"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





viernes, 13 de marzo de 2009

Self portrait


"Busco en mi la derrota del regreso,
la herida original, mi mal amargo"


Juan Vicente Piqueras, Adverbios de lugar.


Te ves a la deriva
Y el desierto es extenso
Y la lluvia nostalgia
Y la sombra una pátina
Y la luz una espada
Y tus huellas pequeñas
Y tus ojos se ciegan
Y el clamor que se aleja
Y este viento que escribe
Y tus manos te arden
Y tu cuerpo se cierra
Y tus venas le nombran
Y tu voz se refugia
Y la arena te engulle
Y tu hiel se te clava
Y la canción te conmueve
Y tu calma no existe
Y las dunas te mecen
Y ni el sueño te salva.


(Acompaña fotografía de Jorge Molder, en la sustancia de V.D.)

5 comentarios:

  1. Espero que la realidad conspire pronto a tu favor, compañero.

    ¡Abrazos!

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  2. La realidad es una permanente conspiradora, oh, nada que no pueda desmontarse en esta vida, salud.

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  3. Mas la ficción es otra temerosa y temeraria conspiradora, Stalker. Conclusión: vivimos inmersos en la cinta sinfín de la conspiración contra nosotros mismos.

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  4. La búsqueda agota. La herida sangra.
    El mal....Quién pudiera arrancarlo con los dedos y gozar de la dulzura de algún sueño.
    Las dunas de Liencres, buen lugar para dejarse mecer.
    Saludos, Fackel.

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  5. Pero la condición humana nos empuja a ello, Lagave. Perseguimos el bien -¿con acierto siempre? ¿con posibilidades siempre? ¿con claridad siempre- pero ello implica desalojar o combatir el mal. ¡Cuántas veces el uno se oculta tras el otro, o el otro tras el uno!

    Ansia infinia: arrancar las espinas de la vida, mas ¿cómo encontraríamos la rosa? El desfío está ahí: aceptar la naturaleza interior de nosotros, la naturaleza de las cosas. Conclusión: no dejarse herir hasta la muerte, o renacer un millón de veces, encontrarse un millón de veces.

    Gracias y elevación.

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