No sé quién dijo que la ciudad es una vena abierta. ¿Sólo una vena? Hoy la veo desbocada. ¿Mañana desangrada? El flujo de gentes, a pie o a caballo, es incesante. Yo diría que hoy la ciudad es un océano donde lo proceloso reside en la llamada del comercio. ¿Llaman los objetos o la gente se desvive para delegar en un regalo aquello de lo que carece y debiera ser más duradero? Qué hay de convicción sincera en lo que se da a otro o qué de convención ritual lo sabrá cada cual. ¿Regalo a cambio de nada? ¿Te doy pero tú me das? De ahora en adelante, ¿vas a ser bueno, condescendiente, cumplidor, cariñoso, fiel...etcétera? ¿Ni se compra ni se vende el cariño verdadero, suponiendo que lo haya? La gloriosa tradición. Todos felices por la posesión del objeto hacia la divinidad. Todos unidos por la única religión del amor, si tienes con qué pagar el sacramento de la visa. ¿Becerro de oro? La imagen del profeta bajando de la montaña donde le fue revelado el código de conducta de las relaciones comerciales entre humanos sujeta con una mano un smartphone de última generación y con la otra un mac. Curiosamente, lo único que se echa en falta es la conciencia, ese algo anterior a los códigos impuestos. Ese oscuro proceder que no debiera entender de precio, de cambio, de cesión. Maleable y maniquea también se fabrica y se vende personalizada. Y al mejor postor.
(Fotografía de Willy Ronis)
Hoy no comparto tu pesimismo, esa conciencia maleable y vendida al mejor postor; la conciencia es individual e intrasferible y nadie está capacitado para teñir de sombras la forma de sentir o de pensar del otro. es una noche para evocar, a mí me recuerda a mis hijas niñas, preparando la venida de los reyes; a mis padres, pletóricos y vitalistas, llenando mis brazos de libros... Sólo por eso, esta noche para mí está llena de sugerencias. Aunque estemos en el tiempo de leer a Pedro Páramo. Feliz noche.
ResponderEliminarPues yo sí que comparto tu evocación, en mi fuero interno practico la memoria, naturalmente, y también evoco, e incluso me tienta invocar. En ese sentido mi memoria es de gratitud por el favor de los padres, por el que yo mismo he tenido, por la ilusión más ilusa. ¿Por qué no evocar? Naturalmente que la conciencia es libre, personal...no sé hasta qué punto es intransferible, por lo que voy viendo. Lejos de mi intención teñir de sombras ni limitar las percepciones del prójimo.Tal vez me dejo llevar en mi ofuscación por la onerosa dictadura de los objetos, del mercado, del excesivo estrés y porque alguien tiene que hacer de abogado del diablo, si no del diablo mismo. Sugerencias de esta noche, cuantas quieras, pero...pertenecientes a un tiempo que no volverá. Y más humilde y sencillo, sin duda, donde todo se valoraba más. Debe ser por esa razón y por una madre que sabía reconducirme hacia donde su ilusión quería por lo que me costó desapegarme de la creencia de los Reyes, aun sabiendo que eran lo que resultaron ser. Feliz noche, por supuesto.
EliminarEso que vemos es la vida o fuerza que llevamos dentro deseando que todo vuelva a ser como antes, que no pasa nada, que es un mal sueño….
ResponderEliminarmira que somos ingenuos.
Tula
Mientras seamos dulcemente ingenuos...y los sueños frustrados no nos vuelvan agresivos...me conformo. Salud para 2014, Tula, se te echaba en falta.
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