Nada más leer el titular noticiable (vendendor de noticias) pero exagerado (desfiguración o desajuste con lo profundo real) de El País (Suárez: forjador de la democracia) de hoy me viene a las mientes el poema de Bertold Brecht. Aquél que cuestiona de modo tan preciso, por medio de preguntas aparentemente ingenuas pero directas, la visión maniquea de la historia. Sí, aquel poema Preguntas de un obrero ante un libro. Y embutir entre el verso ¿Quién cocina los banquetes de la victoria? y el siguiente ¿Quién paga sus gastos? uno nuevo a la española que diga ¿Sólo él forjó la democracia?
Me gustaría leer los próximos días algunos análisis y valoraciones libres e independientes sobre la muerte de un célebre agente político de la clase política (y oligárquica, no olvidar al servicio de quién estuvo) Que varios días antes de su muerte se estuviera hinchando el globo informativo, digamos, y en principio incentivados por la familia, ya es sospechoso. Los que vamos siendo viejos y hemos conocido múltiples tonos de artes y ardides de la llamada manipulación de masas solemos pensar mal por sistema. Qué mala pata. Ahora vendrá la parafernalia del duelo, los funerales, la vindicación unitaria del papel de aquel gobernante que fue. ¿Gratitud inocente nada más? Lo curioso es que los mismos -o sus descendientes de partido- que se lo cargaron del gobierno del país no harán regateos ahora en hablar exageradamente bien del hombre muerto.
Puede que la familia tenga una herida profunda por cómo le trataron los propios, o los próximos a los propios. Puede que pretendan saciar su sed de reconocimiento al jefe muerto con todas las pompas mediáticas, simbólicas y de espectáculo exterior (hasta le espera una sepultura en el claustro de la catedral de Ávila) Pero, ¿no da la impresión que hay algo más? ¿Que en un momento de convulsiones latentes en el país, y no solo por el tema Cataluña, y sí acaso más por tanta indignación que cubre toda la geografía, pretendan con formas engañosas recuperar los poderes fácticos y su gobierno una inciativa y un protagonismo informativos? Huele a versión interesada y parcial una vez más sobre la Transición, a confirmación (vía honras fúnebres a quien asesinaron políticamente los suyos hace muchas décadas) del papel relativo del líder muerto, a canto demagógico de una inquebrantable armonía entre clases sociales, a exaltación y revitalización de la Monarquía, a ocultación de los movimientos de protesta, a pretendido olvido de la corrupción, el delito de arriba y la política contra la sociedad. Huele a poner parches. ¿Cuánto van a durar sus efectos? ¿Lo que duren las exequias?
Espero que haya historiadores, politólogos y analistas objetivos, librepensadores y no paniaguados, que nos describan hasta qué punto un solo personaje puede ser forjador o modificador decisivo en un acontecimiento histórico. Que hagan ver el papel de tirios y troyanos en procesos de cambio histórico, que revelen con precisión dónde estaba el búnker, donde los transformadores, dónde los oportunistas que se apuntan al carro. ¿Es pedir demasiado a quienes hacen profesión de la Historia?
Preguntas de un trabajador jubilado ante el libro de la siniestra (oscurecida, aviesa y malintencionada) interpretación de la realidad española.
(Fotografía de Leonard Freed, de Magnum Photos)
Mira Fackel sobre cuestiones como esta prefiero pasar de soslayo. Forma parte de la naturaleza de las cuestiones que más detesto y aunque me conste su realidad no me puedo acercar a ellas porque de otro modo ya hace tiempo que habría dejado de respirar. A través de la experiencia política que mi padre (1905-1980) me transmitió desde bien niña ya tuve bastante. Demasiado dolor y/o mi persona demasiado débil, pero aún viva. Besos.
ResponderEliminarEres muy tú para vivir de soslayo o como te plazca, no tengas cuidado. Probablemente cuando se han sufrido consecuencias dolorosas en la infancia pesan como una losa. Pero los acontecimientos están ahí, en pasado y en presente y condicionan lo que esté por venir. Me temo. Un abrazo.
EliminarMe encanta esta entrada. Yo andaba pensando parecido y no hubiese sabido plasmarlo igual. ¡Muchas gracias! ¡Abrazos y sonrisas!
ResponderEliminarEntiendo que todo es relativo y son apuntes de reflexión al viento del día. No puedo evitarlo, no soy ciego ni pétreo para no dejarme afectar por lo sucedido y por los maniqueísmos retorcidos que interpretan lo pasado con engaño y tratan de influir sobre el presente, relegando los problemas cotidianos del personal. Un abrazo.
EliminarLo has clavado.
ResponderEliminarCon el alzheimer ya era de uso libre para todos sus detractores, del rey para abajo. Y todavía les ha llegado para tapar informativamente a la democracia incluso su agonía planidficada.
