio interior. Al fin y al cabo, metáfora y metamorfosis no difieren tanto. Hay mucho de disfraz en ambos conceptos. Un juego de figuraciones.
(Se puede decir que Walden vive entre una y otra)
(Fotografía de René Groebli)
No, metàfora i metamorfosi són molt relacionades. Per això Kafka escrivia com escrivia.
ResponderEliminarCiertamente, Helena, él las fusionó intensamente.
ResponderEliminarMetáforas, figuraciones, figuras...vida.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues sí, más o menos suele ser eso, si bien vida con recovecos. Saludo.
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