En la vorágine de acontecimientos internacionales al uso, se me había pasado uno de especial relevancia. Y sobre todo, significado. Y que pudo resultar más grave. El pasado 14 de agosto la Biblioteca de Alejandría sufrió un intento de asalto armado, y uno no sabe si a cargo de fundamentalistas islámicos, de rabiosos seguidores del depuesto Morsi o de los que pescan en aguas turbulentas con ánimo de saqueo y de introducir más elementos de confusión. O si todos participaban de la misma hornada. Cuando me entero de estas noticias pienso en las barbaries de los talibanes en Afganistán, pero también en las de la revolución cultural china. Por supuesto, si el eco de la destrucción de la Biblioteca antigua ha perdurado durante siglos no es para que se repita la mala historia. No sirve de nada decir que elementos descontrolados han estado a punto de provocar un desastre. Precisamente son los descontrolados los que siempre causan las barbaridades sin remedio. Como también hay manos negras, personajes siniestros que controlan todo incluso a los descontrolados, con el objetivo desafortunado de causar un mal superior. Tal vez la tentativa de asalto ha estado lejos de ser una desgracia, acaso son proyecciones del gobierno militar para enfangar más a los de la Cofradía. Pero el aviso está dado. Los bienes culturales difícilmente sobreviven a las revueltas y los saqueos. Recordemos cómo los ejércitos de la supuesta potencia cultural llamada Estados Unidos de América apenas evitaron -ignoro si porque no pudieron, que ya estaría mal que no hicieran lo posible, o porque no quisieron, lo cual ya sería de un abyecto total- los robos de museos de Bagdad y otras ciudades cuando invadieron el país. Larga vida a la nueva Biblioteca Alejandrina, que ya lleva cumplidos once años desde su apertura. Y esta vez, sí, tiene que durar una eternidad.
http://www.bibalex.org/Home/Default_EN.aspx
¿Si destruyen vidas cómo no se va a destruir el testimonio cultural de esas vidas? nada se salva en una guerra, ni siquiera la inocencia.
ResponderEliminarAsí es, Fedora. Y prepárate que la siguiente está al caer. Es desmoralizador.
EliminarLos violentos y los descerebrados odian la cultura. Los primeros porque es una fuerza muy poderosa contra sus argumentos bélicos y los segundos porque nunca pudieron acceder a ella por falta de capacidad.
ResponderEliminarLa Biblioteca de Alejandría es mucho más que una biblioteca, es un símbolo de lo mejor del ser humano, la cultura y el saber en favor de la humanidad.
Saludos.
Tal vez descerebrados y violentos son lo mismo, una confluencia peligrosa en la historia de la humanidad. Lo preocupante es la mano que mece la cuna, en el sentido más siniestro lo digo, claro.
EliminarAsí como dices, si la Biblioteca se ataca se ataca algo más proyectado, sería terrible.
Los intentos de destrucción de estos signos culturales también provocan que, de modo espontáneo, surjan personas que defiendan incluso con sus vidas eso que estiman su patrimonio, más allá del Estado. Eso es hermoso - y lo digo por alegrar la sensación que provoca esta barbarie que no cesa. Hablas de descerebrados y, la verdad, yo no me atrevo a decir nada a estas hordas. Su violencia salvaje y como de desierto parece que llego a comprenderla en la cadena de sangre, injusticias... Más bien siento que estas barbaries nos descerebran a todos, nos colocan en un espacio sin suelo, en un hartazgo amargo.
