"Yo he elegido ser un poeta troyano. Pertenezco decididamente a la facción de los perdedores: los perdedores, privados del derecho a dejar huella de su derrota, privados hasta del derecho a proclamarla. Ahora bien, acepto la derrota, no la rendición". Poeta palestino Mahmud Darwish.
EL PASEANTE VALLISOLETANO
LABERINTO MAR, DE NOEMÍ SABUGAL, EN LA FUNDACIÓN MONTES
Bello. Primera vez que te leo. Saludos.
ResponderEliminarLo has dicho todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
preciosa foto y delicado poema.
ResponderEliminarComo dice Ataúlfa, está dicho todo.
Saludos
Es como un hueco, una inmensa oquedad... Los huecos duelen. Hermoso poema-
ResponderEliminarAmrrast. Puedes seguir leyendo. Gracias por tu apreciación particular.
ResponderEliminarSalud.
Vaya, tu concisión, Ataúlfa, supera la mía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aquí. Es el mar lo que genera preciosidad a cada instante. Y el oleaje que pare espuma, mientras las rocas se consumen lentamente.
ResponderEliminarGracias.
Ramón. Las oquedades pueden ser también abrigos. Me quedo con los abrigos protectores.
ResponderEliminarGracias y bona nit.
La espuma, el fuego del mar, es hija del aire y del agua. Y moldea la tierra.
ResponderEliminarPrecioso poema.
Un beso
Rat. Y por lo tanto a la materia. Y por lo tanto al hombre.
ResponderEliminarQué descripción conceptual tan enorme la tuya.
Gracias.
Bellos versos que acarician esa ausencia tan querida.
ResponderEliminarUn placer de lectura
Salen de dentro.
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