"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





lunes, 3 de septiembre de 2007

Gelato al limon



Sentado a la puerta de la taberna del puerto, alejado de los sucesivos transcursos. Viendo pasar las moscas. El estío, mermado. Los ruidos han huido con los veraneantes. Sólo el apaciguamiento de las horas vacías. Para qué pensar en el último despido. El operario cumplía, pero, entiéndalo, no podemos renovarle. Hoy todo se conviene con escasas palabras. Ya está pactado, ya rubricado. Tómelo o déjelo, esto es lo que le ofrecemos. Maloliente. Y una bocanada de bruma empaña la mañana indecisa. Desde el fondo de la trattoria aún incipiente llega una voz enroquecida. La cocinera eleva el volumen. Afinando el oído.

Un gelato al limon, gelato al limon, gelato al limon

sprofondati in fondo a una città.
Un gelato al limon è vero limon,
ti piace?
mentre un'altra estate passerà.

Sin pensamiento. Pensar requiere esfuerzo. Que se esfuercen ellos. Estar más allá. Donde no puedan exigirte. Pasar estas horas y las próximas abandonadamente. Te ofrezcas como te ofrezcas nunca serás un precio asequible. Exigías demasiado. Más que valor reclamabas tiempo. No estás confuso, sólo dividido. Tus compromisos se aligeran si no puedes cubrir el tablero con suficientes fichas. Que jueguen los otros. Mal perdedor. Antes de jugar la partida. Eso es lo que siempre has sido.


Libertà e perline colorate, ecco quello che io ti darò
e la sensualità delle vite disperate,
ecco il dono che io ti farò.

Contemplas el paso de los turistas de ocasión. Los que se extravían de las rutas monumentales. Aquí no hay iglesias ni bulevares fantásticos. Por las ventanas empieza a salir el olor de los refritos. Los visitantes huelen para otro lado. Tú bebes un Lambrusco en el que sólo buscas la frialdad. Ni siquiera un Chianti barato. Ingerir al alcance de tu compulsión. Nada te sacia. Mientras miras absorto la persiana del establecimiento de enfrente sientes que te hierve la sangre. Se te muestra, se te insinúa. Es tu última y acaso definitiva novia. Y Paolo Conte, con su cigarrillo colgado de la boca bajo el bigote plateado, sigue insistiendo...


Donna che stai entrando nella mia vita
con una valigia di perplessità.
Ah, non avere paura che sia già finita
ancora tante cose quest’uomo ti darà.

E un gelato al limon, gelato al limon, gelato al limon
sprofondati in fondo a una città.

Un gelato al limon, gelato al limon, gelato al limon
mentre un’altra estate se ne va…

1 comentario:

  1. Impresionante Paolo Comnte. Nada que hablar de él que no se haya dicho, sólo hay que escucharle. Tono, ironía y textos se unen para consagrarlo como uno de los mejores. Claro que podías haber puesto las letras en español. Aunque imagino que no será lo mismo. Saludos.

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