"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





martes, 17 de octubre de 2006

Apocalipsis Caraco (II)


No hay día que transcurra que no surjan nuevas voces denunciantes: la Tierra ya no es lo que era. La vinculación del hombre con la naturaleza se ha quebrado, tampoco es lo que ha sido. Los hombres se están poniendo la soga al cuello, y el planeta puede que pase, pero los humanos no pasarán. Entre la ingenua sorpresa y la reacción apocalíptica hay comentarios para todos los gustos, desde los más moderados a los más radicales. A escoger según el nivel de temores y de ignorancias de las mentes conformepensantes. Los ecologistas, que no son legión, pero que son activos como si fueran legiones, vienen desempeñando desde hace décadas -junto con algunas asociaciones ciudadanas y otras espontáneas- ese papel profético. Sus averiguaciones, advertencias y hasta aparentes exageraciones apenas han calado. Las sociedades metaurbanas (hoy todas son prácticamente tales) no quieren vender sus timoratas seguridades a la corta por la racionalidad a la larga. No se apuesta por restablecer las relaciones con la naturaleza. Y esto es ir a la deriva. Hoy, la realidad cae por sí sóla. Quien no quiera verlo es ciego, sordo e insensible. Aunque las voces acusadoras callaran, la realidad habla con tales voces estridentes que se descubre y a la vez se descalifica. Las autoridades no han estado jamás al quite sino en pequeña medida, y hoy este país es una inmensa urbanización desmesurada y un sinfín de autopistas, donde el campo y las costas van desapareciendo sin remedio. La desmesura, la irracionalidad y el desprecio son las manifestaciones de las constructoras y su corte de empresas en cascada. El efecto: saquear los espacios físicos y desestructurar las redes de convivencia. Que nadie se escandalice de la punta de iceberg de la corrupción urbanística e inmobiliaria que está apareciendo: era una crónica sospechada y sabida que no s eha cortado. Ahora, ya es demasiado tarde. Sólo cabe esperar a la burbuja inmobiliaria para que, si al menos no ponga las cosas en su sitio, paralice a lo bestia la barbarie. Aunque dudo que una hija del crimen sea capaz de poner justicia sobre el crimen mismo. Y estas reflexiones me vienen a las mientes, mientras leo una parrafada del libro Breviario del caos, de Albert Caraco, el escritor de origen judío nacido en Estambul y que vivió sus últimos años en París. Es un texto incómodo, duro, desgarrador, diría, excesivo. Puede o no tener razón, pero rabia no le falta y sangra de profetismo por todos sus costados.

"El mundo es feo, lo será cada vez más, los bosques caen bajo el hacha, las ciudades crecen engulléndolo todo, y por doquier los desiertos se extienden, los desiertos son también obra del hombre, la muerte del suelo es la sombra que las ciudades proyectan a la distancia, ahora se une a eso la muerte del agua, después será la muerte del aire, pero el cuarto elemento, el fuego, subsistirá para que los otros sean vengados, por el fuego nos tocará morir. Caminamos hacia la muerte universal y los más enterados lo saben, saben que no hay remedio para esas calamidades desencadenadas por las obras, son trágicos entre los frívolos, guardan silencio entre los charlatanes, dejan esperar a unos lo que otros les prometen, no se entrometen en advertir a los primeros ni en confundir a los segundos, juzgan que el mundo es digno de perecer y que la catástrofe es preferible a esta expansión en el horror absoluto y en la fealdad perfecta, que no nos serán evitadas más que al precio de la ruina. ¡Que la ruina sea y que la disolución se concluya! Preferimos lo irreparable que la supervivencia en un nuevo fracaso."

(La anfitriona del post, llamada Lady Calavera, es obra del genial ilustrador mejicano de la segunda mitad del siglo XIX José Guadalupe Posada; los otros dos grabados son de Michael Gibbs, norteamericano)

5 comentarios:

  1. Francamente apocalíptico. Dejando lo lineal de lado, siempre discutible, me gusta la intención, el coraje un tanto desesperanzado, la literatura que se multiplica en claves a diversas bandas, la aseveración sobre hechos que se proyectan como un bumerán. Este Caraco es exquisito hasta en sus bestialidades.

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  2. Se ve que el tal Caraco sufre de devoramiento por melancolía. No sé si sería eso lo que le llevó al suicidio, pero encuentro parangón entre su determinación final y la que invoca para la Humanidad (de ésta no le responsabilizo evidentemente)

    Lo que planteas, Fackel, con especial sensibilidad hacia o frente a la apisonadora constructora, es sumamente grave. De qué manera las construcciones por doquier y los elementos de acceso por excelencia, el vehículo y las carreteras, han condicionado el crecimiento urbano y las formas y hábitos de vida de los españoles no sólo es objeto de estudio sociológico sino de juzgado de guardia. Pero a ver quién pone el cascabel al gato.

    Y no vale o tomarlo o dejarlo. Es ya una losa. RIP por la naturaleza, RIP por ciudades sostenibles, RIP por las zonas rurales (cada vez más resignadas a ir reduciéndose a una especie de reservas algunas o a la masificación paraurbana otras)

    ¡Y para colmo hoy leo en El País que las reservas de gas en Europa no están garantizadas más allá de 2012!

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  3. Es posible que de aquí al 2012 ya hayan 'gaseado' a unos millares.
    Entiendo tu cabreo Fackel.Pero ¿cómo, qué y de qué manera se puede parar todo esto?
    Tenemos poco tiempo cotidiano y menos metafísico, no sabría qué hacer. Soy consciente que de hacer algo,sólo se puede hacer a pequeña escala y cada uno.Porque si te pones a hablar de ONGs, también es un asunto que por dentro huele.
    En fin...
    Gracias por remover

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  4. No era mi intención echar más pesimismo al fuego (ya se encarga cavaco de eso)Pero si nos ponemos estrictos en la observación y no os digo en el análisis, resulta cada vez más difícil coger el toro por los cuernos. Tengo la sensación de que de un momento a otro las "Democracias" se van a desairar a sí mismas. El entreguismo de los Estados que otrora fueron ejemplares para ella (también para los negocios) a las transnacionales es tal que cualquier día se opera un proceso Contrarrevolución-Francesa, Contra-Ilustración y Contra-Todo lo que pueda ser obstáculo para este desmesurado neoliberalismo. ¿Serán los norcoreanos el nuevo Ángel Exterminador o sólo los últimos Paganos?

    Por Belcebú que la cosa está fea. Mientras, paciencia, algo siempre se puede hacer. Mirad en vosotros mismos, ante todo.

    Noche apacible (no obstante mi tono)

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  5. eSTOY DE ACUERDO CON fACKEL, Caraco a mi modo de ver te dice la verdad sin anestesia, eso molesta a muchos, pero bueno, si eso no les gusta puedne ver television o ir a un boliche a bailar un poco con las masas de perdicion no?.

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