martes, 2 de enero de 2007
La isla
Fascinación por la isla de juncos, perdida entre la niebla y la mansedumbre de una corriente inadvertida. El paisaje es distante; los relieves, difusos. Su reflejo proyecta su existencia. Una dimensión imaginada hace vivir dos veces. Extraña complicación generando belleza. ¿Premonición de un año que comienza? ¿Espejismo? ¿Abstracción? ¿Consolidación? ¿Quietud pasajera? ¿Inercia? Extraño cañaveral loco tratando de interpretarse a sí mismo...
(Agradeciendo la fotografía del polaco afincado en Estados Unidos Roman Loranc)
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Pues sí, la isla de juncos o de cañas o de líneas puede ser una metáfora de nuestras vidas. ¿Dónde queda el margen para las expectativas? ¡En el tiempo! En la imagen, aparentemente detenido, pero no. Un saludo y un abrazo de 2007.
ResponderEliminar... tanta belleza.
ResponderEliminarSí, Zeleste, la vida como metáfora (hace años la Sontang escribió sobre la metáfora de la enfermedad, un texto muy apreciable) He ahí la cuestión.
ResponderEliminarEso, tanta, tanta belleza, y a veces se nos escapa...Y la belleza como desafío, no sólo como contemplación. ¿O tal vez como mística?
Buenas noches.