"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez
viernes, 9 de mayo de 2014
Imaginario, 29.
Contemplo absorto un árbol de la vida, sorprendido por cómo el ramaje de piedra esparce sus frutos. Bufones y profetas vienen a mi encuentro, me extienden una mano y con la otra sujetan serpientes.
Nada complicado para un encantador de serpientes, también fruto granado de ese árbol de la vida. ¿Reminiscencias del Génesis? ¿Tentaciones peligrosas quizás, inasumibles? Aunque es curioso que las serpientes vayan en este caso del brazo de los profetas cuya misión es exorcizarlas, y sean los que invitan en lugar de las serpientes mismas. Creo que una intuición muy certera.
Pensamos que los profetas han permanecido fieles a su rol, pero vivían traicionando hasta sus propios impulsos. Además el título se lo han otorgado los escribientes que han llegado después, guiados por las manos de los todopoderosos...clanes. Siempre me cautivaron ciertas síntesis (siempre reduccionistas y encauzadoras de conciencias) con la forma del árbol. Ahora habría que rehacer las formas y acaso actualizar el fondo, con lo que la naturaleza observada nos va enseñando.
La solemne, silenciosa luna. reverbera la armonía viva en mis brazos y piernas. Los pájaros y los animales se regocijan y juegan, Y cada cual busca su pareja para deleitarse en su más secreto gozo.
Furiosos y terribles se divierten y encolerizan al mar inferior. El mar levanta su cabeza desgreñada, y perdido entre infinitas alas susurrantes, desaparece con un grito. El evanescente grito siempre está muriendo, y la voz viva, siempre está viviendo en su más secreto gozo.
"Yo he elegido ser un poeta troyano. Pertenezco decididamente a la facción de los perdedores: los perdedores, privados del derecho a dejar huella de su derrota, privados hasta del derecho a proclamarla. Ahora bien, acepto la derrota, no la rendición". Poeta palestino Mahmud Darwish.
EL PASEANTE VALLISOLETANO
DIÁLOGO DE MÁSCARAS DEL REINO DE OKU EN EL MUSEO AFRICANO DEL PALACIO DE SANTA CRUZ
TÚ, LA EVANESCENTE
El alma condenada. De Bernini a Bartolozzi
CHITÓN
El mar de Aral
LA SILLA DE K
TAKLAMAKÁN
DICHOS Y CONTRADICHOS
LA DAME AU CHIEN
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA
"-¡Ay! -respondió Sancho llorando-. No se muera vuesa merced, señor mío, sino tome mi consejo, y viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía."
Muy nietzscheano.
ResponderEliminarResultaría muy difícil sobrevivir en estos tiempos sin esa inyección fustigadora de Friedrich, sí. Un abrazo, Loam.
EliminarNada complicado para un encantador de serpientes, también fruto granado de ese árbol de la vida.
ResponderEliminar¿Reminiscencias del Génesis? ¿Tentaciones peligrosas quizás, inasumibles? Aunque es curioso que las serpientes vayan en este caso del brazo de los profetas cuya misión es exorcizarlas, y sean los que invitan en lugar de las serpientes mismas. Creo que una intuición muy certera.
Pensamos que los profetas han permanecido fieles a su rol, pero vivían traicionando hasta sus propios impulsos. Además el título se lo han otorgado los escribientes que han llegado después, guiados por las manos de los todopoderosos...clanes. Siempre me cautivaron ciertas síntesis (siempre reduccionistas y encauzadoras de conciencias) con la forma del árbol. Ahora habría que rehacer las formas y acaso actualizar el fondo, con lo que la naturaleza observada nos va enseñando.
Eliminarentonces, estás a punto de pecar, (ojo la manzana)
ResponderEliminarsalut
Pequé hace tanto y tan intensamente...que probablemente ya estoy purificado, jej.
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ResponderEliminarLa solemne, silenciosa luna.
reverbera la armonía viva en mis brazos y piernas.
Los pájaros y los animales se regocijan y juegan,
Y cada cual busca su pareja para deleitarse en su más secreto gozo.
Furiosos y terribles se divierten y encolerizan al mar inferior.
El mar levanta su cabeza desgreñada,
y perdido entre infinitas alas susurrantes, desaparece con un grito.
El evanescente grito siempre está muriendo,
y la voz viva, siempre está viviendo en su más secreto gozo.
William Blake