Fuiste flor de una noche. Las montañas de la ciudad se habían aliado con la tormenta. ¿No quieres saber quién soy?, dije inseguro. No quiero saber quién eres, me callaste. Pero insistí. Soy un poeta a la antigua usanza. Tú: En cambio yo escribo poesía de un tiempo que aún no ha nacido. Lo intuía porque ya había leído algunos de tus escritos. Entonces, ¿no temes mi poesía si vienes de otros estilos? La temo pero la necesito. Cuidado, no vayas a creer por eso que me necesitas a mí. Tal vez esta noche sí. ¿Porque huyes de algo? Huyo de casi todo. De la tormenta, de la mediocridad, de los usos atávicos, de la asfixia cultural, del desconcierto, de la savak, de la soledad. Yo soy un mal refugio, no sabría protegerte de ninguno de tus miedos; además también huyo. ¿Ni siquiera dándome tus palabras controvertidas? Para darte mis palabras tendría antes que ofrecerte mi cuerpo. Hablas como si estuvieras escribiendo un nuevo poema. Los poemas no son meras sintaxis, son sobre todo recuerdos y sensaciones. Conmigo no tienes recuerdos. Pero si me doy a ti los tendré, aunque solo sean de una noche. A ti, ¿qué te asusta? Me asusta no ser como necesito ser. ¿Tantos te lo impiden? Todos me lo impiden: el padre, la familia, las costumbres, la tradición religiosa, el gobierno, la sociedad callada, las otras mujeres que no reaccionan. ¿Y no te rebelas? Con esa intención escribo, es mi manera de hacer frente a lo que no puedo cambiar fuera de mí. ¿También yo te doy miedo? Si no me exiges nada más de lo que podamos hacer esta noche estás fuera de mis inquietudes. ¿Cómo podría exigirte algo si no te conozco? Evitando tratar de conocerme. Mira, el paisaje urbano es tan opaco que solo los montes se dibujan, y tenuemente. Yo temo la cadena del Elburz; en noches como esta las montañas dan la impresión de que van a devorar la ciudad, y entonces mi poesía se vuelve más oscura. Déjate llevar conmigo a través de las sensaciones. Entonces mi poesía será más transgresora. ¿Acaso no es lo que buscas? Acaso es lo que encuentro. Ama pues y escribe lo que quieras. Haré lo que quiera contigo y amaré después mis palabras. Sentiré no saber qué has escrito tras esta fuga, si no volvemos a vernos. No te importe, acaso se me ocurra algo así como
¿Qué nos pasó? ¿Quién sabe?
Qué mujer tan hermosa y singular, y esa mirada intensa cargada de interrogantes. Hermoso texto para honrar las emociones que despiertan sus versos tan desgarradores e inefables.
ResponderEliminarLa fotografía es magnífica.
Has detectado en qué dirección va el texto. Ella y Sohrab Sepehri son de los más grandes poetas iraníes del siglo XX. Vida corta la de nuestra poeta y muy atormentada e intensa, pero que nos llegue a lectores de esta parte del mundo ya dice mucho de ella. Gracias, Inés.
EliminarConfieso que desconocía a esta mujer, Forugh Farrojzad. Habrá que sumergirse en sus poemas.
ResponderEliminarSaludos
Ella y el otro autor que cito en la respuesta anterior son importantes, naturalmente hay que conocer el contexto espacial e histórico que vivieron para percibir su 'alma' poética. Saludos festivos, que ahí además tenéis todavía mañana.
EliminarSobre su tumba, como epitafio, estos versos preciosos, parte de su poema REGALO:
ResponderEliminarSi vienes a mi casa, amor,
tráeme una luz y una ventana
para que pueda ver la alegría
de aquella calle abarrotada.
Chiloé
Oh, qué intensidad hay en la belleza.
EliminarGracias, Chiloé.
la poesía es una poderosa barricada contra todo aquello que no queremos ser.. no conocía a la mujer ni su historia, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarLa literatura en general (la buena en particular) es poderosa para acceder a otros individuos como nosotros de cualquier lugar del mundo. Si lo conseguimos nos daremos cuenta de que nada de ellos es diferente o ajeno a nosotros.
EliminarAparte está la pseudo literatura o demagogia con que se separa a los hombres en lugar de unirlos.
es una buena reflexión, la literatura -la buena, como señalas-, nos demuestra lo parecidas que somos las personas, los mismos anhelos y preocupaciones, por encima de banderas e himnos.
EliminarY permite tener la mente abierta. Es un arma contra toda actitud reaccionaria que divida y obstaculice la dignidad humana.
EliminarEl y ella escribieron una poesía, tal vez perdida en el viento, con su diálogo.
ResponderEliminarSaludos.
La poesía, como el amor, siempre implica desgarro.
EliminarLa vida nos pasó. Por arriba casi siempre, apenas dejándonos respirar. Y cuando quisimos darnos cuenta, estábamos más del final.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Nos pasó y la pasamos como pudimos, aún aguantamos, sin aquellas expectativas, y nos cuesta encontrar la flor del día, resistir.
EliminarDesde luego que con la emoción que trasladas dan ganas de buscar libro de esta autora. Saludos
ResponderEliminarAnder
Pues anímate, Ander.
EliminarCuanta poesía hay por el mundo, desperdiciada para nuestros ojos.
ResponderEliminarDesconocida y abundante la obra literaria de la parte de Oriente, pero la actividad editora y traductora, claro, de las últimas décadas nos está permitiendo descubrir mucho. Otra cosa es que queramos leer, pero te aseguro que lo que reflejan es muy semejante a lo que hemos vivido por estos lares.
EliminarAs palavras podem denunciar a paixão, a traição, a revolta contra tudo e todos...
ResponderEliminarPorque há sempre uma mensagem...
Beijos e abraços
Marta
Las palabras son armas de dos filos, Marta.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarde nuevo gracias por la reseña. Tampoco tenía conocimiento de esta señora.
¡Qué lástima de Irán! A la que sí conozco es a Satrapi.
Salu2.
¿La autora de Persépolis? Farrojzad vivió en los tiempos del sangriento Sah de Persia, Reza Pahlavi, ¿te suena? El que se casó con Fawzia de Egipto primero, con Soraya después y por último con Farad Diba.
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