Posiblemente la secuencia del principio de la película Sed de mal sea una de las mejores que
existan en la historia del cine. Para mí no hay duda. En unos breves minutos casi se expone la esencia
del tema. Ritmo de expresión cuya vertiginosidad
no resta sino que suma. Acompañamiento musical integrado cargado de seducción (el espectador
que entra tarde se pierde la película) y que te introduce en ella con su potente instinto
musical. Movimiento de los personajes y por lo tanto de la cámara que te sujeta
a la acción como si la tuvieras pegada a la piel. Y ese guión que ya se perfila bien trenzado y que se inicia con tal
fuerza que deja despavorido al espectador.
¿La trama? Una muy actual que el cine estadounidense ha
tratado miles de veces pero que siempre nos parecía ajena: la corrupción. Recomendada
a tirios y troyanos, clérigos y laicos, ejecutivos y ejecutados, militantes de partidos e
independientes, espíritus abstractos y delincuentes organizados, almas cándidas
y hombres masa. Corrupción a secas, no. Corrupción y poder. Corrupción y
fuerzas de policía. Corrupción y odio. Corrupción y desprecio. Corrupción y tensión entre morales. Conducta infame del poder y el dinero y la humilde moral de los que suplican justicia. Francamente, hay
magistrales realizadores del cine que no
tendrían que morirse nunca. Uno de ellos, Orson Welles. Quedan invitados los
del partido gobernante de España a verla -y por extensión a toda la sociedad española- por si les/nos hace reflexionar. Y reaccionar. Y efectuar una catarsis. Al fin y al cabo, Sed de mal solo es un botón de muestra del que no se libra sociedad alguna.
Secuencia del comienzo adjunta:
Es de 10.
ResponderEliminarYa en esa época la mierda flotaba en todas partes y mucho antes, y, y , y ...
un abrazo nómada estepario.
Tula
la cuestión es, de qué lado estar
ResponderEliminar.
bien por ti
saludos
Claro, Tula, podríamos hacer la lista de buenas películas que tratan uno de los temas recurrentes de la historia del cine: la corrupción y el abuso de poder. Un abrazo mesetario.
ResponderEliminarOmar: las elecciones morales residen en eso. Y tener claro qué bando elegir. Saludo.
ResponderEliminarDesde luego esos crápulas no son morales, ni inmorales..más bien amorales.
ResponderEliminarcreo que la Luna sube.
un abrazo desde las nieves.
Tula
No tienes más que ver, Tula, cómo están respondiendo en el Congreso de los Diputados. Es "impertinente y ruin", dice cierto ministro, preguntarles. Hombre, es el colmo. Ya sabía uno que la mierda llama a la mierda, pero esperaba cierto resquicio ético que ya veo que no tienen. Cabe esperar lo peor de esa gente.
ResponderEliminarDa gusto volver por aquí y ver que la esencia de tus textos sigue exactamente igual. Más reivindicativa que nunca, por desgracia por los tiempos que corren... pero igual de expresiva.
ResponderEliminarSaludos.
Bienvenida de nuevo, Inner, cuánto tiempo. No sé si el hecho de que la esencia de mis textos siga igual es mejor o peor. Debe ser que las cosas no han variado demasiado. Uno no sabe ya sino mantenerse en la expresión de la indignación, porque todo lo que está sucediendo pasa de castaño oscuro. Mientras no haya regeneración ética no hay mucho que hacer. Pero acaso es pedir peras al olmo.
ResponderEliminarPor aquí anda uno. Saludos.
Amén, Fackel. Amén a todo.
ResponderEliminarVaya, Enric, se acepta el humor, viene de perlas.
ResponderEliminar