Me da hoy en pensar, Cao, cómo todo el mundo da por hecho que tiene por delante un futuro. Lógico, Xiao, ¿no crees? Si no lo das por hecho no tendría uno muchas ganas de seguir para adelante. Pero esa es la cuestión, Cao. Que dar como obvio, o mejor dicho, suponer que se tiene futuro solo es algo potencial. Es lo más probable pero no se puede asegurar puesto que se trata de un tiempo no existente, al menos todavía. Te encuentro muy reflexivo esta mañana, Xiao, aunque dices una perogrullada. ¿A dónde quieres llegar? Xiao tiene hoy una mirada extraviada. A que la gente vive, bueno, todos vivimos dando como certeza lo que aún no se tiene. Y ¿hay una posesión más interesante y necesaria que el propio tiempo? En nuestro plan de vida, el que damos por descontado, no solo existe el pasado o lo que vivimos al día, sino que incluimos algo incierto, algo que aún no existe, como si lo viviésemos. Todo el mundo se prepara y actúa pensando en el día siguiente. Tal es la urgencia humana por anticiparse a los propios acontecimientos. Necesitamos siempre sentirnos un poco demiurgos de nuestras vidas. Como si todo dependiera únicamente de uno. Resulta incierto no solo si habrá ese tiempo sino que también son imprecisos y bastante soñadores los proyectos que se trazan. Quien más o quien menos se deja arrebatar por ilusiones, pues las ilusiones no disponen de tiempo. Aunque no te extrañe que muchos prefieran vivir una vida sin grandes novedades, prácticamente monótona, mientras otros arriesgan y hacen lo posible por comerse el mundo. No hay nada que no se diera ya ayer, Xiao, así ha sido casi siempre. Yo ese casi siempre, Cao, lo reduciría aún más. Elegir la vida que se querría llevar no se ha brindado a toda la humanidad, y una buena parte de ella aún la tiene más dudosa. ¿Ves lo incierto que es saber si llegaremos a mañana? ¿Y además cómo llegaremos?
En cierto modo, no hay un mañana. Vivimos en un presente permanente que se va prorrogando día a día.
ResponderEliminarDe todos modos, a medida que uno se va haciendo mayor, esta concepción del tiempo cambia. Mi padre con 90 años hacía planes a largo plazo.
Supongo que a cierta edad avazada ya no hay planes ni proyectos, como no sean lo de ver la manera de mantener el estatu quo o prolongar, si el cuerpo lo permite, ejercitar las aficiones y búsquedas mentales que prudentemente se pueda. Lo tremendo es que con lo incierto se acompaña lo angustioso.
EliminarEs muy difícil vivir en la incertidumbre permanente, una intemperie continua. Sin embargo, esa es nuestra vida, aunque debamos generar esperanzas para seguir adelante. Al menos, durante un tiempo más.
ResponderEliminarDe hecho vivimos en incertidumbre, aunque nos hayamos montado el esquema de la seguridad, el control y que progresamos. Llamamos esperanza a lo que es ilusión. O esa vieja constumbre de seguir estando porque no sabemos sino estar.
EliminarSofismas, Fackel. Sigamos viviendo sin mayores pretensiones persiguiendo las pequeñas satisfacciones del día a día. Evitando deprimirnos ante los que vendrán a fastidiarnos y algunos con la peor intención.
ResponderEliminarAnder
Pues sí, indudablemente hay que mantener una pizca de satisfacciones, y estoy de acuerdo en que si no procuramos otros nos pueden fastidiar o simplemente nosotros mismos por abandono.
EliminarIntento no agobiarme, y por ello no dejo de pensar en cosas, como el hacer otra novela, lo cual lleva su tiempo, a pesar de que puedo caer sin conseguirlo, pero eso no me va a impedir el intentarlo. La vida sigue y hay que vivirla, el final está cerca, pero no mañana. Y así cada día.
ResponderEliminarMuy sagaz por evitar el agobio en la medida de lo posible y a veces de lo imposible. No cejes en las personales propuestas para tu propia satisfacción porque en esta vida no tenemos que justificarnos ante nada ni nadie. Los agobios, mientras sean solo latigazos, son de superar; lo importante es que no se instalen en uno.
EliminarParece que se da por hecho que todo el mundo quiere tener un futuro y se cuestiona su incertidumbre. La incertidumbre, que los humanos, tratamos de borrar con cálculos prospectivos o mancias adivinatorias, astrológicas y tarotistas, etc. es totalmente necesaria. Pero, ¿todo el mundo tiene el mismo deseo sobre su futuro? Quizás algunos no lo querrían si lo pudieran ver. Eso me hace pensar que la incertidumbre puede que sea necesaria. Seguimos adelante, no porque tengamos un futuro, sino porque tenemos anhelos.
ResponderEliminar