Ay, niña revoltosa. ¿Por qué dices que al contemplarte en el arroyo has visto reflejado en él mi rostro? Advertida quedas: No es en las aguas quietas donde estaré yo, si acaso búscame en las turbulentas. ¿O tal vez es por esa misma razón por la que no esperabas encontrar tu imagen en el remanso apacible?
Ya ves, Safo, a dónde conduce el juego de imágenes perturbadoras en los espejos. Y ella no cesa.
(Pintura de Mijail Vrubel)
Mientras exista energía persistirá el juego de la vida. Otra cuestión será el denominativo que cada quien le otorgue.
ResponderEliminarJuego/Energía, ¿una ecuación o solamente adecuación?
EliminarLos límites personales se reflejan en las aguas del estanque, éstas son el espejo del vuelo de los estorninos. Estos pájaros trazan círculos en el cielo, parecen un reflejo de las ondas del agua.
ResponderEliminarEn el lago se reflejan también nuestros rostros. Nuestro rostro parece el de un Narciso viejo y ocioso. Un perfil de doble línea que delimita la imagen en movimiento sobre el agua.
Cuanto más contemplo mi rostro en el agua, más difuminada me parece la ondulación del líquido y más admiro mi semblante. La autocontemplación me oculta el lago y los juncos.
Más allá del perfil se extienden las aguas en ondas suaves, casi imperceptibles. La imagen de mi rostro se perfila sólo en la pequeña extensión que las aguas le otorgan.
Mi perfil depende del agujero que las aguas me dejan, he aquí la frontera de mi intimidad.
Vivimos en el agujero que los otros nos dejan, también aquí hay fronteras.
Salud
Francesc Cornadó
Tus lecturas, interpretaciones. siempre enriquecen, Francesc. A veces las miradas en el espejo nos descubren sorpresas, no todo mirarse es anhelar una contemplación que sublima, oh, pobres de nosotros si solo fuera eso. Pero a veces vemos el pasado, vemos lo que no hemos sido, vemos lo horrible de lo que somos en nuestro interior (cada cual sabe) Pero a veces nos cruzamos con otros mortales que nos recuerdan a nosotros y ese hecho nos quita complejos y nos asombra. Salud.
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