"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





viernes, 14 de septiembre de 2012

Cuando canten las musas




“Pastores rústicos, oprobiosos seres, solo estómagos, sabemos decir muchas mentiras semejantes a verdades, pero sabemos, cuando lo deseamos, cantar verdades”, dice Hesiodo que le dijeron las Musas olímpicas, ya se sabe, las hijas de Zeus, portador de la égida. Pero qué cercana me suena sin embargo la cita. Cuesta creer que no haya variado el tono con que se designaba a la humanidad. O acaso poco ha cambiado ésta sustancialmente que aún se merece la retahíla contundente de unas calificaciones que no van descaminadas.

No son triviales ni desacertados los aparentes insultos. ¿Qué nos dicen todavía? ¿Que no hemos evolucionado lo suficiente? (¿O que no respondemos consecuentes al avance que nos han proporcionado los medios?) ¿Que nos inclinamos más por la abyección que por la bondad? (¿Que pudiendo ser más justos y comprensivos permanecemos cautivos de la ira y de la tiranía?) ¿Que sacrificamos la inteligencia y el pensamiento humanos en aras de la satisfacción de un hedonismo cotidiano y ramplón que nos lleva a un callejón sin salida? (¿Qué el disfrute y la orientación que el desarrollo de la imaginación y de las ideas nos proporciona no los usamos para edificar una conducta más hermanada, un comportamiento menos agresivo y una creatividad más renovadora?)

La oportuna belleza de tales denuestos es una modernidad. Los clásicos -Hesiodo y su Teogonía lo son- se nos siguen presentando como fuente y referencia de lo sensato, de lo reflexivo, del eterno repensar y, por lo tanto, rehacer. Pero acaso el mérito de este literato de los mitos -siete u ocho siglos antes de nuestra era le contemplan- no consista solamente en hallar los términos y calificativos precisos, sino en captar el alma insuficiente y precaria de los humanos, que se mantiene en las mismas coordenadas a lo largo de los siglos.

Si las Musas, las hijas bien habladas del gran Zeus, sabían decir muchas mentiras como si fueran verdades, ¿qué intuimos? ¿Que es lo que ya se nos deparaba desde las lejanas y primitivas culturas? ¿Que íbamos a estar sometidos a no tener voz y si la teníamos era para reproducir la de nuestros amos? Y cuando afirman que si queremos podemos cantar verdades, ¿se están limitando al relato de los dioses? ¿No están afirmando que podemos ver con claridad las posibilidades de desarrollo en manos de los hombres? Por consiguiente, que tal vez el relato  -pasado y presente-  sobre la Humanidad basado en la patraña, es decir, en sus derivaciones de supersticiones, religiones e ideologías de relevo de última generación, ha tocado a su fin. Solo basta con que los hombres seamos conscientes de ello y actuar. Pero ¿queremos? Si ahondásemos en textos tan sabrosos como Prometeo encadenado (sea o no de Esquilo esta obra) encontraríamos pistas sobre la misma búsqueda de liberación. Dice Prometeo nada menos que a Hermes: “Mi desgracia, que lo sepas claramente, yo no la cambiaría por tu condición de siervo. Es mejor ser esclavo de esta roca que ser fiel mensajero del padre Zeus”. ¿Cantarán las Musas de otra manera?




*Hesiodo. “Teogonía. Trabajos y días”. Alianza Editorial, 2011.

17 comentarios:

  1. Interesantísimo. Un razonamiento muy a tener en cuenta sobre ese "podemos cantar las verdades". Esa cuestión "¿queremos?" implica aún mucho tiempo a transcurrir.
    ¿Cuántos siervos de Zeus se cambiarían por Prometeo encadenado y doliente a la roca? Cantarán las Musas, seguirán cantando; de otra manera..., puede que algunas desafinen intencionadamente.

    ResponderEliminar
  2. Fackel, es que hay cosas tan contundentes, que aun y siendo verdad, ni siquiera con buen ánimo tienes cuerpo para leer tantas verdades seguidas. Este verano pasado me dio por releer Madre coraje, y tuve que hacerlo poco a poco, como en episodios, porque de una tacada te juro que no pude, y eso que lo intenté una tarde.

    Oye, qué grande esto de glosar textos. Me he quedado leyendo absorbido, porque hay mucha verdad de la densa ahí, y también en tu glosa.

    ResponderEliminar
  3. Interesante pensamiento - como siempre - el que desarrollas sobre las musas y la capacidad de poder ver las realidades, ver que el tiempo de la patraña, las supersticiones y falsedades, ha tocado a su fin si los hombres queremos actuar.
    El problema sigue siendo el mismo: que los hombres seamos conscientes y nos decidamos a actuar, cosa que una exigua minoría hace, y cuando lo hace, es más bien guiado por pasiones que por el conocimiento de la verdad.
    Parece como si nos negásemos a conocerla, porque le tenemos miedo, o porque significa mucha responsabilidad; ese miedo a la libertad de Wilhelm Reich.
    Saludos, y un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Buenas preguntas, Mafalda. El mito es antiguo, sigue en vigor. Su simbolismo no debe ni opacar ni reducir los intentes prometeicos.