Me quedo con el paralelismo de Isaac Rosa entre el símbolo Suárez y la democracia española que dicen que fundó: en ambos casos del franquismo a la desilusión del mantra mágico, hasta su misma amnesia...
Lo que es impecable y también cuidadosamente implacable es el artículo-relato de Isaac Rosa y el paralelismo de dos vidas, Suárez y la Transición española. Como dirían en los casinos, el juego sigue abierto y lo que se cerró una vez mal puede deparar sorpresas impredecibles.
EliminarPara quien no lo haya leído, recomendable:
http://www.eldiario.es/zonacritica/Transicion-muerto-cama_6_241185893.html
Aquí va la mía:
ResponderEliminarAmnesia
" Cuando las colas de espera para despedir al finado Suárez terminen de eclipsar las del INEM, seguro que se nos informará del Madrid abarrotado de democracia del 22-M. Exequias y loas programadas desde el principio como agonía, que no pretendieron nunca desmerecer la auténtica democracia en la calle y menos aún en nombre del padre que dicen que la fundó, y que cínicamente se lo engulló.
En efecto, emocionado homenaje del club de sus fieros detractores de antaño del rey para abajo, para escenificar una unidad política que el mismo día se deja fuera por descuido a cada vez más millones. Los que no cabían en Colón, junto al resto de los que no cabían de gozo. No se lo tomemos a mal. Simplemente les pudo la emoción ante semejante carambola del marketing político, que haría vibrar a cualquiera con una mínima sensibilidad oportunista. No olvidemos que ya llevaban haciendo uso consagrado del símbolo Suárez desde que todos nosotros compartimos su misma amnesia.
En cuanto a las Marchas de la Dignidad, lo bueno es que jamás podremos olvidarlas puesto que nunca existieron"
¿Como la verdad misma? ¿Como la dignidad misma? ¿Como la necesidad misma? Tu texto da en el punto y me pone algo triste, no me preguntes por qué. Siempre me aterró ese afán de espectadores no comprometidos con nada que tienen muchos ciudadanos...Durante toda mi vida he visto a los mismos paisanos de mi ciudad acudir en masa a: 1) Desfiles militares 2) Juegos florales 3)Partidos de fútbol 4) Procesiones de Semana Santa o de cualquier clase 5)Recogida de patatas gratis cuando regalaban los dela COAG, etc. ¿A manifestaciones cívicas? Minorías siempre, que eso compromete, caray.
EliminarPero viéndolo desde otra óptica, este montaje que desacredita a los montadores (que ya estaba organizado desde hace tiempo) pasará. El tema es que van a venir otros asuntos después, por ejemplo, y sospecho que dentro del año, a una exaltación de los Príncipes y de su "compromiso democrático", a una abdicación del Rey y a un relevo, lo cual exige limpiar imágenes cuanto antes. ¿La dignidad? Seguirá en el cubo de la basura por bastante tiempo, porque ya no habrá dignidad. Si es que los ciudadanos quieren ser indignos, naturalmente, porque en ese asunto también hay que elegir, aunque tengamos derecho a ella.
Una biografía a tener en cuenta, por encima de peloteos, amiguismos o "enemiguismos". Aquí dejo enlace a una entrevista a Gregorio Morán, jotdown.es/2013/12/gregorio-moran-los-padres-de-la-transicion-eran-absolutamente-impresentables/ … Un saludo.
ResponderEliminarMe lo apunto y lo devoro, Morán es uno de mis apreciados desde hace años. Gracias por aparecer de nuevo por aquí, Sala.
EliminarMe ha gustado mucho el poema de Bertold Brecht sobre como se cimentan las grandes obras. Y en el artículo de zona crítica me ha acongojado el cemento que forjo la transición, los que quedaron en las cunetas y aún no han sido rescatados. Tanto homenaje para unos y tanto desprecio para otros es la más dolorosa de las vergüenzas que arrastramos, como pueblo, por no exigir justicia.
ResponderEliminarLa indignidad de los políticos actuales probablemente se asentó cuando decidimos empezar una democracia sin memoria. Supongo que con la esperanza de un futuro más próspero dejamos en el olvido a las victimas del pasado bárbaro que no era agradable traer al presente.
Gracias por sacar a la luz la historia que no trasciende y que es mucho más importante que toda la incoherencia que estamos aguantando estos días. Un abrazo.
Y todo lo que conlleva respecto a reconocimientos de lo que aconteció. Mientras no se cuente y se divulgue para uso de nuevas generaciones cómo y por qué sucedió aquello los españoles viviremos sin conocer la verdad/verdades. Me temo que con la Transición seguimos el mismo camino. Hay una versión genérica, formal, que conviene mantener para no ahondar en los problemas pendientes y menos para afrontar los actuales. Mucho maniqueísmo. Lo hemos visto estos días. Un abrazo.
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