Es una tontería decir que son los olvidados de Dios. Se lleva mucho ese tipo de expresiones frívolas. Mientras se dicen cosas así no se dicen las verdades, las bárbaras y terribles crueldades, vaya, que diría el poeta. Por ejemplo, que los enfermos africanos de ébola desearían morir como ciertos perros hispanos. Y que parte del género humano de allí está un punto por debajo de los perros. Decir que, no obstante, su dignidad no la pierden estos desahuciados es otra alegría propia de teólogos y sofistas. Miren. Si no hay vida, ni esperanza de tenerla en condiciones, ¿de qué dignidad hablan? Ellos mueren por un virus que se nutre de la miseria y el subdesarrollo, y acaso de oscuras intenciones de los poderosos de la tierra. Mientras, en España, el virus de la inmoralidad y de la hipocresía nos corroe las entrañas, amigos tuiteros.
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Verdades grandes como las mentiras que se dicen para ocultarlas...
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Tal como dices, Neo. Hay que ponerse a salvo.
EliminarDesconozco aún porqué actuamos de esta manera los unos contra los otros.
ResponderEliminarLos etólogos han descrito ya lo suyo sobre los comportamientos de los primates de nuestra civilización, no tan alejada de nuestros primeros balbuceos. Sí, esa cultura de que para que unos vivan otros tengan que morir es tan frágil como violenta. ¿Estaremos tocando el fondo? Salut i bona nit.
EliminarCuanta profundidad y certeza cargan sus palabras. Buena entrada y con mucha razon! Buen dia!
ResponderEliminarEs áspero lo que digo pero más ásperas son las circunstancias de otra gente, los verdaderos olvidados de los hombres. Gracias, bien estar, Jackie.
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