Señores visitantes: asómense al agujero de la vida un rato antes de que el infierno apagase el paisaje, devastara la naturaleza, condenara la herencia de otros hombres, ignorase el ingenio de ancestrales culturas, acabara con unos cultivos de las gentes de la comarca, insultase a la belleza y desplazara el sentido común.
Asómense a lo que fue una vez un ámbito heredado que debería servir para admiración, conocimiento y sabiduría, y no solo para compensar el aburrimiento de los veraneantes.
Contemplen lo que pudo seguir siendo si no se considerara el bien público con desprecio por algunos, con escaso respeto por otros, con dejación y poca intervención en sus cuidados por las autoridades.
Si han visto alguna vez la hermosura de la naturaleza recreada desde que los romanos actuaran sobre los montes para extraer el codiciado oro retengan aquella visión.
Aprovechen para reflexionar sobre los comportamientos de dudoso civismo de nuestros días que suele conllevar un concepto equivocado del disfrute colectivo. Sobre las privatizaciones que destruyen la riqueza de los bienes comunales. El paisaje o los restos monumentales e históricos no son una mercancía, aunque negocios varios y autoridades de todo tipo los estén convirtiendo en un producto al que sacar rédito, y cuanto más mejor (para algunos)
Resalto parte de las declaraciones -en cursiva- en el diario.es de Javier Sánchez-Palencia, arqueólogo, experto conocedor de Las Médulas:
"El incendio se ha producido apenas un año y medio después de la polvareda levantada por el proyecto impulsado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León (precisamente la que lidera el operativo contra el fuego) para acondicionar rutas para BTT (Bicicletas Todo Terreno) en tramos de los canales romanos, la red hidráulica más importante del Imperio Romano, una infraestructura clave al conducir el agua que removió las montañas para extraer el oro hasta dejar las singulares formas del paraje. “Y este es un ejemplo clarísimo del mucho dinero que se ha destinado a tonterías y no a prevención. Se destinaron 800.000 euros, que se dice pronto, para habilitar rutas. Como si no hubiera otros sitios para hacer rutas en León… Y sin ningún arqueólogo que hiciera un seguimiento. Como si fuera en el siglo XIX”, censura el arqueólogo, muy crítico desde el principio con esta iniciativa.
Preguntado sobre si la falta de gestión única en un paraje en el que intervienen administraciones desde la autonómica hasta los tres ayuntamientos del entorno (Carucedo, Borrenes y Puente de Domingo Flórez) y varios colectivos ha podido lastrar también la gestión contra los incendios forestales, Javier Sánchez-Palencia lanza una reflexión más profunda: “Hay que dejar de considerar a Las Médulas como un producto. Es un recurso, tanto para la gente de la zona como para los que llegan de fuera. No es algo que haya que vender. Lo que pasa es que estamos metidos de lleno en esta corriente neoliberal asquerosa. La gente podría aprovechar la visita para adquirir conocimiento. Y sería una experiencia más rica que siendo un mero producto turístico, pero no se acaba de entender que se trata de un sitio único y singular”. ¿Podría ser este incendio un hito para cambiar la mentalidad? “Casi lo dudo”, contesta. "Todo está unido. Las Médulas es un conjunto. Sin embargo, la gente está acostumbrada a disociar lo cultural de la naturaleza; o la biología de la arqueología”.

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Un desastre, se mire como se mire. En la localidad donde vivo, pegada al campo, el fuego que tuvimos, hará un mes más o menos, se detuvo apenas a cien metros de mi casa gracias a que la rotonda y la carretera de circunvalación hicieron de cortafuegos. En una urbanización cercana ardieron algunas casas.
ResponderEliminarUna pena, y el caso es que puede volver a producirse, leí que solo habían invertido en circuitos para bicicletas de montaña, este es todo el mantenimiento que han llevado a cabo.
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