Undula, Undula. A tu paso se postran todos los hombres que te han deseado y los que quieren intentarlo. Los que han fantaseado contigo y los que apenas se atreven a levantar la mirada para que les castigues. Los que sollozan por su insignificancia y los que has derribado de su altanería. Los que solicitan tu desprecio y los que desearían lamer con sus bocas tus zapatos. Los que ven en ti el icono sagrado que les confirma en su impotencia y los que ansían que les maltrates con tu aversión. Los que adoran esa posesión única de la humildad con la que caminas y los que se sienten humillados por tu desdén. Los que se disuelven en sus esqueletos y los que darían todo el oro que poseen con tal de que fueras su estatua viviente. Los que besan las huellas que dejas al pasar y los que olfatean los olores de la hembra que despides. Los que se enervan desde su íntima abyección y los que capitulan en el dolor de la desposesión a que los sometes. Los que se fidelizan inútilmente con tu imagen y los que jamás llegarán a poseer mujer alguna. Los que habitan las tinieblas de la malograda inteligencia y los que se desvanecen en el hedor de sus cobardías. Los que alardean de sus devaneos y los que proclaman el reino rastrero de la sumisión perpetua. Los que flotan en sus insuficiencias y los que se ahogan en sus pedanterías. Ellos solicitan esa pena máxima, la de no ser reclamados jamás por ti. Disfrutan en su insatisfacción. Si les llevaras a un bosque de encinas y les ordenaras que se ahorcaran, sin duda te obedecerían. Porque ellos, en su extrema condición de miseria desean la orden decisiva que les purifique.
(En homenaje al genial pintor y literato polaco Bruno Schulz, del que tomo uno de sus grabados más impresionantes, el titulado La procesión. De él y de su obra hay una exposición en el Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta casi mediados de noviembre)
Genial, genial. La imagen y el texto.
ResponderEliminarVengo pensando algo sobre el tema, a ver si estás de acuerdo... Realmente, dotar a la mujer de atributos todopoderosos (no siempre positivos, como el desprecio, la violencia, etc.) sólo se da en el plano privado-íntimo (ya sea en pintura, literatura, cine,...). Ahora bien, en el plano público-social esas imágenes son rechazadas frontalmente (resulta difícil aceptar una actitud así en una mujer -más fácil en un hombre-).
¿Por qué?
¿Por qué en lo íntimo dejamos una libertad que en lo público censuramos?
La teoría es provisional.
Pues a mi me resulta perturbador el texto. No sabía quién era Undula hasta que tras este comentario he rastreado. Una extraña, sexual y subconsciente musa. Oye qué complejo todo, sobre todo en ese escritor.
ResponderEliminarHola, Joselito. No sé, todo está cambiando, supongo. El plano público-social, como tú llamas se mueve entre la exhibición, las leyes y las reglas del juego socialmente admitidas, bastante hipócritas tantas veces. La pregunta sobre por qué en lo íntimo nos mostramos más libres -si es así- puede ser porque en esa esfera nos fiscalizan menos, ¿no? Así de simple. Y en lo público, ¿quién se atreve con ser consecuente, teniendo en cuenta que lo público es un poco de aquello de "sólo frente al mundo" ? Son dos esferas traidora y farisaicamente divididas hoy día (tal vez siempre)tanto que muchos viven de ello (ver los media que se alimentan de lo rosa)
ResponderEliminarCreo que debes seguir meditando el tema, y buscando respuestas, todo es siempre provisional, no te inquietes demasiado por ello.
Zeleste. Schulz es muy perturbador, y nada fácil, tanto en sus imágenes como en sus textos. Pero es sagaz, brillante, inquisitivo y demoledor. Y si indagas en la red sobre su vida y sobre todo sobre su muerte a manos de oficiales de las SS, ya entoncoes se cierra el círculo de la perturbación total.
Buenas noches a ambos.