ResponderEliminarLuis, qué grato saber de ti nuevamente. Mi opinión al respecto. Naturalmente que hay personas que tratan de defender señas de identidad colectivas, más allá de ideologías, preservando los bienes culturales. Las actitudes descerebradas existen y aunque pueda comprender las razones y los siglos e humillaciones, ¿es que acaso no son de alguna manera manipuladas por alguien o en último caso por su ignorancia o acaso avaricia porque puede que asalten para un saqueo y vender obras. En este caso extremo también la conducta es extrema, y la ignorancia productora de maldad lo es siempre. Puesto que los bienes patrimoniales de un país no son del Estado sino de la sociedad. Entender la violencia causada por una cadena de injusticias y opresión no significa nunca aceptarla como correcta. El mal causado se añadiría a la cadena colectiva de destrucción, ¿no? Lo que si te entiendo perfectamente y te doy la razón es que es fácil mantener posturas "culturalistas" y "proteccionistas" como las nuestras viviendo en una sociedad menos sometida a las presiones y tensiones extremas de otros (hasta ahora) Pero aún y todo, yo no aceptaría un asalto de las hordas justificándolo en mi coco como "pobrecitos, hasta qué punto habéis llegado impulsados por vuestros infortunios seculares", etc. que igual ni eso, igual es el fanatismo religioso que cada cual ha permitido arraigar.
EliminarEs verdad que las barbaries nos descerebran a todos, pero algún margen de racionalidad debemos sacar en esta situaciones, ¿no?
Un abrazo.
Vale. No es mi intención justificar nada en virtud de ofensas seculares. Mi visión es un poco más "mecanicista" - y por ello falsa - al intentar comprender la barbarie e imaginarme a mi mismo, después de una humillación, quemando el museo del Prado. El deseo de lo nuevo, del rayo de luz que permita crear una nueva cotidianidad no alienada, puede conducir a esa locura de destrucción. No justifico, solo imagino o especulo sobre la situación concreta de un individuo. Y, desde luego, seguramente ese individuo destructor sería mal bicho en la vida civil seguramente.
EliminarTodos hemos imaginado situaciones irracionales ante determinados accesos de fantasía, de rabia o de deseo...Todo depende cómo enfoquemos las cuestiones. ¿No hay ocasiones en que nos batiríamos más por un monumento, por ejemplo, que por determinadas personas a las que consideramos fanáticas, delincuentes o simplemente repugnantes? Como si dijéramos: no toda la vida humana vale lo mismo y ciertas vidas humanas, poco solidarias y sí muy destructivas, no están por encima de bienes colectivos. Complejos debates. La vida si toma un cariz violento nos posiciona a todos: o estamos con unos o estamos con otros llegado el caso. Hay quien sabe nadar y guardar la ropa, pero no siempre resulta ante una situación de extrema tensión en una sociedad. Como ves, puestos a fantasear sobre la débil frontera entre el bien y el mal, o la dudosa ubicación de esos conceptos cuando la barbarie acecha, todos nos escalofriamos y ojalá sea cosa de imaginación y devaneo.
EliminarUn abrazo.
La realidad es un consenso social, una interpretación de este mundo de energía, mi pregunta yendo a capas profundas de la cebolla es: ¿creamos nuestra realidad o nos viene dada a priori?, si la respuesta es que la creamos, ...¿que estamos haciendo? ó ¿cual es nuestra responsabilidad ante ello?...
ResponderEliminarun abrazo sufriendo el lado oscuro.
Hombre, yo supongo que la realidad es algo objetivo, en parte viene dada, en parte aportamos nuestra dosis, en parte la sufrimos, en parte nos aporta, etc. Como tal la interpretamos, en función de nuestra ubicación cultural (de recursos, de estabilidad, de seguridad, de convivencia, de marco geográfico...) Cómo la asumamos subjetivamente es discutible. Nunca la hacemos con total conciencia o participación voluntarista, ¿no? ¿Qué parte de nuestra participación consciente y correctora hay? No sabría decirte. Vivimos por inercia, mayormente, sospecho.Por lo oque nos viene dado, donde nos hacen nacer y vivir...
EliminarSalud cordial.
la cuna de la civilización se parece mucho al estado de civilización ¿no crees Fackel?
ResponderEliminarsaludos para vos
Ay, que no te capto del todo el sentido (o capto más de uno y no sé a cuál te refieres)
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