"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





domingo, 3 de septiembre de 2006

¿Subimos o bajamos?



La vida es helicoidal, sin duda. Aquí las gentes ¿suben o bajan? Posiblemente, suben y bajan. Es decir, que todos y cada uno de los peregrinos se ejercitan en las dos direcciones. Ah, pero la vida ¿no era una dirección única? Tal vez ahí resida la clave de esta especie de zigurat en movimiento: que aun sabiendo los humanos que la translación de la existencia real en materia de tiempo es inapelablemente monodireccional, se ejecutan este tipo de exorcismos o de tientos puramente simbólicos. Lo cual nos lleva a reflexionar sobre la necesidad que los individuos y sus sociedades tienen de estar continuamente representando, soñando, fingiendo. Y lo hacemos no sólo sugiriendo rituales y ceremonias y espectáculos de todo tipo, sino diseñando laas ciudades y los hábitats y las instituciones y las artes y los más insignificantes objetos con tal fin.

El parecido con aquel monasterio dibujado por Cornelius Escher es obvio. Escher creaba imágenes con truco, donde la sensación de subidas y bajadas se confundían en los pasos de los monjes encapuchados que van y vienen hasta no saber muy bien si vienen o van, a base de generar el movimiento sobre un mismo plano y jugar con él y con el ojo del espectador. ¿Tomaría Escher como referencia los comportamientos que la humanidad viene teniendo desde el principio de los tiempos? Sin duda. Los humanos de la fotografía de la torre helicoidal prefieren sentir físicamente el desafío del esfuerzo, del aire y del vacío que aparece a su vera. No les basta una estampa, necesitan convertirse ellos mismos en una foto fija, algo tan viejo como los significados de los laberintos. Sólo que estos tienen una proyeccción más rica iconográfica e intencionalmente. La idea del combate con la vida, es decir con la temporalidad y los elementos dificultosos, en el significado del laberinto rompe la linealidad de la torre de los musulmanes y del monasterio de Escher. Pero el tema es suficientemente precioso y enriquecedor como para dejar el devaneo sobre el mismo para otra ocasión.

3 comentarios:

  1. "…sigo el odiado
    camino de monótonas paredes
    que es mi destino. Rectas galerías
    que se curvan en círculos secretos
    al cabo de los años."
    Borges

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  2. Olvido, me gustaría saber en qué texto vienen estas letras de Borges. Gracias por tu aportación.

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  3. Yo lo tengo en un librito de Brugera: "Nueva antología personal"
    Forma parte de 'El Laberinto':

    Zeus no podría desatar las redes
    de piedra que me cercan.He olvidado
    los hombres que antes fui; sigo elodiado
    caminodemonótonas paredes
    que es mi destino. Rectas galerías
    que se curvan en círculos secretos
    al cabo de los años.Parapetos
    que hagrietado la usura de los días.
    Enelpálido polvo he descifrado
    rastros que temo. El aire me ha traído en las cóncavas tardes un bramido o el eco de un bramido
    desolado.
    Sé que enlasombra hay Otro, cuya suertees fatigar las largas soledades que tejen y destejen este Hades y ansiar misangre y devorar mimuerte,
    Nos buscamos los dos. Ojalá fuera
    éste el último día de la espera.

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