    ResponderEliminar
  5. Cierto, los grandes textos son también textos terribles. Textos donde hay que ir pausada y cuidadosamente para extraer jugo y asimilarlos. Con frecuencia me pasa que debo dejar reposar porque lo que contienen me hiere.

    Gracias, Ramón.

    ResponderEliminar
  6. Por cierto, Ramón, para mí siempre lo más duro de leer fueron los testimonios sobre la shoah. Tuve una época que me interesó, pero tras leer a Primo Levi y su "Si esto es un hombre" y demás, me vine abajo. La verdad si es dura es una condenada verdad.

    ResponderEliminar
  7. Carlos, das en la clave cuando dices: "Parece como si nos negásemos a conocerla, porque le tenemos miedo, o porque significa mucha responsabilidad; ese miedo a la libertad de Wilhelm Reich."

    Da miedo admitir la verdad, reconocernos en ella y ser consecuentes con la responsabilidad.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. No sé si por puro azar o actual necesidad, últimamente he advertido que varios blogs que frecuento tratan el tema de las musas. Algunos les reclaman, otros las clasifican, se ve que las muchachas siguen haciéndose desear a pesar del paso de los siglos.

    ResponderEliminar
  9. Más que un canto un grito unánime. Un clamor que desmonte el silencio que hasta hoy se arresta como un miedo inprescindible.
    Yo sola no puedo, ni tu, pero debemos insistir,la humanidad tiene arreglo, muchos la mejoraron antes, aunque otros se entronan en los empeños.
    Me ha producido una enormae alegría la dimisión de la Esperanza, porque con eso se inicia una esperanza nueva; no le deseo ningún mál y de ser cierto que es por salud, deseo que se recupere y viva en paz con los suyos,dinero no le faltará,estoy segura.
    El cinismo y la frialdad, así como las respuestas necias que han predominado en su legislatura merecen un libro entero para recriminarlas.

    Creo, no se si voy desencaminada, que más tiene que ver con Eurovegas que con otra cosa. Me da que se ha metido en un lío y que el mafioso le ha puesto una soga para que ella misma se ahorque .
    El tiempo lo aclarará, porque es el mejor abogado.

    Un abrazo amigo

    ResponderEliminar
  10. Neo, pues no sé cómo ven otros a las Musas, pero en este caso lo que me parecía contundente era la frasecita que inventa Hesiodo, poniéndola en boca de las susodichas. Tampoco sé si las Musas permanecen en nuestro entorno o las hemos espantado. A veces tengo la sensación de que quien acecha es Marte (no digo todo lo que parece, pero todo está muy confuso)

    ResponderEliminar
  11. Genetticca. En el caso de la citada señora presidenta del reino de Madrid yo no me creo lo de las razones personales así como así. Habrá habido razones de más calado, supongo que políticas, y algún órdago dentro de su casa partidista. Luego lo podrán disfrazar como quieran. Ese tipo de gente es muy ambicioso, ni el cáncer puede con ellos. Sí, yo también creo que lo del mafioso Adelsson y sus exigencias como si este país tuviera que ser también su cortijo han podido influir en el caos que están pariendo. Demasiado caos en este gobierno en tan poco tiempo, llevan camino de batir todos los records.

    ResponderEliminar
  12. Die Fackel,

    no sé qué ocurre, que no me deja postear. Comentarlo nada más la razón que tiene Hesíodo, pionero en pexpresar la conciencia de ficción literaria y, porqué no, ficción-realidad aplicada a los dicursos actuales a los que se nos tiene acostumbrados...
    ¿Qué diría hoy Hesiodo? ¿Seguiría yendo a pastorear al Helicón para recoger su cetro de autoridad para contar la verdad? ¿O aporrearía con él a las musas para que dejen de engañar con sus cantos disfrazados de verdad?

    Un abrazo...

    ResponderEliminar
  13. Devaneadora, no tengo idea de tus dificultades para postear, como dices. Pero veo que lo has logrado. Observa si más adelante sigue habiendo problemas.

    Tus preguntas sobre lo que haría -o escribiría- Hesiodo son difíciles de responder. Probablemente no variara sus comportamientos y criterios, salvando, eso sí, la adaptación técnica al medio, a las imágenes de este tiempo y a la vorágine. Seguro que a él su mundo le parecía también complejo. Hay muchos clásicos, relegados por estar más cerca de la verdad y de la ciencia, que dijeron cosas interesantísimas y de gran perspectiva. Y estos días, que ando revolviendo la genial "naturaleza de las cosas" de Lucrecio me doy cuenta de lo avanzados que eran. Degraciadamente, el triunfo de las religiones, sobre todo de la cristiana, ocultó la sabiduría moderna de aquellos indagadores. Y aunque luego presuman de haber recuperado la Antigüedad a través de monasterios y bibliotecas ocultas, nunca han reconocido como Iglesia Corporation Ltd. su ceguera y su ocultación.

    ¿Qué cree vd. que diría Hesiodo, por cierto, PPan? Soy receptivo a su opinión...arriesgada.

