Allá, al fondo, reflejo de la diosa, asombrada vigilante de su diario nacimiento, imprudente curiosa sobre su acontecer, sombra de la agonía con que se cierra la visión de los transeúntes, conspicua percepción de quienes intentan saber, trasunto de la venus aún no nacida, deseable modelo que nunca salió antes de las manos del adorador de la piedra, emergente proyección de un culto secreto, discreta oferente de miradas ávidas, silueta evanescente que aparece y se evade de las solicitudes impropias, perturbación de los acólitos del canon, aroma de espliego para alivio del que asciende por las laderas de los sentidos, rescoldo de hogares ancestrales donde los ojos interrogaban al destino, insinuante forma cuyos rasgos se alteran a cada movimiento, tentación del demiurgo insatisfecho que labra una y otra vez rostros y cuerpos sin hallar respuestas, presencia intangible que enerva mi deseo, la tierra de las estatuas danza en torno tuyo, ellas suben y bajan de sus peanas para imitar de ti el alma que falta en sus volúmenes, ellas adquieren las formas angulosas que les sugieres, ellas se retuercen y enderezan para eternizarse como copia, ellas tratan de acercarse a tu aura para robarte calor, allá, al fondo, tú espacias el territorio del buscador insaciable de la belleza, concedes esperanza al sediento, motivas al que no renuncia, después de ti muere la búsqueda, si no doy contigo no sabré ya más del amor
(Fotografía de Eve Arnold)
Esta última frase me ha transportado a unos versos de Sílvio Rodríguez: "me quito el rostro y lo doblo encima del pantalón, si no he de decir tu nombre, si ajeno se esconde, no quiero expresión"...
ResponderEliminarSilvio...me trae recuerdos del pasado, él y Milanés llenaron de una música estimulante un tiempo de mi vida. Eso, pasado. Aunque de vez en cuando me da el pronto y pongo su Sueño con serpientes...
Eliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=InH-iUD_7e8
Y vuelvo a conmoverme.
"...concedes esperanza al sediento, motivas al que no renuncia..." me gustó mucho esa frase. Saludos
ResponderEliminarBienvenida, Sofía, se agradece el comentario. Para cuanto gustes. Saludo-
EliminarLos dioses, los de verdad, son inclementes, como corresponde y son capaces de amontonar nubes y lanzar rayos contra los mortales, a nosotros sólo nos cabe la posibilidad de representarlos petrificados, convertir su mala leche en estatuas de mármol. Y algún inocentón aún cree que existe alguna posibilidad de alianza eterna. Ja, ja, como me río, y además creen que en nombre de un dios de chichinabo pueden armar un eterno zipizape.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Los dioses siempre fueron frágiles. Hijos de la literatura por una parte y del espíritu inocente y después incauto de los mortales, han sobrevivido en el imaginario colectivo, bajo formas múltiples o monotemáticas. Pero son tan débiles tan débiles...basta comprobar su ausencia. Ni siquiera cuando los corifeos del buen vivir del cuento los invocan para camelar a los tontos saben decir algo. Los dioses siempre estuvieron MUDOS y bien mudos.
EliminarMiserias.
Salud y paso a los niños: a ver si el mundo del futuro próximo lo salvan.