    Salud y fuerza.

    ResponderEliminar
  14. Hesíodo-clásico, como bien dice usía, perpetuó la materia, el contenido, la manera en que sus palabras nos afectan aún hoy. Siguiendo este razonamiento y teniendo en cuenta otra de sus obras, "Trabajos y días", cuyo eje central es, bajo mi lectura, la queja de una justicia mal repartida - ¡oh, sorpresa! tema actual donde los haya - podría pensar que Hesíodo hoy sería un currito de a pie harto de tanta mentira escupida desde lo más alto del Olimpo - divino, político o cualquier otra estratosfera socioeconómica. Un indignado del 15M, el 15S. Un doctorando sin beca. Una recién parida con el despido esperándola tras la baja por maternidad. Un becario-precario. Un número en las listas del paro. No sé, hay mil formas desdelas que podría expresarse este clásico actualmente. Sea como fuere, creo que su discurso seguiría estando de este lado de acá. Y, conociendo como conocemos al señor Hesíodo, eso ya es un triunfo nuestro en contra de las malditas musas sabelotodo.

    Desde el frívolo lado estético, quizá por las altas horas de la madrugada y Morfeo, Hipnos o Nix que traicionan, le diré que tiene narices la cosa lo mucho que han desmejorado estas musas... Ellas, tan danzarinas, tan coquetonas, y ahora comparadas/evolucionadas con/en la patrañuela corrupta que hoy se hace llamar 'orden y gorbierno'. ¡Ahí es ná! ¿Tendrá algo que ver la elocuente Calíope con esta verborrea política?

    Sa-luz, Die Fackel.
    PeterP.

    ResponderEliminar
  15. Apasionante "Trabajos y días", PPan. ¿Te parece poco tema el que señalas, nada menos el de la justicia mal repartida o dudosa o insuficiente...? De todos modos, si Hesiodo era un crítico antiteísta del momento (¿lo era?) me pregunto cómo tendría lugar todo el asunto del mito tradicional sobre la población, si el control social iba incorporado, si el destino pesaba demasiado, si los mitos eran asumidos por todos o por las castas incipientes o consolidadas, aunque no hay que considerar el mito una religión exactamente, ¿no? Bueno es que me surgen tantas preguntas al respecto que no creo que deba aquí extenderme.

    Sobre las Musas...¿no eres demasiado severas con ellas? Recuerda que la Memoria no sería posible sin su intercesión.

    Siempre Salud (y con guión y zeta)

    ResponderEliminar
  16. Primeramente decirle que no creo que los griegos fuesen conscientes ni de tales mitos ni de la religión ni de otros muchos vocablos modernos, tal y como los entendemos ahora, aplicados desde el hoy como si verdaderamente conociésemos mejor que ellos su realidad.
    ¿Antiteísta? Yo creo que no. Lo que llamamos ahora 'mito' lo supongo yo entonces como un mero relato que buscase dar cuenta o explicación a ciertos sucesos ininteligibles en la época... Por tanto, Hesiodo como lo que él mismo se proclama: autoridad para contar-cantar la verdad, teogonista, literato, autor en definitiva; poner por escrito 'la verdad/realidad'. Por otro lado, autoridad como potestad sobre algo... Creo que, conscientes o no, el control sobre los griegos se ejercía. Aunque sólo hago suposiciones mañaneras.

    Y por mi relación con las Musas no se preocupe, me gustan más de lo que, al parecer, dejan ver mis palabras. La Memoria me trae de cabeza (chiste fácil), sobre todo porque va de la mano de Cronos. Y siempre volvemos a lo mismo, como Sísifos-pollos sin cabeza.

    Atte,
    PeterP.

    ResponderEliminar
  17. Sospechaba, Pan, que las cosas iban por donde indicas. No obstante, me cuesta dudar de
    la conciencia de los griegos sobre los mitos, pero dándoles un sentido que no alcanzamos ahora a darle los occidentales. Todo en el origen, en Grecia o en India, fue en base a leyenda oral. Se trataba de aquilatar la experiencia de la vida -los trabajos, el tiempo, la naturaleza indomable, el asentamiento, el amor, la guerra, todo eso que la Humanidad iba experimentando- en un corpus de relato. Siempre me he preguntado: ¿en qué punto y momento nacerían? Porque de los mitos sabemos cuando ya circula la transmisión, cuando hay literatura y el arte lo expresa con todas sus representaciones, cuando ya ha alcanzado un nivel de sublimación y una incidencia formal. La riqueza de las mitologías es la riqueza de la conjunción de naturaleza y ser humano. Este crea teogonías como más adelante, por imperativos de otro concepto de sociedad y de desarrollo productivo, genera monoteísmos. Particularmente, me descubro ante el animismo africano como forma elemental y vinculante, pero también tendría que desublimarlo. Los mitos griegos tienen una largo mano y, aunque hoy, el mito prácticamente no existe, hay ligeros ecos. Supongo que conocerás la obra de Campbell; él lo explica bastante bien.

    Uf, tema extenso y hermosísimo. Gracias por esas precisiones.

    ResponderEliminar